Un minuto siempre es un minuto, excepto cuando no lo es.
Esta idea se puso a prueba en un estudio de Harvard en 2023. Los investigadores indujeron hematomas leves en los antebrazos de los participantes y luego los hicieron sentarse en habitaciones donde los relojes funcionan a velocidad normal, velocidad media o doble velocidad.
Un dato crucial es que el tiempo real transcurrido fue idéntico en todas las condiciones (28 minutos), pero los relojes avanzaron a ritmos diferentes.
Los resultados sorprendieron a los investigadores. Las heridas cicatrizaron más rápido cuando las personas creían que había pasado más tiempo, y más lento cuando creían que había pasado menos. "Personalmente, no pensé que funcionaría", declaró el autor principal, Peter Aungle, a The Epoch Times. "¡Y sí funcionó!".
Hace un siglo, Albert Einstein demostró que el tiempo es relativo, no está fijado. Explicó la idea con un ejemplo sencillo y humorístico: "Pon la mano sobre una estufa caliente durante un minuto y te parecerá una hora. Siéntate con una chica guapa durante una hora y te parecerá un minuto. Eso es la relatividad".
Ahora, los psicólogos y neurocientíficos están descubriendo que nuestro sentido del tiempo no solo es inherentemente subjetivo sino también muy maleable.
No podemos detener el reloj, pero al comprender cómo percibimos el tiempo, podemos hacer que los minutos parezcan más largos, sanar más rápido e incluso ampliar nuestros recuerdos.
Cómo la mente influye en la realidad
El experimento de sanación de Harvard es una prueba fundamental de que la mente y el cuerpo no solo están conectados, sino que podrían ser uno solo. "En realidad, no estábamos manipulando el tiempo en sí. Estábamos manipulando las expectativas", dijo Aungle."Si [las personas] creen que ha pasado más tiempo, esperan una mayor curación, y esas expectativas pueden moldear el cuerpo".
(Ilustración de The Epoch Times)La mayoría de la gente piensa en los efectos mente-cuerpo solo en términos emocionales, añadió. Sin embargo, "la psicología está presente en todo lo que hace el cuerpo. Diría que la mente influye en todos los resultados fisiológicos en cierta medida".
Las expectativas no son el único factor que altera el paso del tiempo. Si bien creer que el tiempo se ha acelerado ayuda a sanar, las emociones negativas de alta excitación, como el miedo, dilatan significativamente nuestra percepción del tiempo, haciéndolo sentir más lento.
En un estudio , los participantes vieron fragmentos aterradores de "El Resplandor" o "Scream". Después, se les mostró un círculo azul en el centro de la pantalla. Los participantes percibieron que el círculo duraba más después de ver películas de miedo que después de ver películas neutrales o tristes.
Sylvie Droit-Volet, la investigadora principal del estudio, dijo a The Epoch Times que la expansión subjetiva probablemente se debe a que "el miedo acelera el reloj interno, haciendo que el tiempo parezca pasar más rápido e incitando a la acción", la respuesta de lucha o huida.
Debido a que el reloj interno avanza más rápido, midiendo más unidades de tiempo por segundo, el mundo exterior parece moverse a cámara lenta. La dilatación del tiempo permite al cerebro procesar la información con mayor resolución en situaciones de riesgo vital.
Cómo ralentizar el tiempo
También podemos hacer que el tiempo parezca más largo de maneras positivas, como por ejemplo buscando momentos de asombro .Un estudio de 2012 publicado en Psychological Science descubrió que sentir asombro, ya sea por una historia o un recuerdo, hace que el tiempo parezca más abundante.
El asombro actúa como un botón de reinicio para el cerebro. Nos lleva intensamente al momento presente. Según la teoría del "ahora extendido", centrarse en el momento presente prolonga la percepción del tiempo porque no nos precipitamos mentalmente hacia el futuro. Al llenar el presente de inmensidad, el asombro compensa la sensación de que el tiempo se nos escapa, haciendo que la vida sea más satisfactoria.
El estudio también encontró que las personas que sentían asombro eran menos impacientes, estaban más dispuestas a ayudar a los demás y preferían las experiencias a los productos materiales.
También podemos ralentizar nuestra percepción del tiempo mediante la práctica de saborear.
"Disfrutar es como subrayar nuestras experiencias", declaró la psicóloga Tamar Chansky a The Epoch Times. Disfrutar no requiere una duración adicional, sino un cambio de atención.
Para quienes tienen poco tiempo, Chansky sugirió disfrutar de una experiencia —ya sea saborear un café o mirar por la ventana— para activar la conciencia cerebral. Este simple acto crea pequeños expansores invisibles en nuestros días finitos. Es una forma de alimentar el espíritu sin necesidad de reestructurar la agenda, afirmó.
Podríamos pasar un día entero a toda prisa con facilidad... y podríamos sentirnos algo o incluso muy productivos al final, pero también podríamos no sentirnos bien. Así que encontrar estos pequeños momentos... nos ayuda a sentir esa expansión interior.
La idea de Chansky coincide con los resultados de investigaciones que indican que entrenar la atención, por ejemplo a través de la meditación, puede cambiar la forma en que percibimos el tiempo.
Los meditadores experimentados sienten que el tiempo pasa más lentamente durante la meditación y en su vida diaria que las personas que no meditan.
Estar en la naturaleza también ralentiza nuestra experiencia del tiempo.
En un estudio , los participantes sobreestimaron la duración de una caminata en casi dos minutos cuando esta se realizaba en la naturaleza, mientras que sus estimaciones fueron precisas para las caminatas urbanas. La exposición a la naturaleza aumenta la atención plena y reduce el estrés, estados que teóricamente están vinculados a una ralentización del reloj interno. Si necesita ganar algo de tiempo, puede encontrarlo en la naturaleza. "El tiempo cree en los árboles", concluyó el estudio.
Recuerdos y tiempo
¿Por qué los veranos de la infancia parecen eternos mientras que los años de la edad adulta parecen volar? La respuesta está en cómo nuestro cerebro mide el tiempo según la cantidad de nuevos recuerdos que crea.Cuando nos encontramos con estímulos inesperados, nuestro cerebro procesa más información, lo que lleva a una expansión subjetiva de dicha duración. En experimentos donde un estímulo de baja probabilidad —llamado rareza— aparece en un flujo de estímulos estándar repetitivos, se considera consistentemente que la rareza, o novedad, dura más.
(Ilustración de The Epoch Times)"Cuantas más experiencias únicas, significativas o cambiantes tengamos, más largo se sentirá el lapso de tiempo en la memoria", afirmó Marc Wittmann, investigador del Instituto de Áreas Fronterizas de Psicología y Salud Mental de Alemania. Por otro lado, la rutina comprime el tiempo en la memoria al detener el registro de detalles que ya conoce. Cuando las neuronas se activan repetidamente en respuesta al mismo estímulo, su respuesta disminuye; se vuelven eficientes, pero registran menos datos.
Por lo tanto, para ampliar su vida subjetiva, introduzca variación.
"Una vida plena y variada es una vida larga", declaró Wittmann a The Epoch Times. Este efecto no se trata simplemente de llenar una agenda de actividades, sino de una profunda resonancia emocional con el mundo. Cien días de rutina se reducen a una sola unidad de memoria en el cerebro; una semana de viajes o nuevas experiencias permanece distinguida y enriquecedora.
La reciente investigación de Wittmann añade un matiz: la capacidad cognitiva también influye. A medida que envejecemos, la percepción de que la última década ha pasado volando se debe en parte al deterioro cognitivo, que afecta nuestra capacidad para codificar recuerdos complejos. Sin embargo, este efecto es moderado. Las personas que se mantienen en forma física y mental y siguen buscando experiencias novedosas y emocionalmente gratificantes pueden ampliar subjetivamente su percepción del tiempo, independientemente de su edad.
El poder liberador de la finitud
La conciencia de que nuestro tiempo es limitado suele considerarse morbosa, pero puede ser una fuente de liberación. Siendo criaturas finitas en un mundo de infinitas posibilidades, somos libres de elegir cómo empleamos nuestro tiempo.Esa Libertad conlleva responsabilidad. Cada decisión conlleva el costo de oportunidad de infinitas otras vidas que no podemos vivir; reconocer esta limitación nos permite centrarnos en el presente.
Reconocer que la vida es finita también requiere que elijamos lo que realmente importa.
Un dilema es decidir si intercambiar tiempo por dinero o dinero por tiempo. En un estudio longitudinal con unos 1000 estudiantes graduados, quienes tendían a valorar el tiempo sobre el dinero eran más propensos a elegir caminos intrínsecamente significativos después de la universidad y, un año después, reportaban un mayor bienestar general que quienes priorizaban el dinero.
Sin embargo, la vida no se trata solo de la carrera o las cosas, sino también de las personas. Crear vínculos con la gente te ayuda a sentirte anclado en el tiempo. Un estudio de 2024 descubrió que las personas que se sintieron socialmente aisladas durante la pandemia experimentaron una "ruptura temporal": una profunda sensación de desconexión que les dificultaba seguir el paso de los días, ordenar eventos pasados o imaginar el futuro. Cuando construimos conexiones con otros, especialmente con quienes amamos, obtenemos una orientación precisa en el tiempo.
Droit-Volet decía que para usar el tiempo a su favor, "abrace el momento presente: aprecie el amor de sus seres queridos, encuentre interés y pasión en su trabajo y actividades, y sobre todo, dele sentido a su vida".
