A medida que concluye la primera fase de las elecciones en Birmania, los observadores afirman que Beijing está aprovechando la desesperación del aislado régimen para obtener beneficios estratégicos, mientras hace la vista gorda ante la matanza de civiles por parte de la junta militar.
Una fuente del Partido de la Solidaridad y el Desarrollo de la Unión (USDP), favorable al ejército, en Birmania (también conocida como Myanmar) indicó que el partido está obteniendo la mayoría en la fase inicial de las elecciones al asegurarse 82 de los 102 escaños disputados en la cámara baja, según informó la Agencia France-Presse (AFP) el 29 de diciembre.
La votación, celebrada el 28 de diciembre, supuso las primeras elecciones generales en este país del sudeste asiático desde el golpe militar de 2021, y las siguientes fases están previstas para los días 11 y 25 de enero.
El ejército ha presentado las elecciones como una prueba de que se puede confiar en las fuerzas armadas para restaurar el régimen civil.
Sin embargo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió el 23 de diciembre que las elecciones se están desarrollando en un clima de violencia y represión que "no permite el ejercicio de los derechos de libertad de expresión".
Elecciones "fraudulentas" con el respaldo de China
En Yangón, la residente Yan Phyu Yin dijo que se abstuvo de votar, mientras que las personas a su alrededor parecían en gran medida indiferentes a las elecciones."Como el partido de [la exconsejera de Estado] Aung San Suu Kyi había desaparecido, las personas prestaron poca atención a los demás partidos, y la mayoría de mis amigos cercanos, como yo, cuyos registros familiares no están en Yangón, no regresaron a sus lugares de origen registrados para votar", dijo Yan a The Epoch Times.
Las boletas electorales excluyeron notablemente a la principal oposición, la Liga Nacional para la Democracia (NLD), que el régimen disolvió tras encarcelar a Suu Kyi, líder de facto del gobierno birmano.
Los dolientes reaccionan durante el funeral de las víctimas de un bombardeo militar en Mrauk-U, Birmania, el 26 de agosto de 2025. Según testigos, un ataque aéreo sobre la ciudad controlada por los rebeldes causó la muerte de al menos 12 personas. (AFP vía Getty Images).Yan dijo que, en medio de años de conflictos constantes y dificultades económicas que han obligado a muchos a huir al extranjero, los ciudadanos están dando prioridad a su futuro sustento por encima de los resultados de las elecciones.
"Todos esperamos que nuestro país se estabilice y que la economía mejore tras estas elecciones, pero no estamos muy seguros de que pueda volverse más democrático", dijo.
Chen Shang-mao, presidente de la Red de Taiwán para la Democracia Libre, que ha seguido de cerca la crisis de Birmania desde el golpe de Estado, advirtió que incluso estas expectativas de estabilidad probablemente se quedarán cortas.
"En noviembre fui a Yangón y Mandalay para observar la situación previa a las elecciones, pero no encontré carteles electorales ni lugareños que se preocuparan por los resultados, por lo que esta votación es básicamente simbólica más que sustantiva y no traerá paz ni democracia", dijo Chen a The Epoch Times.
Jason Tower, experto senior de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, fue más directo y describió la votación como "una de las formas más extremas de fraude".
"[Es] un intento desesperado por inyectar legitimidad a un régimen que, de otro modo, sería totalmente falso y que probablemente habría colapsado a finales de 2024 si no fuera por la interferencia china en los asuntos internos de Myanmar", dijo Tower a The Epoch Times.
Tower añadió que los militares han aprendido de las organizaciones criminales y están utilizando el apoyo de China y Rusia para presentar a funcionarios desinformados como observadores, en un intento de disfrazar este fraude como un proceso democrático.
"En los cuatro años transcurridos desde el golpe, Myanmar se ha convertido en uno de los países más violentos del mundo, ya que la junta ha utilizado la violencia extrema para mantenerse en el poder".
"Por lo tanto, podemos esperar que esta farsa de elecciones no haga más que agravar aún más los factores subyacentes del conflicto en el país", dijo Tower.
"Útil para Beijing"
Tower señaló que, aunque los resultados oficiales están pendientes, es probable que las elecciones cambien poco en la práctica, salvo por el resurgimiento formal del USDP, el partido que representa al ejército."Otra cuestión es hasta qué punto el partido USDP se convertirá en el centro de la revolución en curso en el país, lo cual es muy probable, dado que el USDP representará políticamente a un régimen que ha sido rotundamente rechazado por el pueblo de Myanmar", dijo Tower.
Añadió que el jefe de la junta, Min Aung Hlaing, reconoce ahora claramente que perderá el poder sin el apoyo de Beijing, una realidad que ha acabado efectivamente con cualquier resistencia que el régimen pudiera haber tenido frente a la influencia china.
"En este sentido, Min Aung Hlaing puede considerarse útil para Beijing, ya que está completamente dispuesto a negociar aspectos importantes de los intereses nacionales del país, e incluso la soberanía, a cambio de su interés personal en seguir siendo la figura política y militar dominante en el país", dijo.
Tower destacó que la junta ya ha comenzado a cumplir las demandas específicas de China, incluida la promesa de reiniciar la presa de Myitsone, un proyecto respaldado por Beijing que ambos países acordaron en 2009, y las revisiones legales que permiten a las empresas extranjeras proporcionar seguridad privada armada en beneficio de China.
"China da por sentado que Min Aung Hlaing seguirá su estrategia en cuestiones nacionales clave, especialmente en lo que respecta al enfoque y la secuencia de los acuerdos de alto el fuego, y al enfoque de los proyectos de infraestructura clave", dijo.
Permitir atrocidades a cambio de influencia
Chen argumentó que la principal motivación de Beijing con respecto a las elecciones no es el resultado específico, sino más bien posicionarse como el pacificador dominante en el sudeste asiático para contrarrestar la influencia estadounidense.
El jefe militar de Myanmar, el general Min Aung Hlaing (2.º por la izquierda), habla durante una reunión bilateral con el presidente chino Xi Jinping, antes de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) de 2025, en la Casa de Huéspedes de Tianjin, el 30 de agosto de 2025 en Tianjin, China. (Andrés Martínez Casares - Pool/Getty Images)."Desde el golpe de Estado de 2021, China ha intentado sin éxito mediar en los problemas de Myanmar, y dado que se considera que la administración Trump ha desempeñado un papel importante en el reciente conflicto entre Tailandia y Camboya, Beijing está ahora desesperada por recuperar el poder dominante de Washington en la resolución de las disputas regionales", dijo Chen.
Tras meses de enfrentamientos fronterizos Tailandia y Camboya acordaron un añto el fuego el 27 de diciembre, tras la mediacion del presidente Donald Trump entre las conversaciones entre varios países. Trump dijo en la red social Truth Social que ambas partes "volverían a vivir en PAZ, según nuestro tratado original recientemente acordado".
Chen añadió que Beijing da prioridad a la influencia política sobre los intereses económicos y pretende presentar las elecciones como una señal de "progreso democrático" bajo su dirección, a pesar de que este apoyo permite efectivamente la violencia de la junta contra la población civil.
"Para el Partido Comunista Chino, parece difícil impedir que Min Aung Hlaing ataque zonas civiles, y aunque el mundo considerará que esto supone una ayuda a las atrocidades de la junta, a Beijing no le importa en absoluto su imagen internacional", dijo Chen.
La campaña aérea de la junta en Birmania ha alcanzado su intensidad más mortífera desde el golpe de Estado, con casi 2000 personas muertas en más de 2600 ataques este año, según cifras del grupo de seguimiento Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED) citadas por Al Jazeera.
Contramedida de EE. UU.
En un intento por contrarrestar esta creciente influencia china, Washington parece estar dando señales de un cambio hacia el compromiso con el régimen militar, marcado por el levantamiento de las sanciones a las empresas vinculadas a la junta en julio y el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los ciudadanos birmanos en noviembre.Sin embargo, Tower advirtió que cualquier medida que fortalezca a la junta corre el riesgo de ayudar inadvertidamente a Beijing, ya que el régimen se ha convertido en el principal vehículo a través del cual China está ampliando su alcance estratégico en el océano Índico.
"Si China logra consolidar su control sobre el océano Índico mediante la profundización de su influencia en Myanmar, esto podría socavar gravemente los objetivos de seguridad nacional de Estados Unidos en lo que respecta a la prevención de la agresión china", dijo Tower.
Tower argumentó que, en lugar de centrarse únicamente en la junta, Estados Unidos debería ampliar su cooperación en materia de seguridad para incluir a los vecinos regionales y a las organizaciones étnicas que han demostrado su eficacia en la lucha contra las amenazas.
"Estados Unidos puede trabajar para establecer una cooperación policial más sofisticada en la región con el fin de combatir estas amenazas y, en particular, podría considerar la posibilidad de establecer asociaciones más profundas con Tailandia, Filipinas y las principales autoridades locales de la zona fronteriza entre Myanmar y Tailandia, como la Unión Nacional Karen", dijo.
Señaló que atacar estas redes criminales ya ha demostrado ser una estrategia más eficaz que el compromiso, lo que proporciona a Washington una ventaja significativa frente a Beijing.
"Las recientes medidas del gobierno estadounidense para tomar medidas enérgicas ya han mostrado signos de impacto en términos de un aumento drástico de la presión regional para tomar medidas enérgicas y en términos de proporcionar a Estados Unidos la influencia necesaria para trabajar con el fin de hacer que China rinda cuentas por esta actividad criminal que ahora se dirige sistemáticamente contra Estados Unidos", dijo Tower.
