Dos agentes de policía y una tercera persona murieron tras la explosión de una bomba en Moscú el 24 de diciembre, cerca del lugar donde dos días antes un general ruso había sido asesinado por la explosión de un coche bomba.
La tercera persona ha sido calificada como sospechosa por las autoridades rusas, que afirmaron que los agentes se acercaron al hombre tras verlo actuar de forma sospechosa.
"Según la investigación, en la madrugada del 24 de diciembre, dos agentes de tráfico vieron a una persona sospechosa cerca de su coche patrulla en la calle Yeletskaya de Moscú", afirmó el servicio de prensa del Comité de Investigación ruso, según la agencia estatal de noticias rusa TASS.
"Cuando se acercaron para detenerlo, se produjo la detonación de un explosivo. Como resultado, los dos policías y el sospechoso fallecieron".
El comité añadió que se han abierto causas penales y que los investigadores y los expertos forenses están examinando el lugar del incidente, entrevistando a testigos oculares y revisando las grabaciones de vídeo.
La investigación se lleva a cabo en virtud del artículo 317 del Código Penal de la Federación de Rusia (atentado contra la vida de un agente de las fuerzas del orden) y la parte 1 del artículo 222.1 del Código Penal de la Federación de Rusia (tráfico ilegal de artefactos explosivos).
Posteriormente se anunció que la investigación había sido asumida por la Fiscalía de Moscú.
El Ministerio del Interior de Rusia identificó a los dos oficiales como el teniente de policía Ilya Klimanov, de 24 años, y el teniente de policía Maxim Gorbunov, de 25 años.
La explosión que mató a los dos oficiales ocurrió cerca del lugar donde el teniente general Fanil Sarvarov murió en la explosión de un coche bomba el 22 de diciembre.
Sarvarov, de 56 años, era jefe de la Dirección de Entrenamiento Operativo del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas y prestó servicio durante gran parte de su carrera en el ejército de Moscú, siendo condecorado con la Orden del Valor, la Medalla Suvorov y la Orden del Mérito a la Patria, primera y segunda clase, según TASS.
La portavoz del Comité de Investigación ruso, Svetlana Petrenko, confirmó ese mismo día que Moscú estaba siguiendo varias líneas de investigación, entre ellas "que el crimen fue organizado por las agencias de seguridad ucranianas".
Aunque Ucrania no ha reivindicado la responsabilidad del asesinato de Sarvarov, el centro de comunicaciones estratégicas Spravdi de Kiev, que opera bajo los auspicios del Ministerio de Cultura ucraniano, señaló su muerte en una publicación en X.
"Los generales rusos siguen explotando en su país, Rusia, y hoy hay otro en Moscú", afirmó.
"El general de división Fanil Sarvarov murió esta mañana a las 7:00 a. m. cuando su coche explotó. Responsable de muchas atrocidades, Sarvarov participó en operaciones durante la invasión a Georgia, Chechenia, Siria y Ucrania. Ya no volverá a hacer nada de eso".
La muerte por atentado con bambas a Sarvarov no es la primera vez de un miembro de la cúpula militar rusa.
Hace un año, el 17 de diciembre de 2024, el teniente general Igor Kirillov, jefe de las fuerzas de protección nuclear, biológica y química del ejército, murió por una bomba que estaba escondida en un patinete eléctrico fuera de su edificio de apartamentos, en un atentado que también se cobró la vida de su asistente.
El servicio de seguridad de Ucrania reivindicó la autoría de ese atentado.
Un hombre uzbeko fue detenido y acusado de matar a Kirillov en nombre del servicio de seguridad ucraniano.
En abril, otro alto mando militar ruso, el teniente general Yaroslav Moskalik, subjefe del departamento operativo principal del Estado Mayor, también murió en un atentado con coche bomba cerca de su edificio de apartamentos, a las afueras de Moscú.
Mientras tanto, continúan las negociaciones para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania con representantes de Moscú, Kiev, Washington y varias capitales europeas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al hablar de las negociaciones, les dijo a los periodistas en su complejo Mar-a-Lago, en Florida, a principios de esta semana que las conversaciones "seguían adelante", pero añadió que existe un "odio tremendo" entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Cuando se le preguntó si había hablado con alguno de los dos líderes, respondió que "haré lo que tenga que hacer" para poner fin a la guerra, y añadió que "en definitiva, creo que todos están cansados de esa guerra. Todo el mundo está cansado de esa guerra".
Según el vicepresidente JD Vance, el principal escollo de las negociaciones que sigue sin resolverse es la cuestión del territorio.
