El mundo tuvo un momento de claridad durante el conflicto entre Israel e Irán.
Durante años, los analistas señalaron que China se está acercando a Estados Unidos como competidor en igualdad de condiciones, ya sea en términos de industrias de alta tecnología, flotas navales o el tamaño de su cuerpo diplomático.
Ese cambio de poder también parecía haberse producido en Oriente Medio, una región en la que Estados Unidos ha tenido tradicionalmente una influencia significativa.
Hace dos años, Beijing negoció la normalización de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí. Más tarde, ese mismo año, el bloque BRICS liderado por China, diseñado para contrarrestar las democracias occidentales lideradas por Estados Unidos, admitió a cuatro nuevos miembros de la región: Egipto, Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
El bloque fue formado por Brasil, Rusia, India y China en 2009 y se amplió para incluir a Sudáfrica en 2010.
Sin embargo, la actuación de Estados Unidos —y la inacción de China— durante los 12 días que duró el conflicto entre Israel e Irán puso de manifiesto que la brecha de poder entre Beijing y Washington sigue siendo considerable.
Estados Unidos se unió a su aliado Israel en el conflicto el 21 de junio atacando instalaciones nucleares clave de Irán con bombas antibúnker de 30,000 libras. Dos días después, el presidente Donald Trump anunció un alto el fuego entre Israel e Irán. La tregua parece mantenerse hasta ahora.
Por el contrario, el apoyo de Beijing a Irán siguió siendo en gran medida retórico.
El régimen chino condenó a Israel y criticó a Estados Unidos por los ataques contra Irán. También emitió declaraciones conjuntas con los Estados miembros del BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái, un grupo de seguridad liderado por China y Rusia, en las que expresaba su "grave preocupación" porque los ataques contra Irán violaran el derecho internacional.
La revelación de la brecha de poder entre Estados Unidos y China significa que los países se acercarán más a la órbita de Washington, según Yeh Yao-yuan, profesor de estudios internacionales de la Universidad de St. Thomas en Houston.
Eso significa que los países de Oriente Medio pasarán de una posición pro-Beijing a una postura neutral en la contienda entre China y Estados Unidos, a medida que el mundo se divide en dos bandos liderados por las dos potencias, declaró a The Epoch Times.
Beijing es muy consciente de que Estados Unidos se centra en Asia, en particular en China, según Christopher Balding, investigador principal de la Henry Jackson Society, con sede en el Reino Unido. El régimen chino mantuvo deliberadamente un perfil bajo durante el conflicto militar entre Israel e Irán, afirmó.
"Cuanto más puedan mantener a Estados Unidos ocupado en otros asuntos que no sean China, mejor para ellos", declaró Balding, también colaborador de The Epoch Times, a la publicación.
Según el experto en China Alexander Liao, el Partido Comunista Chino (PCCh) no tiene claro cuáles serán sus próximos pasos.
"Beijing se dió cuenta de que su actual visión del mundo —que Oriente está en auge y Occidente en declive— ya no se sostiene", declaró Liao a The Epoch Times.
"¿Deberían cambiar el rumbo de sus estrategias? Si es así, ¿Cómo? Aún no lo han decidido".

El papel de Irán en el plan de China
El apoyo de China es la principal razón por la que Irán puede mantener su economía y su programa de enriquecimiento nuclear a pesar de décadas de sanciones por parte de Estados Unidos y las Naciones Unidas. La Agencia Internacional de Energía Atómica verificó unos días antes del conflicto entre Israel e Irán que este último país tenía 400 kilogramos de uranio enriquecido.Irán tiene un gran valor geopolítico para China. Su ubicación, que une Oriente y Occidente, lo convierte en un nodo importante para la Iniciativa de la Franja y la Ruta del PCCh. Esta plataforma de política exterior se presenta como un programa de desarrollo de infraestructura global.
El líder comunista chino Xi Jinping visitó Irán en 2016, durante la cual los dos países formaron una llamada asociación estratégica integral.
En 2021, Beijing y Teherán firmaron un acuerdo de 25 años. China se comprometió a invertir 400,000 millones de dólares en telecomunicaciones, banca, puertos y otras infraestructuras en Irán. A cambio, Irán acordó suministrar petróleo a China.
En la actualidad, China compra aproximadamente el 90 % del crudo de Irán. El año pasado, el volumen diario fue de alrededor de 1.5 millones de barriles, según la empresa de inteligencia de mercado Kpler.
Para eludir las sanciones, el comercio de petróleo entre China e Irán se realiza normalmente en yuanes chinos o mediante trueque. Esto reduce los volúmenes comerciales negociados en dólares estadounidenses y se ajusta a la ambición de Beijing de desdolarizar y aumentar la importancia del yuan en el comercio mundial.
El auge de la OTAN
Durante la cumbre de la OTAN celebrada este año en La Haya, 32 Estados miembros acordaron aumentar el gasto en defensa hasta el 5 % de su producto interior bruto (PIB) para 2035.Esto significa que el gasto militar de la OTAN se duplicará con creces, dado que los miembros gastaron en promedio el 2 por ciento de su PIB en 2024.
Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, los miembros de la OTAN representaron alrededor del 55 % del gasto militar mundial total, que ascendió a 2.7 billones de dólares. Con el doble gasto de la OTAN, se espera que la proporción aumente hasta aproximadamente el 70 %.
La OTAN también reafirmó su "firme" compromiso con el artículo 5, que establece que cualquier ataque contra un país miembro es un ataque contra todos.
El 25 de junio, la alianza militar también publicó una declaración, junto con sus socios de la región Indo-Pacífico, en la que afirmaba que "la seguridad de la región euroatlántica y la región Indo-Pacífico están interconectadas". Los cuatro socios son Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
El régimen chino está siguiendo de cerca los acontecimientos de la OTAN.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en una publicación en la red social X el 26 de junio, criticó el aumento del gasto y el creciente interés de la alianza en la región Asia-Pacífico.
Liao considera "muy probable" que las democracias amplíen sus alianzas de seguridad regionales a una que tenga alcance global.
"Si se produce una expansión tan significativa, será letal para el Partido Comunista Chino", afirmó.
La expansión significaría que el compromiso al estilo del artículo 5 abarcaría a las naciones del Indo-Pacífico, dijo Liao. Afirmó que cree que Estados Unidos está listo para ampliar la actual alianza de seguridad, solo está esperando el momento y la oportunidad adecuados.
"Cualquier conflicto con Corea del Sur o Japón se convertirá en un conflicto con un grupo que representa el 70 % del gasto militar mundial", afirmó. "Esto hará que el objetivo de China de tomar Taiwán sea muy difícil de alcanzar".
Amy K. Mitchell, socia fundadora de la consultora geopolítica Kilo Alpha Strategies, afirmó que existe un "potencial muy fuerte" de que Trump intente establecer una alianza de seguridad similar a la OTAN en el Indo-Pacífico.
Eso sería "un proyecto muy importante para el legado del presidente Trump", declaró a The Epoch Times.
Por ahora, considera que el propio presidente y su imprevisibilidad son el principal factor disuasorio para China.
"Probablemente, el Partido Comunista Chino esté replanteándose cómo va a manejar la Administración", afirmó Mitchell.
China sigue enfrentándose a la incertidumbre en la guerra comercial en curso con Estados Unidos.
Beijing anunció nuevos controles sobre dos precursores del fentanilo el 20 de junio, un día después de una reunión excepcional entre el ministro de Seguridad Pública chino, Wang Xiaohong y el embajador estadounidense en China, David Perdue. Según los medios estatales chinos, Wang dijo a Perdue que el régimen estaba abierto a la colaboración para frenar el narcotráfico y la inmigración ilegal.
La medida tenía por objeto levantar los aranceles estadounidenses del 20 % sobre los productos chinos relacionados con el fentanilo. El nivel arancelario actual sobre China es de alrededor del 50 %, que es la tasa acumulada compuesta por los aranceles sobre el fentanilo, los aranceles recíprocos del 10 % y los gravámenes existentes de la Administración Biden.

China firmó la semana pasada un acuerdo comercial adicional con Estados Unidos, en el que se detallan los términos negociados en Ginebra en mayo. Por ahora, se mantendrá el arancel estadounidense del 20 % vinculado al papel de China en el tráfico de fentanilo.
La lentitud de Beijing en la exportación de elementos de tierras raras es un punto central en las rondas de negociaciones entre ambos países.
El Ministerio de Comercio chino declaró el 27 de junio que "revisaría y aprobaría las solicitudes de exportación de artículos controlados que cumplan los requisitos legales" como parte del acuerdo marco. Aunque no mencionó explícitamente las tierras raras, la declaración se hizo en respuesta a la pregunta de un periodista anónimo sobre las exportaciones de tierras raras.
Las tierras raras son esenciales para la producción de imanes permanentes, un componente imprescindible en la fabricación moderna. También son fundamentales para el hardware militar y de defensa. Las licencias de exportación de China solo cubren fines civiles y deben renovarse cada seis meses.
Balding afirmó que es probable que China mantenga un control aún más estricto sobre su cuasi monopolio del suministro de tierras raras.
"Además de demostrar su poder sobre la economía mundial, China no quiere ayudar al ejército estadounidense a prepararse cuando ambas partes se centran cada vez más en cómo luchar entre sí", afirmó.
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