
Agua fluorada no está relacionada con disminución de capacidades cognitivas: Estudio
Beber agua fluorada no está relacionado con una disminución de las capacidades cognitivas, según afirman investigadores en un nuevo estudio.
Estudiantes que vivían en zonas donde se añadía flúor al agua obtuvieron mejores resultados en la escuela, según afirman John Robert Warren, de la Universidad de Minnesota, y otros investigadores en un artículo el 19 de noviembre por Science Advances.
"Hemos encontrado pruebas sólidas de que los jóvenes que están expuestos a los niveles típicos y recomendados de flúor en el agua potable obtienen mejores resultados en las pruebas de matemáticas, lectura y vocabulario en la escuela secundaria que sus compañeros que nunca han estado expuestos a niveles suficientes de flúor", afirman los investigadores.
"Basándonos en nuestros hallazgos, concluimos que la exposición al flúor, en los niveles recomendados, no tiene un impacto negativo en la cognición de los jóvenes. De hecho, puede incluso tener modestos efectos positivos", afirmó Warren, doctor en sociología, en un correo electrónico enviado a The Epoch Times.
Las puntuaciones proceden de 58,270 estudiantes de secundaria de 1020 escuelas de Estados Unidos en 1980.
Las pruebas de memoria, fluidez y atención realizadas a 13,980 de los exalumnos en 2021, cuando tenían alrededor de 60 años, no encontraron diferencias entre las personas que habían vivido en zonas con agua fluorada y las que no.
La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y la Asociación de Alzheimer. Entre los conflictos de intereses se encontraba el hecho de que uno de los autores recibía pagos por su trabajo en evaluaciones cognitivas por parte de varias empresas, como IQVIA.
"La financiación de un estudio por parte de los NIH no implica que la agencia esté de acuerdo con sus conclusiones", declaró Andrew Nixon, director de comunicaciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos, agencia matriz de los NIH y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, a The Epoch Times en un correo electrónico.
Las limitaciones del estudio incluían el desconocimiento de la cantidad de flúor que consumían realmente los participantes y la suposición de que los niños pasaban toda su infancia en el mismo lugar donde iban al instituto.
"Ahora tenemos acceso a datos diferentes que, aunque solo son representativos de un único estado y no de todo el país, nos permiten superar ambas limitaciones", afirmó Warren.
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