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(Johana Mlichova/Shutterstock).

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Intolerancia a la tiramina: Causa oculta de migrañas y fluctuaciones de la presión arterial

Aunque es inofensiva para la mayoría, la tiramina puede desencadenar síntomas molestos en personas sensibles. Aprenda a detectar y controlar la sensibilidad a la tiramina

ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓNPor Sheridan Genrich
10 de julio de 2025, 10:14 p. m.
| Actualizado el10 de julio de 2025, 10:14 p. m.

A los 45 años, Zoe creía conocer su cuerpo, hasta que se vio sorprendida por episodios repentinos de taquicardia y ansiedad abrumadora, que inicialmente atribuyó al estrés del trabajo. Ese día solo había comido una porción de pizza de pepperoni y un plátano maduro. Sin embargo, cuando un fuerte dolor de cabeza la atacó pocas horas después de su habitual cena reconfortante, compuesta por pasta con queso y una copa de vino tinto, comenzó a sospechar que había una relación con la comida, sobre todo porque los síntomas reaparecieron al repetirla la noche siguiente.

Zoe buscó respuestas en el mundo de la nutrición. Descubrió que estaba reaccionando a los altos niveles de tiramina, un compuesto natural que se encuentra en quesos curados como el parmesano, los embutidos y el vino tinto. El compuesto se había acumulado en su organismo y provocaba estas reacciones inquietantes.

La sensibilidad a la tiramina se produce cuando el cuerpo no puede descomponer adecuadamente la tiramina debido a los bajos niveles de la enzima monoaminooxidasa A (MAO-A). Esta deficiencia enzimática puede desencadenar síntomas como picos de presión arterial, palpitaciones cardíacas, náuseas, migrañas y ansiedad. Los niveles bajos de MAO-A pueden deberse a factores genéticos o al consumo de medicamentos. Las migrañas crónicas también son comunes. Los síntomas suelen aparecer entre 1 y 12 horas después de ingerir alimentos con alto contenido en tiramina.

Para determinar si la sensibilidad a la tiramina le está causando molestias, comience por llevar un registro de sus síntomas y su dieta. Este compuesto puede acumularse si consume sin saberlo alimentos ricos en tiramina. Las investigaciones demuestran que la concienciación es muy importante cuando se trata de sensibilidades e intolerancias alimentarias.

El sistema de defensa de la tiramina de su cuerpo

La enzima MAO-A descompone los neurotransmisores o sustancias químicas del cerebro como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, junto con compuestos alimentarios llamados aminas, como la tiramina. Todos los neurotransmisores requieren un equilibrio, ya que su acumulación puede provocar enfermedades neurológicas.

El gen MAO-A regula la velocidad de actividad de la enzima MAO-A. Las variaciones genéticas afectan a la descomposición de la tiramina, lo que se correlaciona con una mayor sensibilidad a este compuesto y una respuesta más débil a los antidepresivos en algunas personas.

El estrés crónico agrava este problema al aumentar los niveles de norepinefrina, lo que puede sobrecargar la actividad ya reducida de la MAO-A e intensificar síntomas como la hipertensión y los cambios de humor. Los síntomas suelen aparecer horas después de consumir alimentos con alto contenido en tiramina, lo que complica el diagnóstico.

La sensibilidad a la tiramina puede provocar las siguientes afecciones.

1. Migrañas

Los picos de norepinefrina inducidos por la tiramina contraen los vasos sanguíneos, activando las vías del dolor. Este efecto es retardado, y a menudo se manifiesta horas después de comer, lo que complica el diagnóstico.

2. Ansiedad y cambios de humor

El exceso de norepinefrina altera la regulación emocional. En un estudio, se relacionaron variantes genéticas con la gravedad de la ansiedad basal en pacientes psiquiátricos, lo que pone de relieve el papel de la MAO-A en la salud mental.

3. Crisis hipertensivas

Para las personas que toman inhibidores de la MAO, un tipo de antidepresivo que impide la degradación de ciertos neurotransmisores, los alimentos ricos en tiramina pueden provocar peligrosos picos de presión arterial. Este fenómeno se observó por primera vez en la década de 1960 y se denominó "reacción al queso". Incluso pequeñas cantidades de queso (de 6 a 10 miligramos) pueden desencadenar síntomas en personas sensibles. Cabe destacar que el queso cheddar contiene aproximadamente 42 miligramos por cada porción de 28 gramos.

Cómo detectar la sensibilidad a la tiramina

Un diario de alimentos y estado de ánimo le ayuda a identificar qué alimentos provocan síntomas y cuánto puede tolerar antes de reaccionar (el "efecto cubo").

Esto es lo que hay que hacer:

- Anote todo lo que come y bebe, incluyendo la hora y la cantidad.

- Anote su estado de ánimo y cualquier síntoma que sienta (como dolor de cabeza, náuseas, sudoración, taquicardia o ansiedad). Las reacciones a los compuestos alimentarios suelen tardar horas en aparecer.

- Controle su nivel de estrés, su sueño y cualquier otra cosa que pueda afectar a sus síntomas.

- Revise su diario después de una o dos semanas para detectar patrones. Por ejemplo, si le duele la cabeza después de comer el pollo de la noche anterior, sabrá que debe evitarlo la próxima vez.

 

Cómo controlar la sensibilidad a la tiramina

Controlar la sensibilidad a la tiramina puede resultar abrumador al principio, pero dividirlo en pasos sencillos y llevar un diario de alimentos y estado de ánimo para hacer un seguimiento de su progreso puede facilitar las cosas. Ahora puede empezar a aplicar esta conciencia a sus nuevas elecciones alimentarias para crear hábitos que le ayuden a sentirse bien de nuevo.

1.Elija alimentos frescos

Elija carnes, pescados, frutas y verduras frescos en lugar de alimentos curados, fermentados o procesados. Por ejemplo, coma mozzarella o ricotta en lugar de queso cheddar curado, y elija pavo fresco en lugar de salami.

Evite los alimentos demasiado maduros, las sobras de más de 24 a 48 horas o cualquier producto que haya superado la fecha de caducidad, ya que el contenido de tiramina aumenta a medida que los alimentos envejecen o se estropean.

Guarde los alimentos de forma segura: congele los sobrantes inmediatamente después de que se enfríen y consuma los alimentos cocinados en un plazo de 48 horas.

2. Controle el estrés y mantenga una rutina

El estrés puede empeorar las reacciones a la tiramina. Pruebe actividades sencillas de mindfulness, como la respiración profunda, la meditación o el yoga suave. Mantenga unos horarios regulares para dormir y comer, ya que esto ayudará a su cuerpo a gestionar mejor el estrés.

3. Descubra sus límites personales

El "límite" de tiramina es diferente para cada persona. Si nota síntomas después de consumir determinados alimentos, intente comer menos o evítelos durante unos días para que su cuerpo "vacíe el depósito". Si no está seguro, lleve su diario a su nutricionista, que le ayudará a identificar los desencadenantes y los alimentos seguros. Las pruebas genéticas pueden ayudar a minimizar el proceso de prueba y error al realizar cambios en la dieta, pero empiece primero por lo básico.


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