Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela alcanzaron su punto más alto en décadas, mientras el gobierno de Trump intensifica su campaña militar y antidrogas en el Caribe, a la vez que señala que las negociaciones directas e incluso una acción militar directa siguen siendo opciones posibles.
El enfrentamiento es producto de años de deterioro en las relaciones, elecciones disputadas, acusaciones de narcotráfico y una creciente presión de Estados Unidos destinada a debilitar el control del líder venezolano Nicolás Maduro sobre el poder.
Esto es lo que hay que saber sobre la situación, que evoluciona rápidamente.
Años de tensión llegan a un punto crítico
Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional consideran ilegítima la presidencia de Maduro, citando pruebas de que su reelección de 2024 —su tercer mandato—, estuvo marcada por fraude y manipulación, y acusando al régimen socialista de Venezuela de cometer abusos de derechos humanos.El gobierno de Trump ha endurecido esta postura desde enero de 2025, intensificando las sanciones, reforzando la aplicación de acusaciones previas de Estados Unidos y elevando la recompensa por Maduro a 50 millones de dólares.
El presidente estadounidense Donald Trump y miembros de su administración también han afirmado que Maduro y altos funcionarios venezolanos dirigen el Cartel de los Soles, una red clandestina que, según dicen, mueve cocaína a través del territorio venezolano en cooperación con grupos criminales como el Tren de Aragua (TdA). Trump ha acusado a la banda de llevar a cabo una “guerra irregular” contra Estados Unidos mediante el narcotráfico y la violencia transnacional.
Maduro niega su participación en el crimen organizado y afirma que Washington ha fabricado pruebas para justificar una intervención e imponer un “cambio de régimen mediante amenazas militares”.
En este contexto, la postura militar de Washington ha pasado de la presión a una proyección directa de fuerza. Trump expresó estar dispuesto a desplegar el poder militar estadounidense para detener el narcotráfico desde América Latina, incluyendo ataques desde tierra o el envío de fuerzas terrestres estadounidenses si fuera necesario.
“Ahora estamos analizando operaciones en tierra, porque tenemos el mar muy bien controlado”, dijo Trump durante una conferencia de prensa el 15 de octubre, confirmando que había autorizado operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela.
Trump también dijo el 22 de octubre: “Algo muy serio va a ocurrir. El equivalente de lo que está pasando por mar”.
El secretario de Guerra Pete Hegseth posteriormente presentó la Operación Southern Spear, una amplia iniciativa de Estados Unidos destinada a desmantelar lo que la administración llama redes “narco-terroristas” en todo el hemisferio occidental.
Campaña de ataques letales en el mar
Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han lanzado al menos 21 ataques contra lo que los funcionarios describen como embarcaciones de drogas “narco-terroristas” que operan en el Caribe y el Pacífico oriental. La operación más reciente, el 15 de noviembre, mató a tres personas, mientras que más de 80 han muerto en total.Los funcionarios estadounidenses dicen que los ataques marítimos tienen como objetivo desmantelar redes de transporte de drogas que canalizan narcóticos hacia Estados Unidos. Los críticos, incluidos algunos republicanos, dicen que las acciones corren el riesgo de derivar en un conflicto más amplio y requieren autorización del Congreso.
El senador Rand Paul, republicano por Kentucky, y el representante Thomas Massie, también republicano del mismo estado, han criticado los ataques como un exceso del poder ejecutivo. Un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU dijo que las acciones equivalen a “ejecuciones extrajudiciales” y violan el derecho internacional.
Trump dijo que las acciones no requieren aprobación del Congreso.
“Estamos deteniendo a los traficantes de drogas y las drogas que entran a nuestro país”, dijo. “No tenemos que obtener su aprobación, pero creo que es bueno avisarles. Lo único que no quiero es que filtren información que es muy importante y confidencial y que pueda poner en riesgo a nuestras fuerzas militares”.
Una nueva designación como Organización Terrorista Extranjera
La situación escaló aún más después de que el Departamento de Estado de EE. UU. anunció el 16 de noviembre que el Cartel de los Soles pronto sería designado como una organización terrorista extranjera (FTO por sus siglas en inglés). El Departamento del Tesoro ya había clasificado al grupo como una entidad terrorista global especialmente designada a principios de este año, prohibiendo a los estadounidenses hacer negocios con él y permitiendo restricciones financieras adicionales.El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, señaló el 16 de noviembre que Maduro y otros altos funcionarios se encuentran en la cima del cartel y trabajan junto al Tren de Aragua para llevar a cabo “violencia terrorista” relacionada con el narcotráfico en toda América.
“Estados Unidos seguirá utilizando todas las herramientas disponibles para proteger nuestros intereses de seguridad nacional y negar financiamiento y recursos a los narco-terroristas”, dijo Rubio en un comunicado.
Trump señaló que la designación otorga a Estados Unidos la autoridad para apuntar a los activos e infraestructura de Maduro en Venezuela, aunque dijo que no había planes inmediatos de llevar a cabo ataques dentro de Venezuela.
Venezuela no ha respondido públicamente a la designación. Maduro ha sostenido durante mucho tiempo que las acusaciones de narcotráfico de Washington sirven como pretexto para un cambio de régimen respaldado por EE. UU. y una intervención militar extranjera.
¿Conversaciones con Maduro? Trump no cierra la posibilidad
Trump dijo esta semana que su gobierno podría mantener conversaciones con el líder venezolano.“Puede que tengamos algunas conversaciones con Maduro, y veremos cómo resulta”, dijo, señalando que Venezuela había solicitado dichas conversaciones.
Cuando se le preguntó si hablaría personalmente con Maduro, Trump respondió: “Yo hablo con cualquiera”.
Trump no descartó enviar fuerzas terrestres estadounidenses a Venezuela.
«No, no lo descarto», dijo el 17 de noviembre. «No descarto nada. Solo tenemos que encargarnos de Venezuela. Ellos enviaron a cientos de miles de personas a nuestro país desde prisiones».
Trump acusó a Maduro de causar un “daño tremendo” a Estados Unidos al facilitar la migración masiva y el flujo de drogas, acusaciones que el régimen venezolano rechaza.
Importante despliegue militar de EE. UU.
La tensión aumentó nuevamente el 16 de noviembre, cuando el USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande del mundo, ingresó al mar Caribe con más de 4000 marineros y decenas de aeronaves tácticas a bordo. El portaaviones se unió a otros 11 buques de la Marina estadounidense y a unos 12,000 efectivos desplegados bajo la Operación Southern Spear.Hegseth dijo que el operativo busca desmantelar redes criminales que explotan “nuestras fronteras y dominios marítimos compartidos”.
El almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de EE. UU., señaló que las fuerzas estadounidenses están preparadas “para combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar la región”.
Maduro respondió ordenando un “despliegue masivo” de fuerzas venezolanas. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que la movilización de 200,000 efectivos refleja que Venezuela está preparada para responder ante cualquier “agresión imperialista”.
Legisladores alertan sobre poderes de guerra
La reacción en el Congreso ha sido mixta. Demócratas y algunos republicanos señalaron que la administración de Trump está evitando al Congreso mientras se expanden las operaciones militares de Estados Unidos.El 18 de noviembre, los demócratas de la Cámara presentaron una Resolución de Poderes de Guerra para obligar al retiro de las fuerzas estadounidenses de cualquier hostilidad que involucre a organizaciones designadas por el presidente como terroristas en el hemisferio occidental, a menos que el Congreso autorice dichas operaciones.
El representante Gregory Meeks, demócrata por Nueva York, junto con un pequeño grupo de demócratas, dijo en una declaración conjunta que la administración “no ha ofrecido una justificación creíble” para los ataques ni explicado por qué se ha desplegado una fuerza “a nivel de invasión”.
«Esta postura es completamente desproporcionada al objetivo declarado y se parece mucho más a preparativos para una guerra», señalaron los legisladores. «La Constitución otorga al Congreso, no al presidente, la facultad de declarar la guerra».
Algunos republicanos han expresado inquietudes similares. El representante Don Bacon, republicano por Nebraska, dijo que el presidente debe “presentar su argumento al Congreso” si se planea continuar con las operaciones, o escalar militarmente.
En contraste, el representante Mike Rogers, republicano por Alabama, presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara, dijo tras asistir a una sesión informativa privada en el Capitolio a finales de octubre que quedó satisfecho con la justificación legal presentada por funcionarios de la administración para los ataques contra embarcaciones de narcotráfico, y que salió convencido de que Trump tiene tanto la autoridad como la obligación de actuar dadas las circunstancias actuales.
Pidió a la administración hacer pública la justificación legal de las operaciones.
«Deberían estar hablándole a todos ustedes, porque lo que están haciendo es completamente legal y está muy bien sustentado. En mi opinión, deberían ser más transparentes», dijo a The Epoch Times el 12 de noviembre.
Respuesta de la Casa Blanca
En respuesta a una solicitud de comentarios, la Casa Blanca defendió la autoridad del presidente y la legalidad de los ataques.“Mientras los demócratas y las noticias falsas se han unido para difundir disparates sobre la autoridad del presidente Trump como comandante en jefe, las acciones del presidente para detener el flagelo del narcoterrorismo son coherentes con su responsabilidad de proteger a los estadounidenses y se apegan a su autoridad constitucional”, dijo un portavoz de la Casa Blanca a The Epoch Times.
“Todas las acciones cumplen plenamente con el derecho internacional de los conflictos armados. El presidente fue elegido con un mandato contundente para enfrentar a los cárteles y frenar el ingreso de drogas ilícitas a nuestro país, y está cumpliendo”.
Un alto funcionario de la administración, que habló bajo condición de anonimato, señaló que la administración ofreció al Congreso más de una docena de sesiones informativas bipartidistas sobre los ataques, está procesando solicitudes adicionales de información y ha sido considerablemente más transparente con la justificación legal de estas operaciones que administraciones anteriores.
Una crisis sin un final claro
Para mediados de noviembre, Maduro sigue rechazando las demandas de renunciar, acusando a Washington de orquestar intentos de golpe de Estado y advirtiendo que Venezuela responderá militarmente si es atacada.Trump, por su parte, ha dicho que ya tiene “más o menos tomada” una decisión sobre cómo proceder, sin especificar cuál es.
Con el portaaviones más grande del mundo ahora estacionado cerca de aguas venezolanas, más de una docena de buques de guerra estadounidenses en la región y ambas partes intercambiando advertencias, el punto muerto parece haber entrado en su fase más peligrosa hasta ahora.
















