El presidente Donald Trump afirmó el 15 de julio que Ucrania no debería atacar Moscú, ratificando el desmentido de la Casa Blanca sobre los informes que afirmaban que había animado en privado al presidente ucraniano Volodímir Zelenski a atacar la capital rusa con armas suministradas por Estados Unidos.
"No, no debería atacar Moscú", dijo Trump, en respuesta a una pregunta sobre si Zelenski debería atacar la capital u otros objetivos más profundos en Rusia. El presidente hizo estas declaraciones al salir de la Casa Blanca para asistir a un acto en Pittsburgh.
Al ser preguntado sobre si su Administración proporcionaría a Ucrania misiles de largo alcance capaces de alcanzar objetivos más profundos en territorio ruso, Trump respondió: "No, no tenemos intención de hacerlo".
Ucrania ya había recibido algunos misiles guiados de largo alcance ATACMS de la Administración Biden, pero no se le permitió utilizarlos en territorio ruso hasta finales de 2024. Trump había criticado en ese momento la decisión de suavizar las restricciones.
Trump también hizo hincapié en que no estaba tomando partido en la guerra, que ya entra en su cuarto año.
"No estoy del lado de nadie", declaró a los periodistas. "¿Saben de qué lado estoy? Del lado de la humanidad".
Sus comentarios se produjeron después de que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmara que el tema de los ataques contra ciudades rusas sí se había planteado durante una reciente llamada entre Trump y Zelenski y que se había sacado "totalmente de contexto".
"El presidente Trump solo estaba haciendo una pregunta, no animando a seguir matando", afirmó Leavitt el 15 de julio en una declaración a varios medios de comunicación. "Está trabajando sin descanso para detener la matanza y poner fin a esta guerra".
La llamada telefónica en cuestión tuvo lugar el 4 de julio, según The Financial Times, que fue el primero en informar sobre la noticia, citando a dos personas informadas sobre la conversación. Trump preguntó a Zelenski si Ucrania podría atacar Moscú o San Petersburgo. Se dice que Zelenski respondió que tal ataque sería posible si su país recibiera las armas adecuadas de Estados Unidos.
La llamada se produjo un día después de que Trump expresara su decepción por otra conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, que, según él, no había contribuido a acercar el fin de la guerra.
La noticia se produce en un momento en que las relaciones entre Washington y Kiev parecen estar mejorando tras meses de tensiones. En declaraciones realizadas en la Casa Blanca el 14 de julio, Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, anunciaron una nueva iniciativa por la que Estados Unidos venderá armas, incluidos sistemas de misiles Patriot para la defensa aérea, a los países de la OTAN, que a su vez enviarán armas a Ucrania para reponer su arsenal agotado.
Además, Trump afirmó que Estados Unidos impondrá aranceles del 100 % a los países que sigan haciendo negocios con Rusia si no se alcanza pronto un acuerdo de paz para poner fin a la guerra en Ucrania.
"Si no llegamos a un acuerdo en un plazo de 50 días, impondremos aranceles secundarios. Es muy sencillo", declaró Trump en el Despacho Oval junto a Rutte. "Serán del 100 % y así será".
El Kremlin respondió con cautela a los anuncios de Trump, calificándolos de "graves" y afirmando que necesitarían tiempo para "analizar" las implicaciones.
Mientras tanto, el expresidente ruso Dmitri Medvédev, aliado cercano de Putin, dijo que a su país "no le importaban" las amenazas arancelarias en una publicación en la red social X.
"Trump lanzó un ultimátum teatral al Kremlin", escribió Medvédev. "El mundo se estremeció, esperando las consecuencias. La beligerante Europa se sintió decepcionada. A Rusia no le importó".
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