El presidente Donald Trump dijo el 24 de julio que no quiere revocar los contratos del multimillonario tecnológico Elon Musk con el gobierno de Estados Unidos, un día después de que la Casa Blanca indicara que podría dejar de hacer negocios con la empresa de inteligencia artificial de Musk.
“Todo el mundo afirma que voy a destruir las empresas de Elon quitándole algunas, si no todas, las subvenciones a gran escala que recibe del gobierno de Estados Unidos”, escribió Trump en Truth Social. “¡Esto no es así!”.
El miércoles, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que no creía que Trump quisiera hacer negocios con xAI, después de que esta se hubiera asegurado un contrato de 200 millones de dólares con el Departamento de Defensa.
Cuando se le preguntó si la administración Trump quería cancelar el contrato, dijo que lo discutiría con el presidente.
El jueves, Trump dijo: “Quiero que Elon y todas las empresas de nuestro país PROSPEREN, de hecho, ¡PROSPEREN como nunca antes!”.
“Cuanto mejor les vaya a ellos, mejor le irá a Estados Unidos, y eso es bueno para todos nosotros”, añadió. “Estamos batiendo récords cada día, ¡y quiero que siga así!”.
La noticia se produce casi dos meses después de que Trump y Musk, que había desarrollado una estrecha relación con el presidente mientras dirigía el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), tuvieran una amarga disputa pública.
Musk había criticado el Gran y Hermoso Proyecto de Ley, impulsado por los republicanos, por el aumento del déficit federal que preveía, lo que, según él, iba en contra de las ambiciones del DOGE de recortar el gasto público y reducir la deuda del país.
Trump no estuvo de acuerdo con la evaluación del impacto fiscal del proyecto de ley citada por Musk y atribuyó la reacción del director ejecutivo de Tesla a la frustración por la cancelación de los incentivos fiscales para los vehículos eléctricos, lo que Musk negó.
El antiguo líder de DOGE fue un paso más allá cuando planteó la idea de crear un nuevo partido político, lo que provocó las condenas del presidente y amenazas de rescindir los contratos con las empresas de Musk, incluida SpaceX, un importante contratista aeroespacial del gobierno federal.
Tras la retirada del programa del transbordador espacial de la NASA, SpaceX se ha convertido en una de las pocas empresas que aún envía astronautas al espacio. La empresa también es fundamental para el envío y la recuperación de satélites desde la órbita, y es uno de los principales contratistas privados de la NASA.
A principios de este año, SpaceX y sus competidores, United Launch Alliance y Blue Origin, obtuvieron contratos con el Departamento de Defensa por un valor total de 13,500 millones de dólares hasta 2029. Los contratos son para enviar al espacio los satélites más sensibles y complejos del Pentágono.
A principios de este mes, Musk presentó una nueva actualización de su chatbot Grok AI, que aparece en su plataforma de redes sociales, X, después de que un aparente cambio en su algoritmo el día anterior le hiciera dar respuestas controvertidas a todo tipo de preguntas que, según se afirma, incluían antisemitismo.
Jack Phillips contribuyó a este reportaje.
Con información de Reuters.
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