Opinión
Al igual que su heroína política, la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, la nueva primera ministra conservadora y primera mujer en ocupar el cargo en Japón, Sanae Takaichi, no teme causar revuelo en la región Asia-Pacífico. Muchos de sus nuevos cambios en la política exterior han inquietado a Beijing, por decirlo suavemente, y con razón.
El fin del pacifismo japonés
Ante la creciente agresividad del régimen chino en el Indo-Pacífico en los últimos años, Tokio está reevaluando sus necesidades de seguridad regional y está buscando activamente desempeñar un papel más activo en su defensa nacional.Por ejemplo, bajo el liderazgo de Takaichi, Japón está pasando de su postura de seguridad pacifista y discreta de la posguerra a otra más directa y proactiva que identifica a la China comunista como el "mayor desafío estratégico" de Japón. Se trata de un cambio radical con respecto a los últimos 80 años de experiencia de posguerra, en los que Japón vivió cómodamente y de forma mayoritariamente pasiva bajo las garantías de seguridad de Estados Unidos.
Esa situación ya no existe.
Un papel más activo en la seguridad regional
Es más, Takaichi se ha comprometido abiertamente a que Japón apoye al ejército estadounidense, incluso en caso de crisis en Taiwán si Beijing decidiera actuar contra la isla. El apoyo de Tokio incluiría explícitamente el suministro de bases e incluso el posible despliegue de fuerzas navales o terrestres. Ese compromiso incluye sus llamamientos a favor de un ejército más fuerte, un mayor gasto fiscal para impulsar el crecimiento, la promoción de la fusión nuclear y la ciberseguridad, y políticas de inmigración más estrictas.Aparentemente, los matices no forman parte de la nueva ecuación de seguridad japonesa. El tono diplomático es agudo, provocador y directo. En lo que respecta a Taiwán, el mensaje claro es que Tokio considera la seguridad de Taiwán como una necesidad existencial para la propia seguridad de Japón.
La vinculación de la seguridad de Taiwán con la de Japón ha tenido eco en todos los comentarios sobre la alianza entre Estados Unidos y Japón, incluidos los de los planificadores militares japoneses y los investigadores de la Fundación Heritage.
En resumen, la dinámica geopolítica en Asia Oriental está cambiando rápidamente a medida que Tokio asume con confianza un papel de seguridad regional, posicionándose como contrapeso a las ambiciones de Beijing hacia Taiwán y el resto de la región.
La severa reacción del PCCh ante la actitud asertiva de Japón es más que una simple estrategia
La reacción del Partido Comunista Chino (PCCh) ante la dura retórica de la líder conservadora y la nueva postura defensiva dirigida contra China es rápida y, según algunos, incluso severa. Incluso eso puede ser un eufemismo, dado que el cónsul general chino en Osaka amenazó con cortar la "sucia cabeza" de Takaichi. La publicación fue eliminada, pero el mensaje de Beijing fue inequívoco: Unos días más tarde, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino publicó en X, instando a Japón a "dejar de jugar con fuego en la cuestión de Taiwán".Entonces, ¿por qué reacciona el PCCh de forma tan agresiva? Hay varias razones políticas, estratégicas y diplomáticas de peso.
Por un lado, la nueva política de defensa de Japón rompe con la hipótesis estratégica que Beijing ha mantenido durante mucho tiempo de que Japón permanecería al margen y evitaría involucrarse directamente en un conflicto con Taiwán. La última política de Tokio invalida esa hipótesis y aumenta lo que está en juego si el PCCh decide "reunificar" Taiwán con el continente.
Misiles tierra-mar (izquierda) transportados frente al monte Fuji durante un ejercicio de fuego real de la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón en la zona de maniobras de Fuji Este, en Gotemba, prefectura de Shizuoka, Japón, el 8 de junio de 2025. (Tomohiro Ohsumi/Getty Images)Como resultado, Taiwán se siente más seguro con el nuevo cálculo de seguridad de Japón, lo que socava los años de esfuerzos del PCCh por desmoralizar a Taipéi, minar su determinación y minimizar la oposición política a Beijing.
Por otra parte, Beijing sabe que las islas del suroeste de Japón podrían convertirse en zonas de operaciones clave para Estados Unidos y Japón en un conflicto con Taiwán. Esto ayuda a Estados Unidos con las cadenas de suministro y el despliegue y la proyección de fuerzas militares. Además, los nuevos misiles hipersónicos de Japón hacen que los despliegues chinos sean más vulnerables de lo que habrían sido hasta hace poco.
Pero lo más importante, como se ha señalado anteriormente, es que los dirigentes japoneses están vinculando públicamente la supervivencia de su país al destino de Taiwán, y eso es lo que realmente preocupa al PCCh, ya que esta estrategia crea unidad política entre las democracias de la región, algo que el régimen chino se ha esforzado por evitar.
Sin embargo, la reacción de Beijing no se limita a la estrategia en torno a la nueva alineación defensiva de Japón, ni siquiera a Taiwán. También es histórica y emocional. El PCCh suele invocar los recuerdos de las atrocidades que Japón cometió contra China durante la Segunda Guerra Mundial cuando critica a Tokio, utilizando la historia como herramienta política y propagandística.
Esto arroja algo de luz sobre por qué —cuando Japón anunció un gran aumento del gasto en defensa, reorganizó su mando militar y compró sistemas de misiles de largo alcance— Beijing criticó fuertemente a Tokio por volver al militarismo.
Tokio en el punto de mira de Beijing
Los nuevos dirigentes japoneses están reestructurando todo el equilibrio de poder en el Pacífico, y el PCCh lo sabe. Y Tokio no actúa solo. Considera a Estados Unidos como su socio indispensable, ya que Washington sigue cambiando su estrategia hacia el Indo-Pacífico, lo que incluye mejoras en las estructuras de mando y la coordinación militar-industrial de Japón, así como la expansión conjunta de la defensa antimisiles, entre otras cosas.La indignación de Beijing contra Tokio se está traduciendo en ataques mediáticos y amenazas económicas, todos ellos dirigidos contra Japón. Un ejemplo reciente es la crítica de Beijing al Gobierno japonés por sus comentarios sobre Taiwán, calificándolos como "atroces" y exigiendo su una retractación. Otro es la estrategia más amplia de Beijing de castigar a Japón económica y políticamente cuando Tokio se sale de la línea en cuestiones relacionadas con Taiwán o la seguridad.
Con su nueva postura defensiva asertiva de reforzar Taiwán y contrarrestar la influencia del PCCh en la región, Tokio se encuentra ahora directamente en el punto de mira de Beijing.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.
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