El presidente Donald Trump declaró el 8 de julio que no concederá más prórrogas más allá del 1 de agosto para que los países comiencen a pagar aranceles recíprocos, lo que indica una postura firme, después de haber insinuado anteriormente flexibilidad para los socios comerciales dispuestos a conceder concesiones significativas o presentar propuestas únicas en las negociaciones comerciales.
"Según las cartas enviadas ayer a varios países, además de las cartas que se enviarán hoy, mañana y durante el próximo período breve, LOS ARANCELES COMENZARÁN A PAGARSE EL 1 DE AGOSTO DE 2025", escribió Trump en un posteo en Truth Social. "No ha habido ningún cambio en esta fecha y no lo habrá. En otras palabras, todo el dinero será exigible y pagadero a partir del 1 DE AGOSTO DE 2025. No se concederán prórrogas".
El anuncio sigue a la orden ejecutiva del presidente del 7 de julio, que ampliaba formalmente el plazo anterior para la negociación de los aranceles del 9 de julio al 1 de agosto. Esa prórroga mantuvo el tipo arancelario actual más bajo, del 10%, para muchos países durante el periodo de negociación, lo que supuso un respiro respecto a los tipos más elevados que Trump anunció inicialmente en abril, pero que decidió suspender durante 90 días para dar tiempo a otros países a negociar.
Trump calificó la prórroga del plazo de "necesaria y apropiada", sugiriendo que las conversaciones con otros países avanzaban, pero que se necesitaba más tiempo.
"He determinado, basándome en información adicional y en las recomendaciones de varios altos funcionarios, incluida la información sobre el estado de las conversaciones con los socios comerciales, que es necesario y apropiado prorrogar la suspensión", escribió Trump en la orden.
La insistencia del presidente en la fecha límite firme del 1 de agosto sigue a los comentarios que hizo a los periodistas el 7 de julio, en los que sugirió que aún podría haber flexibilidad para algunos socios comerciales en circunstancias excepcionales.
"Diría que firme, pero no al 100%", respondió Trump cuando un periodista le preguntó si había alguna posibilidad de que considerara cambiar la fecha límite del 1 de agosto. "Si nos llaman y nos dicen: 'Nos gustaría hacer algo diferente', estaremos abiertos a ello".
Aunque no dio más detalles sobre las circunstancias que podrían motivar nuevas prórrogas, las declaraciones de Trump alimentaron las especulaciones de que la fecha límite del 1 de agosto seguiría siendo negociable. Sin embargo, su última publicación en Truth Social parece descartar esas especulaciones.
El 7 de julio, Trump envió cartas a 14 países en las que les notificaba los aranceles específicos que entrarían en vigor el 1 de agosto si no se llegaba a un acuerdo. Advirtió de que los aranceles podrían aumentarse si los países imponían nuevas barreras comerciales o no abordaban los desequilibrios comerciales de larga data con Estados Unidos.
En general, el presidente anunció los siguientes nuevos aranceles: 25% a Japón, Kazajistán, Malasia, Corea del Sur y Túnez; 30% a Bosnia y Herzegovina y Sudáfrica; 32% a Indonesia; 35% a Bangladesh y Serbia; 36% a Camboya y Tailandia; y 40% a Birmania (también conocida como Myanmar) y Laos.
En cada carta, Trump señaló que los aranceles podrían reducirse si los países abren sus mercados y reducen las barreras no arancelarias, haciendo hincapié en que los persistentes déficits comerciales suponen "una grave amenaza" para la seguridad económica y nacional de Estados Unidos.
Las cartas ponen fin a semanas de señales de Trump de que planeaba imponer aranceles recíprocos a los países que mantuvieran superávits comerciales con Estados Unidos o mantuvieran barreras comerciales que él considera injustas.
Hasta ahora, Estados Unidos ha alcanzado acuerdos comerciales con India, China y el Reino Unido, mientras que las negociaciones con Canadá, México y la Unión Europea siguen en curso, según la Casa Blanca.
Trump presentó su estrategia arancelaria como un esfuerzo por remodelar el comercio mundial y obligar a los gobiernos extranjeros a negociar condiciones que considera más justas para las empresas y los trabajadores estadounidenses.
El déficit comercial de Estados Unidos alcanzó un récord de 918,000 millones de dólares en 2024, y Trump ha promovido con frecuencia los aranceles como herramienta para reducir la brecha y fortalecer la posición fiscal del país.
Desde que Trump volvió al cargo en enero, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha recaudado más de 106,000 millones de dólares en ingresos aduaneros, de los cuales 81,500 millones se atribuyen directamente a los aranceles impuestos en el marco de la agenda comercial del presidente, según el Departamento de Seguridad Nacional.
Durante una reunión del Gabinete celebrada el 8 de julio, Trump afirmó que a partir del 1 de agosto empezaría a entrar "mucho dinero" en las arcas del gobierno. Según él, esto ya ha quedado claro en las cartas que su Administración ha enviado.
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