Los vuelos directos entre las capitales de Rusia y Corea del Norte comenzarán a finales de este mes, según anunció el grupo nacional de la industria turística rusa.
La Asociación de Operadores Turísticos de Rusia (ATOR) anunció el 9 de julio en su canal oficial de Telegram que Rosaviatsia, el organismo regulador de la aviación del Gobierno federal ruso, concedió una licencia a la aerolínea chárter Nordwind para operar vuelos entre Moscú y Pionyang hasta dos veces por semana.
El Aeropuerto Internacional Sheremetyevo de Moscú añadió vuelos a Pionyang a su programa a partir del 27 de julio, según ATOR.
Actualmente, solo hay tres rutas aéreas directas a Pyongyang. La única que pasa por Rusia es un vuelo dos veces por semana entre Pyongyang y Vladivostok, el puerto más grande de Rusia en el océano Pacífico. Este servicio se reanudó en agosto de 2023 después de estar suspendido durante tres años por la pandemia de COVID-19.
Las otras dos rutas conectan Pyongyang con China, concretamente con Pekín y la ciudad nororiental de Shenyang.
Los nuevos vuelos Moscú-Pyongyang suponen un paso más en la profundización de las relaciones entre estos dos países, sometidos a duras sanciones, que van más allá de la cooperación militar y se extienden al turismo y el transporte.
En enero, la agencia de viajes rusa Vostok Intur comenzó a anunciar viajes turísticos al complejo costero de Wonsan-Kalma, en Corea del Norte, que abrió sus puertas en junio tras una década de construcción. En mayo, la agencia también anunció planes para poner en marcha un servicio de ferry que conectará Vladivostok con el complejo.
Recientemente, en junio, Corea del Norte y Rusia reanudaron el servicio ferroviario de pasajeros en la ruta transiberiana de más de 6000 millas entre Pyongyang y Moscú, con trenes que salen de Pyongyang dos veces al mes y hacen paradas en ciudades rusas. Ese mismo mes también se inauguró una ruta directa entre Pyongyang y Jabárovsk, la ciudad más grande del extremo oriental de Rusia, con una frecuencia de un servicio al mes.
Desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 y la guerra que siguió, Moscú y Pyongyang, tomaron medidas para mejorar sus relaciones. En junio de 2024, el presidente ruso Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong Un firmaron un tratado de defensa mutua durante la visita de alto nivel de Putin a Pyongyang.
El tratado eleva la relación a un nivel que recuerda a la alianza entre la Unión Soviética y Corea del Norte, que se disolvió tras el colapso soviético en 1991. Incluye una cláusula que obliga a ambas partes a prestar asistencia militar inmediata si cualquiera de los dos países es atacado.
En cumplimiento del nuevo tratado, Corea del Norte apoyó la campaña militar de Rusia en Ucrania enviando miles de contenedores llenos de municiones, millones de proyectiles de artillería y docenas de misiles balísticos, así como tropas para ayudar a repeler a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk. En abril, los servicios de inteligencia de Corea del Sur informaron al Parlamento del país, que Corea del Norte había enviado 15,000 soldados a Rusia, con 4700 bajas, entre ellas 600 muertos.
Los expertos afirmaron que Rusia podría, si aún no lo ha hecho, transferir tecnología militar que impulsaría las ambiciones nucleares generacionales del régimen de la familia Kim.
El general Xavier Brunson, responsable de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Corea, declaró ante el Congreso en abril que Rusia "está ampliando el intercambio de tecnología, conocimientos y materiales espaciales, nucleares y aplicables a misiles" con Corea del Norte. Además, afirmó que la mayor cooperación de Rusia impulsará el programa de armas de destrucción masiva de Corea del Norte "en los próximos tres a cinco años".
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