Empleados trabajan en una fábrica que produce baterías de litio para exportación en Huaibei, China, el 11 de junio de 2024. (STR/AFP vía Getty Images)

Empleados trabajan en una fábrica que produce baterías de litio para exportación en Huaibei, China, el 11 de junio de 2024. (STR/AFP vía Getty Images)

Monopolio chino de minerales para baterías supone riesgo para la seguridad nacional: Informe

Nuevo informe revela que China controla más del 80 % de los minerales esenciales para las baterías militares estadounidenses.

EE. UU. - CHINAPor James Xu
27 de julio de 2025, 6:04 p. m.
| Actualizado el27 de julio de 2025, 6:04 p. m.

China monopoliza más del 80 % de los minerales críticos para la fabricación de baterías utilizados en el equipo militar estadounidense, lo que supone una grave amenaza para la seguridad nacional, según un nuevo estudio.

La “economía de la fuerza bruta” de Beijing utiliza una serie de prácticas no comerciales, como la manipulación de precios, el dumping de exportaciones y el robo de propiedad intelectual, para construir una cadena de suministro dominante de baterías que son esenciales en automóviles, teléfonos móviles y drones militares estadounidenses, según un informe del 21 de julio de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), un grupo de expertos con sede en Washington D. C.

“En una guerra caliente o incluso en una fría, Beijing también podría utilizar como arma la dependencia a las baterías de sectores económicos que van desde los automóviles hasta los ordenadores, las comunicaciones y la construcción”, afirma el informe.

El actual dominio de China requiere la extracción de un excedente de minerales críticos en el proceso de producción de baterías. Según el informe, que cita datos de la Agencia Internacional de la Energía, Beijing fabrica aproximadamente el 85 % de los ánodos, el 70 % de los cátodos y nada menos que el 97 % de los precursores de ánodos.

A lo largo de toda la cadena de suministro, se utilizan cuellos de botella para convertir las exportaciones de minerales en un arma con fines geopolíticos. Sin embargo, la diversificación de ciertos minerales está resultando complicada, especialmente en el caso del grafito para baterías, del que China procesa más del 95 %, según el informe.

Esto se debe en parte a las laxas normas medioambientales de China, ya que el procesamiento es “muy contaminante” e implica “la emisión de partículas a la atmósfera y el vertido de residuos en las aguas locales”, según los investigadores.

Otro obstáculo estratégico son las agresivas subvenciones estatales de Beijing, que hacen que las empresas chinas sean temporalmente inmunes a los efectos del mercado a corto plazo.

Entre 2009 y 2023, las autoridades chinas gastaron más de 230,000 millones de dólares en vehículos eléctricos y en la industria de las baterías a través de subvenciones estatales y exenciones fiscales, según el informe, que cita una evaluación del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

Según el informe, esa cifra “eclipsa” los 7400 millones de dólares que Estados Unidos destinó a los vehículos eléctricos hasta 2017.

“Esta diferencia de escala es fundamental”, afirma el informe. “Cuando las subvenciones, como las de China, alcanzan un punto en el que la rentabilidad ya no es una consideración relevante para una empresa, estas son capaces de aprovechar un grado de poder que puede expulsar a los competidores basados en los beneficios”.

Para combatir esta dinámica, el informe sugiere que Estados Unidos debería aumentar su capacidad nacional para extraer minerales críticos. Las medidas en este sentido incluyen incentivar la inversión privada, el fomento estatal y la racionalización del proceso para reducir la ineficiencia del sistema.

“Solo los obstáculos para la concesión de permisos representan aproximadamente el 40 % de todos los retrasos en los proyectos mineros”, señala el informe, al tiempo que reconoce que existen sólidas barreras de protección que protegen “a las comunidades estadounidenses de la contaminación y los riesgos para la seguridad a los que se enfrentan con frecuencia los ciudadanos de China”.

A principios de este año, la administración Trump emitió una serie de órdenes ejecutivas destinadas a impulsar la producción y el procesamiento de minerales críticos en Estados Unidos.

El 20 de marzo, la Casa Blanca firmó la orden “Medidas inmediatas para aumentar la producción mineral estadounidense”, en la que se esbozan planes para ampliar la minería en terrenos públicos, reducir las barreras normativas y garantizar la inversión pública y privada.

En abril, otra orden promovió la exploración minera en alta mar, centrándose especialmente en los nódulos polimetálicos de aguas profundas ricos en elementos fundamentales para las baterías, como el níquel, el cobalto, el cobre y el manganeso. Sin embargo, el estudio del FDD advierte que la alteración de esos nódulos podría afectar los niveles de oxígeno a nivel mundial, lo que pone de relieve las consecuencias medioambientales que ello conlleva.

El informe destaca la necesidad de fuentes alternativas fuera de China y aboga por una fuerte cooperación con los aliados a través de políticas de “venta en corto entre aliados” y “China más uno”, ya adoptadas por empresas como Apple, Microsoft y Black & Decker.

“Estados Unidos puede, y debe, utilizar su poder comercial para forzar la creación de un sistema mejor”, afirman los autores. “Recuperar nuestro liderazgo no es una tarea imposible... Nuestra seguridad nacional depende de ello”.


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