Las niñas que siguen una dieta saludable durante la infancia, independientemente de su tamaño corporal, pueden empezar a menstruar a una edad más tardía en comparación con aquellas que consumen alimentos menos saludables, según un nuevo estudio.
Según los resultados, los tipos de alimentos que consumen las niñas durante la infancia y la adolescencia y si estos provocan inflamación, pueden influir en el momento en que se inicia la menstruación, más que la altura y el índice de masa corporal.
El estudio de la Universidad de Washington es el primero en examinar la relación entre dietas específicas y la edad en la que se inicia la menstruación.
Investigaciones recientes demuestran que más niñas tienen su primera menstruación a una edad más temprana, con un aumento de más del doble en el número de niñas que menstrúan antes de los 9 años.
La inflamación, un factor clave
Los investigadores evaluaron la dieta de más de 7500 niñas de entre 9 y 14 años mediante cuestionarios y analizaron si era saludable o propensa a causar inflamación.El 20 por ciento de las niñas con las dietas más saludables, según la puntuación más alta en el Índice Alternativo de Alimentación Saludable (AHEI), tenían un 8 por ciento menos de probabilidades de tener su primera menstruación en el mes siguiente en comparación con las que tenían las puntuaciones más bajas.
Por el contrario, el 20 por ciento de las participantes con las dietas más propensas a causar inflamación, según la puntuación más alta en el Empirical Dietary Inflammation Pattern (EDIP), tenían un 15 por ciento más de probabilidades de empezar a menstruar en el mes siguiente en comparación con las que tenían las dietas menos inflamatorias.
El AHEI asigna más puntos a los alimentos más saludables, como las verduras, las legumbres y los cereales integrales y menos puntos a los alimentos como las carnes rojas y procesadas y aquellos que contienen grasas trans y mucho sodio. El EDIP puntúa las dietas en función de su potencial para causar inflamación. Los alimentos relacionados con una mayor inflamación incluyen las carnes rojas y procesadas, las vísceras, los cereales refinados y las bebidas energéticas.
El inicio precoz de la menstruación está asociado con un riesgo potencialmente mayor de padecer enfermedades como diabetes, obesidad, cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares en etapas posteriores de la vida.
"Observamos que estos dos patrones de alimentación estaban asociados con la edad de la menarquia, lo que indica que una dieta más saludable estaba relacionada con el inicio de la menstruación a una edad más avanzada", afirmó Holly Harris, profesora asociada del Fred Hutchinson Cancer Center de Seattle y autora principal del estudio, en un comunicado.
Lo que hace que este estudio sea especialmente significativo es que estos hallazgos fueron independientes del índice de masa corporal y la altura de las niñas, factores que anteriormente se relacionaron con una menstruación más temprana. Esto sugiere que los tipos de alimentos y sus efectos inflamatorios pueden desempeñar un papel más importante en el momento de la menstruación de lo que se creía anteriormente.
En general, comer frutas, verduras, cereales integrales, pescado azul, frutos secos y legumbres (ácidos grasos poliinsaturados), y limitar el consumo de carnes rojas y procesadas, cereales refinados, bebidas azucaradas y sal añadida "beneficia a todo el mundo, independientemente de la edad", afirmó Harris.
"Creo que nuestros hallazgos ponen de relieve la necesidad de que todos los niños y adolescentes tengan acceso a opciones de alimentación saludables, y la importancia de que los desayunos y almuerzos escolares se basen en directrices fundamentadas en la evidencia", afirmó Harris, haciendo hincapié en que este rango de edad puede ser un "período importante" para intentar reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Los investigadores reconocieron las limitaciones del estudio, entre ellas la dependencia de los datos de los cuestionarios, lo que introduce la posibilidad de inexactitudes. En consecuencia, los investigadores no pudieron explicar directamente la influencia de la grasa corporal.
Tienen previsto seguir investigando cómo la dieta y el tamaño corporal durante la infancia y la adolescencia pueden estar relacionados con las características de los ciclos menstruales en la edad adulta.
Ayudar a los niños a desarrollar hábitos alimenticios saludables
Una de las cosas más eficaces que pueden hacer los padres es involucrar a sus hijas en el proceso alimentario "de principio a fin", según explicó Jennifer Pallian, nutriologa titulada de Foodess, a The Epoch Times."Esto puede significar ayudar a plantar algunas verduras en el jardín, elegir los productos en la tienda o mezclar los ingredientes en la cocina", dijo. "Cuando los niños participan en el cultivo o la preparación de los alimentos, suelen estar más dispuestos a probarlos".
Pallian hizo hincapié en que los niños aprenden más observando que con instrucciones. "Las comidas familiares en las que los niños ven a sus padres y hermanos disfrutar de una variedad de alimentos saludables son increíblemente influyentes", afirmó.
Otras estrategias prácticas son:
- Crear un entorno familiar saludable manteniendo los alimentos nutritivos a la vista y al alcance de la mano.
- Hacer que la comida sea visualmente atractiva con presentaciones coloridas.
- Establecer rutinas alimentarias coherentes.
- Fomentar la autonomía de los niños en las decisiones alimentarias, evitando enfoques excesivamente restrictivos.
Se anima a los niños a servirse ellos mismos y a participar en las decisiones sobre la comida, lo que les permite desarrollar una relación saludable con los alimentos, pero los padres deben evitar los enfoques excesivamente controladores o restrictivos, según Pallian. "Estos tienden a ser contraproducentes y conducen a la selectividad en la alimentación o a luchas de poder".
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí