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(Ilustración de The Epoch Times, Getty Images)

(Ilustración de The Epoch Times, Getty Images)

Cómo la curiosidad potencia tu memoria y tus funciones cognitivas

Abordar la vida con preguntas abiertas puede ser la clave para un mejor aprendizaje y un envejecimiento saludable

MENTALIDAD

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28 de octubre de 2025, 9:55 p. m.
| Actualizado el28 de octubre de 2025, 9:55 p. m.

Esta es la parte 16 de "Medicina de la virtud"

¿Qué medicina es segura, eficaz, gratuita y solo requiere de un sutil cambio de perspectiva? Lo invitamos a explorar el olvidado vínculo entre virtud y salud —la "Medicina de la virtud".

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Las listas de tareas de Leonardo da Vinci no se parecían a las de nadie más.

Sus diarios muestran una impresionante variedad de ideas: Desde dibujos del corazón y el flujo de la sangre hasta preguntas sobre la lengua de un pájaro carpintero. Nada escapaba a su atención. Para Da Vinci, la curiosidad no pedía permiso. Era lo que lo hacía, como dijo el historiador del arte Kenneth Clark, "el hombre más incansablemente curioso de la historia".

Todos nacemos con ese mismo impulso. Ninguna otra especie pregunta "por qué" como nosotros. Cuanto más investigan los científicos, más descubren que esa inquietud mental no es solo una etapa infantil ni un gusto por lo desconocido. La curiosidad potencia la memoria, desacelera el envejecimiento e incluso vuelve más armoniosas las relaciones hostiles.

En el borde de lo desconocido

En el paisaje del conocimiento hay "cosas conocidas", hechos que ya dominamos y que nos aburren. En el otro extremo están las "cosas desconocidas desconocidas": Aquello que no podemos imaginar lo suficiente como para formular una pregunta. Pero la verdadera acción ocurre en el medio, en el límite de lo que entendemos: las "cosas conocidas desconocidas".

Ahí florece la curiosidad.

El economista George Loewenstein propuso la "teoría de la brecha de información" para explicar ese espacio de incertidumbre: Cuando sentimos que una respuesta está al alcance, la mente se inclina hacia ella.

Esto se observa desde los primeros meses de vida. En un estudio de 2012 con bebés, los investigadores quisieron determinar qué atrae más su atención. Les mostraron secuencias visuales que eran demasiado simples y predecibles, moderadamente variadas o demasiado complejas.

Luego midieron la atención según el tiempo que los bebés mantenían la mirada.

La atención duró más cuando la escena era intermedia, un poco misteriosa pero lo bastante comprensible como para atraerlos. Los investigadores llamaron a este fenómeno el "efecto Ricitos de Oro".

(The Epoch Times)(The Epoch Times)

En otras palabras, la curiosidad no es un impulso aleatorio ni sin rumbo. Hay un punto ideal, donde la mente se interesa por una pregunta que puede responder y ese punto tiene efectos maravillosos en nuestro cerebro.

El vórtice del aprendizaje

La curiosidad cambia físicamente la forma en que aprendemos y recordamos.

En un estudio de 2014, los participantes fueron colocados en escáneres de fMRI y se les presentó una pregunta de trivia. Durante los 14 segundos de espera antes de ver la respuesta, los investigadores mostraron al azar la imagen de un rostro. Descubrieron que quienes sentían más curiosidad recordaban esos rostros con gran detalle. Lo sorprendente fue que la mejora en la memoria se mantenía incluso después de 24 horas.

De manera cuantitativa, los participantes recordaron cerca del 47 por ciento de las respuestas de trivia cuando la curiosidad era alta, frente al 28 por ciento cuando era baja.

Los científicos llamaron a la curiosidad un "vórtice de aprendizaje": Atrae la información que se quiere aprender, pero también todo lo que la rodea. El cerebro entra en un estado que favorece el aprendizaje y la memoria.

Además, el escaneo cerebral mostró que se activaban circuitos relacionados con la liberación de dopamina, como el núcleo accumbens y el área tegmental ventral o sustancia negra, lo que hacía más eficiente el trabajo de la memoria.

Cuanto más alta era la curiosidad, más se estimulaban esas regiones.

(The Epoch Times)(The Epoch Times)

"La curiosidad agrega una sensación intrínseca de necesidad y placer", dijo Jamie Jirout, profesora asociada e investigadora de curiosidad en la Universidad de Virginia.

Crea un ciclo positivo: Disfrutas aprender, por lo tanto buscas aprender más, y aprendes aún más.

Beneficios durante toda la vida

Desde la infancia, un nivel alto de curiosidad se relaciona con un aprendizaje y un desempeño académico significativamente mejores.

En un metaanálisis, los investigadores hallaron que la curiosidad intelectual es tan importante para el rendimiento académico como el esfuerzo (responsabilidad) y la capacidad cognitiva (inteligencia). Señalaron que una mente curiosa debe considerarse "el tercer pilar del desempeño académico".

Otro beneficio es que la curiosidad no desaparece, sino que evoluciona con los años, y mantener viva la "brecha de información" puede ayudar a conservar el cerebro sano en la vejez.

Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles publicado en mayo mostró que, al practicar la curiosidad de manera habitual, los adultos mayores continúan aprendiendo cosas nuevas, socializan más y desafían su mente, factores que podrían incluso protegerlos contra la demencia.

Por ejemplo, un estudio publicado en JAMA midió la "puntuación de actividad cognitiva" de los participantes según su participación en actividades como leer libros, visitar museos y jugar a las cartas. Cada actividad se calificó en una escala del uno al cinco: un punto significaba que la actividad se hacía una vez al año o menos, y cinco puntos casi todos los días. Luego se promediaron los valores para obtener una puntuación final.

(The Epoch Times)(The Epoch Times)

Después de cuatro años y medio de seguimiento, los investigadores descubrieron que "un aumento de un punto en la puntuación de actividad cognitiva se asociaba con una reducción del 33 por ciento en el riesgo de Alzheimer".

El estudio también mostró que una mayor actividad cognitiva ralentizaba el deterioro mental, reduciendo en un 60 por ciento la pérdida de memoria de trabajo y en un 30 por ciento la disminución de la velocidad perceptiva.

La curiosidad fomenta la cercanía

La curiosidad genera intimidad. En una serie de experimentos, el psicólogo e investigador Todd Kashdan descubrió que los desconocidos que intercambiaban preguntas impulsadas por curiosidad genuina, en lugar de charla superficial, desarrollaban más cercanía y calidez.

Los participantes conversaron 45 minutos con extraños y fueron asignados al azar a un formato íntimo o de charla trivial. Las preguntas triviales eran como: "¿Lees el periódico a menudo y cuál prefieres? ¿Por qué?". En cambio, las preguntas íntimas incluían: "¿Cómo sería para ti un día perfecto?" y "¿Cuál es el mayor logro de tu vida?".

En los escenarios diseñados para la intimidad, casi todos se sintieron cercanos. En el grupo de charla trivial, solo las personas muy curiosas lo lograron, porque transformaron la situación.

Por eso, según los investigadores, la curiosidad puede ser "el ingrediente olvidado" de la intimidad, incluso en situaciones poco prometedoras o aburridas. Las personas menos curiosas necesitan un contexto más estructurado para sentir cercanía, mientras que las muy curiosas generan conexión incluso con menos oportunidades.

Los estudios de Kashdan también mostraron que las personas curiosas son percibidas como más interesantes y que sus relaciones ganan resiliencia y armonía. ¿Por qué? Porque la curiosidad demuestra interés genuino y cuidado por el bienestar de los demás.

"La curiosidad puede ser el antídoto contra la actitud defensiva", dijo a The Epoch Times, al explicar su experimento con parejas románticas, que demostró que las personas curiosas manejan la provocación con menos agresividad y con una actitud que comunica: "Quiero entenderte".

"El objetivo no es obtener la respuesta. El objetivo es compartir la aventura de descubrir las cosas juntos", dijo.

Crear espacio mental para el asombro

La humildad está en el centro de la curiosidad. Saber lo que no se sabe es el punto exacto donde se equilibran el asombro y el aprendizaje: una humildad que hace posible la curiosidad al invitar lo desconocido.

Sin embargo, Jirout advirtió que esta apertura puede verse bloqueada por la eficiencia, la necesidad de terminar tareas y la búsqueda de certeza. Las distracciones —como las redes sociales— apenas necesitan mencionarse. Por eso, los expertos recomiendan crear primero espacio: tiempo y calma mental para que el asombro tenga lugar.

"Darse intencionalmente tiempo y espacio mental para pensar en lo que uno tiene curiosidad por saber, casi como una forma de meditación, ayuda a fortalecer la habilidad de la curiosidad: El deseo básico de comprender el mundo", dijo Jirout.

También conviene dejar espacio para nuevas perspectivas. Los estudios muestran que cuando las preguntas permanecen abiertas, la exploración florece. Cuando padres, maestros o entrenadores dejan margen para que los niños pregunten, en lugar de apresurarse a instruir, los niños descubren más y desarrollan independencia intelectual.

Comienza donde el interés te atrae y deja que la curiosidad fluya de manera natural. Kashdan recomienda prácticas como su regla de "sin teléfonos" durante reuniones sociales, donde se permite que las preguntas surjan sin ceder a la tentación de buscar una respuesta en Google. Permitir que la curiosidad compartida sea una experiencia social evita interrumpir una forma profunda de conexión humana, dijo.

Estamos dotados de curiosidad, y ese regalo no expira. En cualquier momento, señaló Kashdan, "puedes encontrar la variedad, la novedad y el sentido que hacen que la vida sea asombrosa", y nunca estás a más de un "¿por qué?" de distancia.

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Parte 1: Gratitud: Una medicina alternativa para la ira y la depresión 

Parte 2: Su cerebro está programado para la honestidad: Mentir le puede cobrar la factura

Parte 3: Cómo el perdón curó de manera insólita la salud mental y física de un héroe del 11-S

Parte 4: Resentimiento: "Un huésped malsano en el corazón humano"

Parte 5: Cómo el asombro refuerza el sistema inmunitario y se extiende más allá de un sentimiento momentáneo

Parte 6: Generosidad: Perder un poco significa ganar mucho

Parte 7: Coraje: Los riesgos que asume determinan en quién se convierte

Parte 8: Optimismo: La clave para combatir la depresión y promover una vida más longeva

Parte 9: El amor transforma el corazón, más que metafóricamente

Parte 10: Esperanza: un remedio contra la depresión cuando nada más funciona

Parte 11: Su cerebro anhela la belleza: descubra por qué la estética impacta su salud y bienestar mental

Parte 12: Los beneficios inesperados de ser humilde

Parte 13: Cómo la paciencia disminuye el envejecimiento de las células

Parte 14: La ciencia mental detrás de la verdadera resiliencia

Parte 15: Una medicina silenciosa: Cómo el silencio desacelera el corazón y hace crecer las neuronas


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