Un nuevo estudio sugiere que el riesgo de leucemia en los niños podría estar relacionado con si el parto ocurre antes que comience el trabajo de parto.
Según un estudio sueco realizado con más de 2.4 millones de nacimientos, los bebés nacidos por cesárea programada presentan un riesgo ligeramente mayor de desarrollar leucemia.
La investigación, publicada en The International Journal of Cancer, descubrió que los niños nacidos por cesárea programada, antes de que comenzara el parto, tenían aproximadamente un 20 por ciento más de probabilidades de desarrollar leucemia linfoblástica aguda (LLA), el tipo más común de leucemia infantil, en comparación con los niños nacidos por vía vaginal o por cesárea de emergencia.
Los hallazgos son especialmente relevantes dado el aumento de las tasas de cesáreas en todo el mundo. Mientras que Suecia mantiene unas tasas relativamente bajas, entre el 11 y el 17 por ciento, más del 30 por ciento de los bebés en Estados Unidos nacen ahora por cesárea, y aproximadamente la mitad de ellas son intervenciones programadas, no urgentes.
Hallazgos clave
Los investigadores analizaron más de 2.4 millones de nacimientos en Suecia durante dos períodos: 1982 a 1989 y 1999 a 2014. Utilizando los registros nacionales de salud, los investigadores hicieron un seguimiento de los métodos de parto y los diagnósticos de leucemia infantil hasta los 20 años. De los 2.4 millones de nacimientos estudiados, el 15.5 por ciento fueron por cesárea.El resultado más llamativo fue el riesgo un 29 por ciento mayor de leucemia linfoblástica aguda de células B (LLA-B), el subtipo más común, entre los niños nacidos por cesárea programada, en comparación con los nacidos por vía vaginal. La asociación fue más fuerte entre los niños varones y los niños diagnosticados antes de los 5 años, la edad máxima de aparición de la LLA.
No se observó tal aumento en los niños nacidos por cesáreas de emergencia o no planificadas, que suelen realizarse después del inicio del parto o en respuesta a complicaciones.
"Nos sorprendió un poco que la asociación persistiera tras ajustar una amplia gama de condiciones maternas, del embarazo y del bebé", afirmó Christina-Evmorfia Kampitsi, investigadora posdoctoral del Instituto Karolinska y autora principal del estudio, en un correo electrónico enviado a The Epoch Times.
La LLA, incluyendo su subtipo más común, la LLA-B, afecta a los glóbulos blancos y se diagnostica típicamente en niños menores de 5 años. Se considera altamente tratable, con tasas de supervivencia superiores al 85 por ciento en países de ingresos altos.
Comprender el riesgo
El aumento del riesgo, aunque estadísticamente significativo, es pequeño en términos absolutos.En Estados Unidos, aproximadamente 3100 niños y adolescentes menores de 20 años son diagnosticados con LLA cada año, lo que supone unos 4 de cada 100,000 niños. El aumento del 20 por ciento observado para la LLA elevaría esa cifra a unos 5 de cada 100,000.
"El riesgo general sigue siendo muy bajo: la mayoría de los niños nacidos por cesárea nunca desarrollarán leucemia", afirmó Kampitsi, señalando que el equipo sospechaba inicialmente que el mayor riesgo podría deberse a problemas de salud que habrían llevado a programar una cesárea. Ahora, parece que el método de parto en sí mismo, es decir, la forma en que nace el bebé, puede afectar al desarrollo inmunológico de tal manera que aumenta el riesgo de leucemia.
Para evaluar si las complicaciones del embarazo podrían explicar esta relación, los investigadores ajustaron los datos para tener en cuenta una amplia gama de factores maternos y perinatales, como la diabetes gestacional, la preeclampsia, el peso al nacer, la edad materna, el tabaquismo y las infecciones. La asociación se mantuvo.
"Aunque no podemos sacar conclusiones definitivas [ya que el estudio es observacional], los resultados respaldan la idea de que la exposición temprana (incluso desde el nacimiento) puede tener implicaciones a largo plazo para el desarrollo inmunitario y los resultados de salud relacionados con el sistema inmunitario", afirmó Kampitsi.
Cómo el parto puede influir en la inmunidad
Los científicos apuntan cada vez más a la "sabiduría de la naturaleza" en el proceso del parto, una secuencia de eventos finamente ajustada a lo largo de milenios que ayuda a preparar el sistema inmunitario del recién nacido para la vida fuera del útero.Cuando el parto comienza de forma natural y los bebés pasan por el canal del parto, se exponen a una cascada de señales biológicas y microbios que parecen desempeñar un papel en la salud a largo plazo. Los investigadores creen que dos factores clave pueden ayudar a explicar la relación entre las cesáreas programadas y el aumento del riesgo de leucemia infantil.
Exposición a la microbiota
Los bebés nacidos por vía vaginal se exponen a bacterias beneficiosas del canal del parto de la madre, que ayudan a poblar el intestino del bebé y favorecen la regulación inmunitaria temprana. Por el contrario, los bebés nacidos por cesárea programada, antes del parto y sin contacto con la flora vaginal, suelen colonizarse con bacterias de la piel y del hospital, lo que puede dar lugar a una menor diversidad microbiana. Esto difiere de las cesáreas de urgencia, en las que el parto comenzó o se rompieron las membranas (rotura de aguas), lo que puede permitir cierta exposición a los microbios vaginales."Esta diferencia podría influir en la regulación inmunitaria en los primeros años de vida", señaló Kampitsi.
Un estudio publicado en 2020 en Science Translational Medicine descubrió que los bebés nacidos por cesárea se pierden la transferencia temprana de microbios beneficiosos del canal del parto de la madre, una interrupción que los investigadores relacionaron con un mayor riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario, como el asma.
Hormonas del estrés en el parto
El parto desencadena un aumento de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que ayudan a preparar el sistema inmunitario del recién nacido. Los bebés nacidos por cesárea de urgencia o por vía vaginal siguen experimentando este pico hormonal. Sin embargo, los nacidos por cesárea programada, antes de que comience el parto, no suelen experimentarlo.Kampitsi afirmó que las hormonas del estrés liberadas durante el parto pueden ayudar al sistema inmunitario del recién nacido a desarrollarse correctamente y eliminar las células anormales tempranas que podrían provocar leucemia.
Aunque estos mecanismos son biológicamente plausibles, siguen siendo especulativos y requieren más estudios, añadió.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos señala que el parto por cesárea, junto con otros factores ―como el uso de antibióticos y la alimentación con fórmula―, pueden alterar la transferencia natural de las bacterias de la madre durante un periodo crítico del desarrollo inmunológico del recién nacido, lo que podría afectar a la salud intestinal y a la regulación inmunológica a largo plazo.
Poniendo el riesgo en perspectiva
Los hallazgos, que se suman a las crecientes pruebas de que la forma en que nace un bebé puede influir de manera sutil pero duradera en el desarrollo del sistema inmunitario, coinciden con investigaciones anteriores que relacionan las cesáreas programadas con aumentos pequeños pero medibles del asma, la diabetes tipo 1, las alergias y otras afecciones relacionadas con el sistema inmunitario.La mayoría de los bebés nacidos por cesárea programada nunca desarrollarán leucemia y, en muchos casos, la cesárea es médicamente necesaria y salva vidas.
"En estos casos, no realizar una cesárea podría suponer un grave perjuicio tanto para la madre como para el bebé", afirma Kampitsi. No obstante, cuando se está considerando una cesárea programada sin una indicación médica clara, el estudio sugiere que vale la pena sopesar los posibles riesgos a largo plazo, por pequeños que sean.
En conjunto, puede merecer la pena discutir con el médico los posibles efectos a largo plazo cuando no hay una razón médica clara para programar una cesárea.
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