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(Imagen ilustrativa/ Pexels, cottonbro studio)

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Estudio revela que muchos adultos jóvenes se enfrentan a riesgo oculto de cardiopatía a largo plazo

SALUDPor The Epoch Times
8 de mayo de 2025, 2:09 p. m.
| Actualizado el8 de mayo de 2025, 2:09 p. m.

Un nuevo estudio revela que millones de adultos de 30, 40 y 50 años podrían estar en vías de desarrollar graves problemas cardíacos, aunque su salud a corto plazo parezca buena en la actualidad, afirma la Universidad Northwestern en un comunicado del 25 de abril.

Un estudio de la Facultad de Medicina de esta universidad, publicado en la revista JAMA, revela que aproximadamente uno de cada siete adultos de entre 30 y 59 años presenta un riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares en 30 años. Sin embargo, a la mayoría no se les detectaría en un chequeo normal porque su riesgo a corto plazo, a 10 años, parece bajo.

"Aunque el riesgo a corto plazo o a 10 años es nuestra norma de atención, este análisis refleja un cambio importante en la cardiología preventiva y ayuda a concienciar a la población de que el riesgo de cardiopatía puede detectarse incluso en adultos jóvenes", afirma la Dra. Sadiya Khan, autora principal del estudio y profesora de epidemiología cardiovascular en la Northwestern.

La investigación utilizó una nueva herramienta desarrollada por la Asociación Americana del Corazón para evaluar el riesgo a corto y largo plazo. Analizó datos de más de 9700 adultos sin signos de enfermedad cardíaca, lo que representa aproximadamente 101 millones de personas en todo el país. Si bien la mayoría presentó un riesgo bajo a corto plazo, aproximadamente uno de cada siete presentó un riesgo alto en un período de 30 años.

Según el informe, este tipo de riesgo suele pasar desapercibido en la atención primaria, donde los médicos se basan sobre todo en modelos de riesgo a 10 años para orientar las decisiones terapéuticas.

"Esto ayuda a demostrar la importancia de calcular el riesgo tanto a largo como a corto plazo cuando se atiende a un paciente en atención primaria para comunicar una evaluación más completa del riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad cardíaca", dijo Khan en el comunicado.

"Si una persona más joven tiene una puntuación de [riesgo de enfermedad cardiovascular] a 30 años de mayor riesgo, deberían considerarse intervenciones más tempranas y hacer hincapié en las medidas preventivas para mejorar potencialmente los resultados [de la puntuación de riesgo de enfermedad cardiovascular]".

Los hallazgos se producen en un momento en el que se espera que la carga global de enfermedades cardíacas en Estados Unidos aumente considerablemente. Los investigadores citaron una previsión de la Asociación Americana del Corazón del año pasado, según la cual más de 184 millones de adultos —más del 60 por ciento de la población— padecerán algún tipo de enfermedad cardiovascular o hipertensión en 2050.

Se prevé que el aumento de las tasas de hipertensión (presión arterial alta), obesidad, diabetes y envejecimiento de la población impulsen gran parte de este incremento. La previsión estima que la hipertensión afectará al 61 por ciento de los adultos en 2050, la diabetes crecerá hasta casi el 27 por ciento y la obesidad superará el 60 por ciento.

Aunque se espera que disminuyan las tasas de tabaquismo y de inactividad física, problemas como la falta de sueño y el aumento de la presión arterial empeorarán, según la previsión de la AHA citada por los investigadores.

También se prevé que aumenten en todo el país las afecciones relacionadas con el corazón, como las enfermedades coronarias, la insuficiencia cardíaca, los accidentes cerebrovasculares y la fibrilación auricular, especialmente entre los adultos jóvenes y de mediana edad. Los investigadores señalaron que, tras décadas de progreso, las tasas de cardiopatías e ictus empezaron a aumentar de nuevo en los últimos años.

Khan dijo que identificar los riesgos a largo plazo en los adultos más jóvenes puede ayudar a dirigir las intervenciones tempranas, como cambios en la dieta, aumento de la actividad física y control de la presión arterial, que podrían prevenir problemas de salud graves más adelante en la vida.

"Estos individuos representan un grupo que podría beneficiarse de esfuerzos preventivos más intensivos (por ejemplo, intervención intensiva en el estilo de vida, inicio más temprano de terapias con estatinas o antihipertensivos)", señala el informe.

Los expertos afirman que los médicos deberían empezar a utilizar calculadoras de riesgo cardíaco a 10 y 30 años en las revisiones para informar mejor a los pacientes y orientar las estrategias de prevención, sobre todo a medida que se generalicen los nuevos tratamientos contra la obesidad y la diabetes.

Sin cambios más amplios, los investigadores advierten que Estados Unidos se enfrentará a una creciente oleada de cardiopatías que podría desbordar el sistema sanitario en el futuro y acortar vidas.


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