El presidente Donald Trump firmó el 17 de julio una orden ejecutiva para crear una nueva clasificación de trabajadores federales no permanentes cuyas funciones se centran en la aplicación de la agenda política del presidente.
El personal federal contratado bajo la clasificación del Anexo G se dedicará a tareas de “elaboración o promoción de políticas”, y sus puestos estarán exentos de las protecciones de los empleados permanentes, lo que facilitará su destitución por parte de las agencias federales, según una hoja informativa que acompaña a la orden.
La nueva clasificación solo se aplicará a los puestos no permanente, lo que significa que se espera que sus periodos finalicen cuando el presidente que los nombró deje el cargo, según ha declarado la Casa Blanca.
Señala que los puestos del Anexo G tienen por objeto mejorar la eficiencia del gobierno y los servicios de las agencias federales "aumentando la capacidad de las agencias para aplicar la política de la administración".
Esta clasificación "facilita el nombramiento de empleados federales no permanentes que prestarán servicios de forma temporal y aplicarán el programa político prescrito por el pueblo estadounidense a través de nuestras elecciones", y mejora el funcionamiento de las agencias al "agilizar los nombramientos para puestos políticos clave", según la hoja informativa.
La orden de Trump menciona específicamente al Departamento de Asuntos de Veteranos, al que ordena elegir a los candidatos a los puestos del Anexo G en función de su capacidad para apoyar las políticas del presidente, sin tener en cuenta su afiliación política o su actividad política.
Esto se produjo después de que la Oficina de Gestión de Personal (OPM) propusiera en abril una norma para reclasificar a unos 50,000 empleados de carrera que desempeñan funciones que influyen en las políticas en una nueva clasificación denominada "Schedule Policy/Career" (Política de horario/Carrera), en la que trabajarán como empleados "a voluntad".
Esta clasificación permitirá a las agencias federales despedir rápidamente a los trabajadores con bajo rendimiento, que cometan faltas graves o que socaven las directivas presidenciales, según la hoja informativa.
“La Oficina de Responsabilidad Gubernamental informa de que se tarda entre seis meses y un año en despedir a los empleados con bajo rendimiento, incluso antes de las apelaciones. Solo dos quintas partes de los directivos federales confían en poder despedir a los empleados que cometen faltas graves”, declaró la Casa Blanca en abril.
Al anunciar la orden el 18 de abril, Trump afirmó que la nueva clasificación obligará a los empleados de carrera a cumplir “los más altos estándares de conducta y rendimiento” y despedirá a aquellos que se opongan a la agenda política de su administración.
“Si estos funcionarios se niegan a promover los intereses políticos del presidente o se dedican a comportamientos corruptos, no deberían seguir teniendo un trabajo”, declaró el presidente en Truth Social en ese momento. “Es de sentido común y permitirá que el gobierno federal finalmente se ‘gestione como una empresa’. Debemos erradicar la corrupción e implementar la rendición de cuentas en nuestra plantilla federal”.
Durante su primer mandato, Trump ordenó la reclasificación de determinados funcionarios federales con funciones relacionadas con las políticas en la categoría "Schedule F", pero esta medida fue revocada posteriormente por el presidente Joe Biden tras su llegada al poder en 2021.
Trump se comprometió a restablecer la medida durante su campaña presidencial, según la hoja informativa de abril.
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