El presidente Donald Trump firmó el 24 de julio una orden ejecutiva que prohíbe los pagos “por jugar” de terceros a los deportistas universitarios para hacer frente a las “guerras de ofertas” que han envuelto recientemente los deportes universitarios.
La orden, denominada “Salvar los deportes universitarios”, destaca una sentencia antimonopolio de 2021 de la Corte Suprema que anuló las restricciones a las normas de transferencia y reclutamiento de la Asociación Nacional Atlética Universitaria. Posteriormente, actualizó sus normas para permitir que los jugadores recibieran pagos de terceros por su nombre, imagen y semejanza (NIL).
Los cambios en las normas crearon un “entorno caótico que amenaza la viabilidad financiera y estructural del deporte universitario”, según una hoja informativa de la Casa Blanca.
“Pero las salvaguardias diseñadas para garantizar que se tratara de pagos NIL legítimos y acorde con el valor de mercado por patrocinios o servicios similares, en lugar de simples incentivos por jugar, fueron eliminadas a través de litigios”, declaró la Casa Blanca. “Otras restricciones a las transferencias de jugadores entre escuelas también fueron eliminadas a través de litigios”.
Este cambio dio lugar a un “sistema descontrolado y sin rumbo en el que los donantes de las universidades rivales se enzarzan en guerras de ofertas por los mejores jugadores, que pueden cambiar de equipo cada temporada”, afirma la orden.
La orden podría tener graves consecuencias para el fútbol americano universitario y el baloncesto masculino, que en los últimos años han visto cómo el reclutamiento de jugadores se ha convertido en un mercado multimillonario. Algunos equipos han gastado decenas de millones en reclutar atletas.
La orden de Trump no se aplica a los pagos a precio de mercado proporcionados a los atletas por promocionar marcas, según declaró la Casa Blanca.
“Para preservar los beneficios educativos y de desarrollo fundamentales del deporte universitario para nuestra nación, es política del poder ejecutivo que los pagos a terceros por participar en actividades deportivas a atletas universitarios sean improcedentes y no deben ser permitidos por las universidades”, establece la orden.
Los departamentos deportivos universitarios que obtengan más de 125 millones de dólares en ingresos durante la temporada deportiva 2024-2025 deberán ofrecer más becas en deportes no lucrativos que las asignadas para esa temporada.
Los departamentos que ganen más de 50 millones de dólares deberán ofrecer “al menos el mismo número” de becas para deportes no lucrativos que las concedidas durante la temporada deportiva 2024-2025, y deberán ofrecer el número máximo de plazas en las listas de deportistas para deportes no lucrativos permitido por las normas deportivas universitarias aplicables, según la Casa Blanca.
Los departamentos deportivos universitarios que ganaron 50 millones de dólares o menos durante la temporada 2024-2025, o que carecen de deportes que generen ingresos, no deben limitar de manera desproporcionada las becas o las oportunidades de inscripción en deportes en función de los ingresos que generan, según la orden.
La orden instruye a la secretaria de Educación, Linda McMahon, a consultar con la fiscal general, Pam Bondi, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., y el presidente de la Comisión Federal de Comercio, Andrew Ferguson, para elaborar un plan para la aplicación de las disposiciones de la orden ejecutiva en un plazo de 30 días a partir de la firma de Trump.
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