Un segundo detenido falleció tras el ataque masivo a tiros ocurrido la semana pasada en la oficina de inmigración de Dallas, Texas.
Miguel Ángel García-Hernández, de 32 años, fue confirmado muerto el lunes, según un comunicado de prensa de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC). La primera víctima en morir, Norlan Guzmán-Fuentes, de 37 años, falleció el mismo día del ataque.
El 24 de septiembre, un tirador disparó desde una azotea cercana contra la oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE). Los disparos impactaron en el edificio del ICE, en una camioneta y en varios detenidos.
Ningún miembro de las fuerzas del orden resultó herido en el tiroteo, pero otros dos detenidos, incluido García-Hernández, fueron hospitalizados en estado crítico.
El grupo difundió un comunicado de su esposa, Stephany Gauffeny, quien espera el quinto hijo de la pareja, y que describió a su difunto esposo como un “hombre bueno, un padre amoroso y el proveedor de nuestra familia”.
“Acabábamos de comprar nuestra primera casa juntos, y él trabajaba duro todos los días para asegurarse de que nuestros hijos tuvieran lo que necesitaban. Su muerte es una tragedia sin sentido que deja a nuestra familia destrozada. No sé cómo explicarles a nuestros hijos que su padre se fue”, dijo.
El sospechoso del tiroteo fue identificado como Joshua Jahn, de 29 años, de Fairview, Texas, quien supuestamente disparó con un rifle de cerrojo de 8 milímetros comprado en agosto.
Sin embargo, Joseph Rothrock, agente especial a cargo de la oficina del FBI en Dallas, dijo a los reporteros el 25 de septiembre que el tirador probablemente había estado planeando el ataque durante meses.
El director del FBI, Kash Patel, publicó una actualización en X poco después del ataque, diciendo que Jahn descargó un documento del “Dallas County Office of Homeland Security & Emergency Management” que contenía una lista de instalaciones del DHS.
Las autoridades encontraron a Jahn muerto por lo que aparenta ser un disparo autoinfligido y supuestamente recuperaron munición sin usar en la que estaba escrita la palabra “ANTI-ICE”, según informó previamente Patel.
Jahn habría escrito en una nota encontrada por los investigadores que quería “maximizar la letalidad” contra el personal del ICE y minimizar el daño a los detenidos, según la fiscal federal interina Nancy Larson, quien habló con la prensa el 25 de septiembre.
El agente especial del FBI, Joseph Rothrock, dijo a los reporteros en la misma conferencia de prensa que los agentes del ICE y de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), quienes también estaban en la escena, actuaron rápidamente para mover a los detenidos fuera de peligro mientras se efectuaban los disparos.
Larson también declaró que los investigadores no encontraron escritos negativos sobre ninguna otra agencia, pero que el sospechoso del tiroteo supuestamente expresó sentimientos negativos hacia el gobierno federal en general.
El ataque se produjo después de meses de un aumento en la aplicación de la ley migratoria por parte de la administración Trump.
Se trata del segundo ataque a una instalación del ICE cerca de Dallas en pocos meses, después de que el 4 de julio un agente de policía resultara herido en un sitio en Alvarado. Al menos 10 personas han sido acusadas de intento de asesinato.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí