A medida que se intensifican las tensiones entre Estados Unidos y China en materia de tecnología y seguridad nacional, una nueva ola de escándalos de corrupción sacude el sector del big data del Partido Comunista Chino (PCCh), una de las industrias más importantes desde el punto de vista estratégico para el régimen.
El 2 de julio, los medios de comunicación estatales chinos informaron que Yu Shiyang, jefe del Departamento de Desarrollo de Big Data del Centro de Información Estatal de China, está siendo investigado por «graves violaciones de la disciplina y la ley», una frase que en China se entiende ampliamente como conducta política indebida o corrupción.
En la mayoría de los casos, estas investigaciones no dan lugar a juicios públicos. En cambio, los funcionarios suelen ser detenidos en secreto, desaparecen de la vista del público y son destituidos discretamente de sus cargos.
Yu es el último de una lista cada vez más larga de altos funcionarios del sector tecnológico y de datos de China que han caído en desgracia. Yu, que en su día ocupó un puesto de investigador visitante en el MIT, era considerado una estrella en ascenso en el sector de la gobernanza digital de China, un perfil inusual para un funcionario del PCCh debido a su experiencia internacional. También fue subdirector ejecutivo del Centro de Internet y Big Data dependiente de la poderosa Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, la principal agencia de planificación económica de Beijing.
El anuncio fue emitido conjuntamente por la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, el máximo órgano anticorrupción del PCCh, y su homólogo en la provincia de Hebei, lo que subraya el peso político que hay detrás del caso.
Corrupción generalizada en el centro de datos de China
La investigación sobre Yu forma parte de un patrón más amplio que ha afectado al sector de los macrodatos en China, especialmente en la provincia de Guizhou, un sitio que el PCCh ha promocionado como centro nacional de datos desde 2016. Guizhou, que en su día fue aclamada como la primera zona experimental de big data a nivel nacional de China, firmó en 2018 un acuerdo histórico que permitía a una empresa respaldada por el gobierno local, Guizhou-Cloud Big Data, asociarse con Apple para operar los servicios de iCloud en China continental.Sin embargo, entre bastidores, el auge de los datos en Guizhou se ha convertido en una carga política. Varios altos funcionarios, entre los que se encuentran reguladores provinciales de datos, alcaldes y ejecutivos de empresas tecnológicas estatales, fueron objeto de amplias investigaciones anticorrupción.
Entre ellos destaca Ma Ningyu, antiguo responsable de big data de Guizhou y artífice original de la estrategia de transformación digital de la provincia. Fue detenido en agosto del año pasado acusado de abusar de los recursos públicos de datos para su beneficio personal. Los proyectos que impulsó están ahora bajo investigación por prácticas fraudulentas en la contratación pública.
Otro escándalo involucra a Jing Yaping, que fue purgada el 24 de febrero. Hasta su jubilación, dirigió la Oficina Provincial de Desarrollo de Big Data. Presuntamente, manipuló las licitaciones para los contratos de TI del régimen chino mediante la incorporación de marcas de agua cifradas en los documentos de licitación, lo que garantizó que la empresa ficticia de su yerno obtuviera lucrativos contratos. Según se informa, el plan causó un sobrecoste presupuestario de 2000 millones de yuanes (280 millones de dólares).
Los investigadores también alegaron que los servidores gubernamentales bajo su supervisión se utilizaron en secreto para minar bitcoines. Las autoridades descubrieron 327 bitcoines restantes en el grupo de minería, por un valor aproximado de 35 millones de dólares según las valoraciones actuales. El descubrimiento fue especialmente problemático dada la prohibición general de la minería de criptomonedas impuesta por Beijing en 2021, alegando el desperdicio de energía y el riesgo financiero.
La purga no da señales de ralentizarse. El 26 de febrero, Liu Lan, teniente de alcalde de Guizhou y responsable de big data, fue destituido de su cargo, según informaron los medios estatales chinos. El 3 de abril, Yang Yunyong, director de una empresa informática respaldada por el gobierno provincial de Guizhou, fue purgado, y Li Gang, ex subdirector de la Oficina de Big Data de Guizhou y de la Oficina Provincial de Fusión Militar-Civil, fue investigado el 16 de mayo.
Las ambiciones del PCCh en materia de big data
Las consecuencias han despertado la alarma sobre la fragilidad de los esfuerzos de China por alcanzar una ventaja global en inteligencia artificial (IA). El big data es fundamental para el desarrollo de la IA, y el líder chino Xi Jinping lleva desde 2022 defendiendo la integración del big data, la inteligencia artificial y las industrias tradicionales.El 26 de junio, RAND Corporation, un influyente grupo de expertos en defensa y política estadounidense, advirtió que Beijing considera los datos un activo estratégico en su intento por convertirse en una potencia mundial dominante en el campo de la IA. Los gobiernos locales chinos han puesto en marcha los denominados «mercados de datos», que les permiten a los organismos estatales y a las empresas comerciar con conjuntos de datos. Estas plataformas tienen por objeto normalizar y comercializar el intercambio de datos entre entidades estatales y privadas, impulsando el desarrollo de la IA sin transferencia formal de la propiedad de los datos. El objetivo es desarrollar las capacidades de IA ampliando el acceso a datos de entrenamiento a gran escala.
Además, los macrodatos son fundamentales en los intentos del PCCh de ejercer influencia y espionaje en el extranjero. El año pasado, el jefe de inteligencia canadiense, Daniel Rogers, expresó su preocupación por la seguridad nacional ante el uso de macrodatos por parte de China para llevar a cabo actividades de injerencia extranjera. Mencionó específicamente los datos en poder de TikTok como potencialmente susceptibles de acabar en manos del PCCh.
El PCCh también busca adquirir y explotar el big data para uso militar. El Departamento de Estado de EE. UU. afirma en su página web que China quiere convertirse en la primera nación en pasar a la «guerra de inteligencia» mediante la fusión entre lo militar y lo civil, una estrategia que incluye el robo para adquirir tecnologías avanzadas, entre las que se encuentra el big data.
Con la rápida sucesión de caídas de altos funcionarios del aparato de datos de Beijing, las ambiciones del PCCh de dominar el mundo digital podrían estar desmoronándose desde dentro.
Tang Bing contribuyó a este reportaje.
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