El Colegio Americano de Cardiología publicó recientemente recomendaciones que indican que la inflamación crónica debe considerarse al momento de predecir enfermedades cardíacas.
En un informe difundido en el Journal of the American College of Cardiology el 29 de septiembre, la institución señaló que la prueba de sangre de alta sensibilidad de proteína C reactiva (hsCRP), que mide la CRP —un marcador inflamatorio que aumenta en respuesta a la inflamación en el organismo—, puede determinar si una persona corre riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular (ECV).
“Dado que los médicos no tratarán lo que no miden, el tamizaje universal de hsCRP en pacientes tanto de prevención primaria como secundaria, en combinación con el colesterol, representa una gran oportunidad clínica y, por lo tanto, se recomienda”, indicó el Colegio Americano de Cardiología.
“En pacientes con enfermedad cardiovascular conocida, el nivel de hsCRP es al menos tan predictivo de eventos futuros como los niveles de colesterol LDL, incluso en pacientes tratados con estatinas”, señaló el colegio en un comunicado aparte.
Se refiere a las lipoproteínas de baja densidad, conocidas como colesterol “malo”. Las estatinas, por su parte, son una clase de medicamentos que se utilizan para reducir el colesterol en la sangre.
“En individuos con una mayor carga inflamatoria, se recomienda una intervención temprana en el estilo de vida para reducir el riesgo inflamatorio”, indicó el informe, y agregó que “la detección de un nivel persistentemente elevado de hsCRP debe llevar a considerar el inicio o la intensificación de la terapia con estatinas, independientemente del colesterol LDL”.
El informe también señaló que, para las personas con enfermedad cardiovascular que toman o no toman estatinas, la medición de la inflamación “es al menos tan potente como predictor de eventos vasculares recurrentes como lo es el colesterol LDL” y demuestra la importancia de evaluar la inflamación residual en los pacientes.
Asimismo, destacó que una dosis baja de colchicina —un medicamento utilizado para tratar la gota y, en ocasiones, un tipo de inflamación cardíaca llamada pericarditis—, ha demostrado reducir los eventos cardiovasculares en personas con aterosclerosis crónica estable, es decir, la acumulación de grasas y colesterol en las paredes de las arterias.
Un tipo de anticuerpo monoclonal llamado canakinumab demostró reducir los principales eventos cardiovasculares adversos, señalaron los investigadores.
También observaron que algunos fármacos antiinflamatorios, como el metotrexato, los corticosteroides y los inhibidores del TNF, no han mostrado beneficios en los ensayos clínicos más importantes.
El grupo recomendó que los profesionales de la salud animen a las personas a centrarse en el “consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y aceite de oliva”, así como en aumentar la ingesta de ácidos grasos omega-3 mediante el consumo de pescado en la dieta.
Asimismo, aconsejaron reducir al mínimo las carnes rojas y procesadas, los carbohidratos refinados y las bebidas azucaradas. Agregaron que otros cambios en el estilo de vida que pueden recomendarse a personas con marcadores inflamatorios elevados incluyen hacer más ejercicio, dejar de fumar y mantener un peso saludable.
Un estudio publicado el mes pasado por investigadores de la Universidad Atlántica de Florida encontró una correlación entre las personas cuya dieta contiene más alimentos ultraprocesados y niveles más altos de hsCRP, el marcador de inflamación.
“El momento también es propicio para desarrollar estrategias que promuevan una mayor conciencia entre los médicos sobre el papel crucial de la inflamación en las enfermedades cardiovasculares y acelerar la adopción de terapias antiinflamatorias basadas en evidencia y dirigidas por guías, a través de la investigación en difusión e implementación”, señaló el colegio.
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