Las autoridades sanitarias de los gobiernos de EE. UU. y Argentina anunciaron el martes que quieren que otros países se les unan después de que ambos se retiraran de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a principios de este año.
En una declaración conjunta publicada por el secretario de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Robert F. Kennedy Jr., y el ministro de Salud de Argentina, Mario Lugones, se señala que ambos países se retiraron de la OMS en los últimos meses, debido a lo que calificaron como irregularidades y errores durante la pandemia de COVID-19.
«La gestión a la pandemia de COVID-19 por parte de la OMS puso de manifiesto graves deficiencias estructurales y operativas que han socavado la confianza mundial y han puesto de relieve la urgente necesidad de un liderazgo independiente y basado en la ciencia en materia de salud mundial», dice el comunicado.
La declaración afirma que les preocupa «la gestión inicial a la pandemia y los riesgos asociados a determinados tipos de investigación» y que la OMS «no ha proporcionado un acceso fundamental a la información, lo que disminuye la capacidad de los países para actuar con rapidez y eficacia, con consecuencias devastadoras a nivel mundial».
Los dos responsables sanitarios afirmaron que tanto Estados Unidos como Argentina invitarán a otras naciones «a unirse a nosotros para configurar una nueva era de cooperación sanitaria mundial», centrada en lo que ellos denominan «resultados, soberanía y un futuro más seguro para todos».
Esto se produce después de que Kennedy publicara en la red social X que se había reunido con el presidente argentino, Javier Milei, para hablar sobre la salida de ambos países de la OMS y «la creación de un sistema sanitario internacional alternativo basado en la ciencia de referencia y libre de impulsos totalitarios, corrupción y control político».
Ni la declaración conjunta ni la publicación de Kennedy indicaban si la iniciativa conjunta sería específicamente una alternativa a la OMS, ni le daban un nombre. No se proporcionaron más detalles.
En el primer día de su segundo mandato, el presidente Donald Trump firmó una orden que inició el proceso de retirada de Estados Unidos de la OMS. Milei hizo lo mismo en febrero.
La orden de Trump afirmaba que «la mala gestión a la pandemia de COVID-19 surgida en Wuhan (China) y otras crisis sanitarias mundiales» por parte de la OMS eran motivos suficientes para retirar a Estados Unidos del organismo sanitario respaldado por las Naciones Unidas.
«China, con una población de 1400 millones de habitantes, tiene el 300 por ciento de la población de Estados Unidos, pero contribuye casi un 90 por ciento menos a la OMS», afirmó la Casa Blanca.
Semanas más tarde, la OMS anunció que había aprobado un acuerdo pandémico para hacer frente a posibles emergencias sanitarias futuras. La orden de Trump de enero afirmaba que el acuerdo pandémico «no tendrá fuerza vinculante para Estados Unidos».
La semana pasada, Kennedy emitió una declaración en la que pedía a otros países que abandonaran la OMS porque, en parte, China y otros países «han ejercido una influencia indebida sobre sus operaciones de manera que beneficia sus propios intereses y no los intereses del público mundial», a pesar de que Estados Unidos proporciona una financiación significativamente mayor al organismo sanitario.
En 2020, Trump intentó retirar a Estados Unidos de la OMS en respuesta a lo que, según funcionarios estadounidenses, fue un intento del régimen chino de encubrir la propagación de la COVID-19 a finales de 2019. Esa decisión fue revocada por el presidente Joe Biden tras asumir el cargo en 2021.
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