Diez personas fueron acusadas del intento de asesinato de un oficial de policía en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Texas durante las vacaciones del 4 de julio, según informó el 8 de julio la Fiscalía del Distrito Norte de Texas.
El incidente tuvo lugar en el exterior del Centro de Detención Prairieland, en Alvarado, que se utiliza para retener a personas detenidas por infracciones migratorias o en espera de audiencias de deportación.
Las diez personas nombradas en la denuncia son Cameron Arnold, Savanna Batten, Nathan Baumann, Zachary Evetts, Joy Gibson, Bradford Morris, Maricela Rueda, Seth Sikes, Elizabeth Soto e Inés Soto.
Cada una de las 10 personas fue acusada de tres cargos de intento de asesinato de un oficial federal y tres cargos de disparo de un arma de fuego en relación con un delito violento.
Según una denuncia penal presentada en la Corte de Distrito del Distrito Norte de Texas, el viernes, alrededor de las 10:37 p. m., un grupo de entre 10 y 12 personas, todas vestidas de negro comenzaron a disparar fuegos artificiales hacia el centro.
Minutos más tarde, una o dos personas se separaron del grupo y comenzaron a pintar grafitis y dañar vehículos en el estacionamiento de las instalaciones, incluyendo pintar con spray "CERDO DEL ICE" en un automóvil, según la denuncia.
Alrededor de las 10:59 p. m., un oficial del Departamento de Policía de Alvarado (APD) llegó al centro de detención en respuesta a una llamada al 911 realizada por los funcionarios de prisiones que solicitaban ayuda, según la denuncia.
Inmediatamente después de que el oficial del APD saliera de su vehículo, fue disparado en la zona del cuello por uno de los individuos del grupo, que abrió fuego contra él desde un bosque cercano, según la denuncia.
Otro miembro del grupo abrió fuego contra los funcionarios penitenciarios desarmados del Departamento de Seguridad Nacional, disparando entre 20 y 30 balas contra ellos, según la denuncia.
La policía recuperó posteriormente casquillos de calibre 5.56 —que, según dijeron, es el calibre que se utiliza habitualmente en los rifles tipo AR-15— en los lugares donde se encontraban los dos tiradores, según los registros judiciales.
Poco después del tiroteo, un detective de la Oficina del Sheriff del Condado de Johnson (JCSO) que se dirigía al centro de detención fue informado por radio de que se había visto un Hyundai rojo o granate huyendo del lugar y que se dirigía hacia el detective, según la denuncia.
Según los investigadores, el detective detuvo el vehículo para realizar un control de tráfico a menos de una milla del centro y observó una pistola negra a la vista y un rifle tipo AR-15 en el asiento trasero. Al parecer, se encontró otro rifle tipo AR-15 en la parte trasera del vehículo.
El conductor del vehículo fue identificado como Morris, quien admitió que había estado en el centro de detención y afirmó haber conocido a algunas personas por Internet y haber transportado a algunas de ellas desde Dallas hasta el centro para "armar alboroto", según la denuncia.
Morris fue detenido inmediatamente. Varios otros sospechosos que presuntamente habían huido del lugar a pie también fueron detenidos posteriormente por agentes de la JCSO que respondieron al tiroteo.
Según la denuncia, durante el registro de las personas, los vehículos y los alrededores del centro de detención, se encontraron más armas de fuego, cargadores con munición y 12 conjuntos de chalecos antibalas.
Una de las personas también llevaba una mochila con pintura en spray y folletos en los que se leía "Lucha contra el terror del ICE con la guerra de clases" y "Liberad a todos los presos políticos", según la denuncia.
"Me alivia saber que se espera que el oficial que recibió los disparos se recupere de las heridas sufridas", dijo el director en funciones de la Oficina de Dallas del ICE, Josh Johnson, durante una rueda de prensa celebrada el 7 de julio. "Afortunadamente, ningún empleado de nuestras instalaciones resultó herido durante el tiroteo del 4 de julio".
No está claro si se asignó un abogado para los acusados.
"No se equivoquen, esto no fue una protesta pacífica", dijo la fiscal federal interina Nancy E. Larson en un comunicado. "Esto fue una emboscada a agentes de la ley federales y locales. Esta tendencia creciente de violencia contra las fuerzas del orden no será tolerada en el Distrito Norte de Texas. Quienes utilicen la violencia contra los oficiales del orden serán localizados y procesados según las leyes penales y las penas más severas disponibles".
The Epoch Times se puso en contacto con la Fiscalía del Distrito Norte de Texas para obtener más comentarios, pero no recibió respuesta antes de la publicación.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí
