NUEVA YORK — Los abogados de Luigi Mangione solicitaron el sábado a un juez federal de Nueva York que desestimara algunos cargos penales, incluido el único por el que podría enfrentarse a la pena de muerte, de una acusación federal presentada contra él por el asesinato en diciembre del director ejecutivo de UnitedHealthcare.
En los documentos presentados ante el tribunal federal de Manhattan, los abogados afirmaron que también se debería impedir que los fiscales utilizaran en el juicio sus declaraciones a los agentes del orden y su mochila, en la que se encontraron un arma y munición.
Afirmaron que a Mangione no se le leyeron sus derechos antes de ser interrogado por los agentes del orden, que lo arrestaron después de que Brian Thompson fuera asesinado a tiros al llegar a un hotel de Manhattan para asistir a una conferencia de inversionistas.
Añadieron que los agentes no obtuvieron una orden judicial antes de registrar la mochila de Mangione.
Mangione, de 27 años, se ha declarado inocente de los cargos estatales y federales por el homicidio de Brian Thompson el 4 de diciembre, cuando este llegaba a un hotel de Manhattan para asistir a la conferencia anual de inversionistas de su empresa.
El homicidio desencadenó una búsqueda en varios estados después de que el presunto autor del tiroteo huyera del lugar y se dirigiera en bicicleta a Central Park, antes de tomar un taxi hasta una estación de autobuses que ofrece servicio a varios estados cercanos.
Cinco días después, una pista proporcionada por un McDonald's situado a unos 375 kilómetros de distancia, en Altoona (Pensilvania), llevó a la policía a detener a Mangione. Desde entonces, se ha realizado su detención sin fianza.
En su presentación, los abogados defensores proporcionaron una descripción minuto a minuto de cómo los agentes de policía detuvieron a un Mangione cooperativo, incluyendo una fotografía de una cámara corporal de la policía en la que se ve al sospechoso sentado inicialmente solo en una mesa con una mascarilla blanca que le cubría casi todo el rostro.
Afirmaron que Mangione fue abordado por primera vez por dos agentes de policía "totalmente armados" cuando uno de ellos "le dijo al Sr. Mangione que alguien había llamado a la policía porque le parecía sospechoso" después de que llevara allí unos 40 minutos.
Cuando los agentes le pidieron que les mostrara su identificación, Mangione les entregó un carné de conducir de Nueva Jersey con el nombre de otra persona, según el escrito.
Mientras Mangione se preparaba para comer, los agentes le pidieron que se levantara con las manos sobre la cabeza para poder cachearlo, escribieron los abogados.
Poco después, uno de los agentes salió a buscar a más agentes y le dijo a un colega que estaba "100 por ciento" convencido de que Mangione era el sospechoso que buscaban, dijeron los abogados. En cuestión de minutos, llegaron casi media docena de agentes más.
El mes pasado, los abogados de Mangione solicitaron que se desestimaran los cargos federales y se retirara la pena de muerte como consecuencia de los comentarios públicos de la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi. En abril, Bondi ordenó a los fiscales de Nueva York que solicitaran la pena de muerte, calificando el asesinato de Thompson como "un asesinato premeditado y a sangre fría que conmocionó a Estados Unidos".
Los casos de asesinato suelen juzgarse en los tribunales estatales, pero los fiscales también han acusado a Mangione en virtud de una ley federal sobre asesinatos cometidos con armas de fuego como parte de otros "delitos violentos". Es el único cargo por el que Mangione podría enfrentarse a la pena de muerte, ya que no se aplica en el estado de Nueva York.
Los documentos presentados el sábado por la mañana temprano argumentaban que este cargo debería desestimarse porque los fiscales no han identificado los otros delitos que serían necesarios para condenarlo, alegando que el otro delito presunto, el acoso, no es un delito violento.
El asesinato y sus consecuencias han capturado la imaginación de los estadounidenses, desencadenando una cascada de resentimiento y críticas en Internet hacia las aseguradoras médicas estadounidenses, al tiempo que han inquietado a los ejecutivos de las empresas preocupados por la seguridad.
Tras el asesinato, los investigadores encontraron las palabras "retrasar", "denegar" y "destituir", escritas con rotulador permanente en munición encontrada en el lugar de los hechos. Las palabras imitan una frase utilizada por los críticos del sector de los seguros.
Con información de Michael R. Sisak y Larry Neumeister
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