Al menos 18 personas perdieron la vida en los últimos días en Filipinas por el impacto del supertifón Fung-wong, que golpeó el archipiélago el domingo afectando a 2.4 millones de personas, informaron este martes las autoridades del país, mientras se dirige hacia Taiwán debilitado ahora como ciclón.
El oficial a cargo de Defensa Civil en Filipinas, Raffy Alejandro, presentó una actualización de las cifras hoy, cuando el país registra, además de los fallecidos, unos 28 heridos.
También hay 37 puentes caídos y 12 carreteras nacionales inundadas por el tifón, que se acerca ahora a Taiwán, aunque debilitado con categoría de tifón, con vientos sostenidos de 108 km/h.
En una rueda de prensa virtual, Alejandro explicó que ha dejado cerca de 2.4 millones de afectados, entre ellos miles de desplazados de sus hogares, ahora refugiados en cientos de albergues habilitados por el gobierno, con ayuda de ONG y agencias de Naciones Unidas.
Sobre las muertes, añadió que varias de ellas se produjeron por deslizamientos de terreno, mientras que otros murieron ahogados o electrocutados en medio del desastre, por el que más de 150 localidades se mantienen ahora sin energía eléctrica.
Las fuertes lluvias han afectado principalmente a la isla de Catanduanes -situada en el mar de Filipinas-, pero también se han registrado inundaciones y fallos en el suministro de agua corriente en otras ciudades de Luzón central, la isla que alberga a Manila.
El Gobierno asegura haber desplegado más de 10,000 personas para atender la emergencia, entre ellos agentes de seguridad, rescatistas y personal médico.
El paso de Fung-wong por Filipinas se produce cuando el país aún no se ha recuperado del golpe del tifón Kalmaegi, que en los últimos días dejó 232 muertos y más un centenar de desaparecidos, según Defensa Civil.
Entretanto, Taiwán elevó este martes sus niveles de alerta y evacuó a miles de personas ante la llegada del tifón, que amenaza con dejar lluvias torrenciales en la mitad oriental de la isla.
Según la última medición del organismo, el tifón se encontraba a las 10:15 hora local de este martes a unos 351 kilómetros al suroeste del cabo Eluanbi, en el extremo meridional de Taiwán, con vientos máximos sostenidos de 108 kilómetros por hora (km/h) en su centro y ráfagas de hasta 136,8 km/h.
Los tifones también son recurrentes en el sureste de China y Taiwán durante la temporada estival y otoñal, cuando las aguas cálidas del océano Pacífico propician la formación de ciclones que, en ocasiones, provocan daños significativos e interrupciones en el transporte y las actividades económicas.
El Sudeste Asiático, en concreto, afronta una temporada de tormentas excepcionalmente activa: con Kalmaegi y Fung-wong, ya son 27 los tifones registrados este año, y expertos atribuyen esta intensidad al calentamiento del océano.
















