La agencia de inteligencia interna de Alemania clasificó oficialmente como extremista al partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD).
Tras considerar a la AfD como un movimiento extremista sospechoso desde 2021, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) designó el 2 de mayo al partido populista como "extremista de derecha", tras un "examen exhaustivo y completo realizado por expertos".
Esto significa que los servicios de inteligencia ahora tienen derecho a mantenerlo bajo vigilancia.
La BfV afirmó en un comunicado que el enfoque de la AfD respecto a la etnicidad "no es compatible con el orden democrático libre".
Según la declaración de la BfV, la AfD no considera a los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios procedentes de países de origen musulmán como miembros iguales del pueblo alemán.
El vicepresidente del BfV, Sinan Selen, y la vicepresidenta, Dra. Silke Willems, afirmaron en un comunicado conjunto: "Hemos llegado a la convicción de que Alternativa para Alemania es un movimiento definitivamente de extrema derecha".
Ciertas facciones de la AfD, como su ala juvenil, ya habían sido clasificadas como extremistas.
En la primera respuesta del partido al informe, el líder de un grupo parlamentario regional, Anton Baron, declaró: "Es triste ver el estado de la democracia en nuestro país cuando los partidos establecidos recurren ahora a los medios más cuestionables políticamente para actuar contra el partido de la oposición más fuerte".
"Se trata únicamente de mantener el poder de los viejos partidos", dijo por separado en un posteo en X. "La lucha contra la AfD se ha convertido en una lucha contra la propia democracia. ¡No nos dejaremos intimidar!".
Una encuesta realizada por Ipsos en marzo de este año mostró que el partido AfD encabezaba las encuestas por primera vez.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la AfD para recabar sus comentarios.
La decisión se produce poco antes de que el líder conservador Friedrich Merz sea elegido nuevo canciller de Alemania.
La CDU, de centro-derecha, de Merz, salió victoriosa de las elecciones de febrero y ahora forma una coalición con los socialdemócratas (SPD), de centro-izquierda, que piden la prohibición del partido.
Merz ha prometido nunca gobernar con la AfD, que quedó en segundo lugar en las elecciones generales, aunque ello le garantizaría una clara mayoría.
La vicepresidenta del SPD socialdemócrata, Serpil Midyatl, escribió en la red social X: "Para mí está claro: la prohibición de la AfD debe entrar en vigor".
En una declaración, afirmó que su partido "ha liderado con toda la razón el debate sobre la prohibición del partido en los últimos meses" y que este será el tema de un próximo congreso regional del partido.
"Ahora hay que seguir adelante con todo el cuidado necesario, con resiliencia y sin cometer errores. Para mí está claro que la prohibición debe llegar", añadió.
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