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Imagen ilustrativa (Pixabay/DafaGreat)

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Cómo la meditación reconfigura el cerebro y por qué puedes empezar hoy mismo

Las investigaciones científicas indican que incluso sesiones breves de meditación pueden desencadenar cambios positivos en el cerebro, favoreciendo los procesos de autocuración

SALUDPor Ellen Wan
20 de mayo de 2025, 11:03 p. m.
| Actualizado el20 de mayo de 2025, 11:03 p. m.

La meditación no es sólo un momento de calma —es una poderosa herramienta que remodela el cerebro, agudiza la concentración y aumenta el bienestar emocional. Antes considerada un ritual místico o religioso, la meditación es hoy aceptada por neurocientíficos, médicos y educadores por su impacto mensurable en la mente y el cuerpo.

Uno de los ejemplos más convincentes es el monje budista tibetano Yongey Mingyur Rinpoche, al que los investigadores apodan «la persona más feliz del mundo».

En 2002, Mingyur Rinpoche visitó el laboratorio de imágenes cerebrales del prestigioso neurocientífico Dr. Richard Davidson. Davidson, pionero en el estudio del vínculo entre las emociones y el cerebro, trataba de responder a una pregunta crítica: ¿Puede la meditación transformar realmente el cerebro? Para investigarlo, invitó a varios monjes budistas tibetanos, entre ellos Rinpoche, a participar en estudios científicos.

En el laboratorio, Mingyur Rinpoche estaba sentado tranquilamente, con una gorra forrada de electrodos, sin instrumentos rituales ni cánticos y conectado únicamente a un dispositivo que captaba las señales cerebrales. Practicaba la Meditación del Amor y la Bondad, una técnica budista centrada en el cultivo de la compasión.

En cuanto cerró los ojos, el monitor mostró ondas gamma intensas y estables, las ondas cerebrales más rápidas, que suelen ser fugaces en momentos de inspiración o concentración profunda. Sorprendentemente, el cerebro de Mingyur Rinpoche generó estas ondas al instante y las mantuvo poderosamente durante minutos. La revolucionaria investigación se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los científicos apodaron a Mingyur Rinpoche «la persona más feliz del mundo» tras observar una actividad sin precedentes en su corteza prefrontal izquierda, la región del cerebro vinculada a las emociones positivas, la concentración y la felicidad. Esta actividad superaba con creces la de una persona normal. Cabe destacar que la estimulación magnética transcraneal, una terapia para la depresión, se dirige a la misma región para estimular la actividad eléctrica.

El equipo de Davidson también descubrió que el cerebro de Mingyur Rinpoche envejecía más lentamente que la media. En 2016, a los 41 años, la edad fisiológica de su cerebro era comparable a la de una persona de 33 años. Estos notables cambios estaban estrechamente relacionados con sus décadas de práctica de la meditación.

A través de años de compromiso, Mingyur Rinpoche demostró una profunda verdad: el cerebro, como un músculo, puede entrenarse y fortalecerse.

Usted puede hacerlo

Transformar el cerebro no requiere décadas de práctica. Unas pocas semanas de breves sesiones diarias de meditación pueden producir cambios mensurables en el cerebro de una persona normal.

En otro estudio, Davidson descubrió que los participantes en un curso de meditación de ocho semanas mostraban una mayor actividad en el córtex prefrontal izquierdo, la región asociada a las emociones positivas. Del mismo modo, un estudio de la Universidad de Harvard reveló que un programa de meditación de ocho semanas aumentaba la densidad de materia gris en áreas cerebrales relacionadas con el aprendizaje, la memoria y la regulación emocional.

El Dr. Yang Jingduan, experto en psiquiatría integrativa y director general del Centro Médico del Norte de Nueva York, compartió con The Epoch Times su profundo aprecio por la meditación.

Durante una visita al laboratorio de un colega especializado en electroencefalografía cuantitativa, éste le propuso un experimento. Curiosos por los efectos de la meditación breve en la actividad cerebral, llevaron a cabo una sesión de meditación de 15 minutos. Los resultados fueron notables: Las ondas cerebrales de Yang mostraron cambios significativos, dejando a su colega asombrado por el poder de una práctica de meditación tan breve.

Hoy en día, muchos médicos, educadores y científicos están incorporando la meditación de atención plena a sus rutinas diarias. La meditación no es una práctica religiosa ni una búsqueda mística, sino un ejercicio mental que fortalece el cerebro y la mente.

Una breve práctica guiada

Yang explicó que la salud humana implica cuatro dimensiones clave: estructura física, bioquímica, energía y bienestar mental. La meditación contribuye a ello ayudando a equilibrar la química cerebral —incluidos los neurotransmisores y las hormonas del estrés— al tiempo que mejora la claridad mental y estimula los mecanismos naturales de autocuración del cuerpo.

Una práctica guiada para comprometer las cuatro dimensiones:

1. Conciencia corporal

- Busca un lugar tranquilo, siéntate o túmbate cómodamente y cierra los ojos. Empieza sintonizando con la presencia de tu cuerpo.

- Concéntrate en tus pies. Nota la sensación de tus plantas contra el suelo o de tu cuerpo apoyado en una superficie. A continuación, desplaza tu atención hacia la espalda: ¿está relajada? ¿Los hombros están tensos? No hace falta que cambies nada inmediatamente, sólo fíjate en su estado.

- Respire lenta y profundamente tres veces. Inhala profundamente, luego exhala por completo y repite dos veces más. Con cada respiración, siente cómo vuelves a conectar con tu cuerpo.

2. Respiración y bioquímica

La técnica de respiración 4-7-8 puede regular los procesos bioquímicos del cuerpo.

- Inhala durante cuatro segundos

- Mantenga la respiración durante siete segundos

- Exhale lentamente durante ocho segundos

- Repetir tres veces

El método 4-7-8 reduce los niveles de cortisol, calma el sistema nervioso parasimpático y guía a tu cuerpo hacia un estado restaurativo.

3. Conciencia y energía

Duración: Aproximadamente dos minutos

Imagina un punto de luz cálido y radiante en el centro de la frente. Con cada respiración, esta luz se expande suavemente, extendiéndose desde la coronilla por todo el cuerpo  —fluyendo por los hombros, el pecho, el abdomen, las piernas y hasta los pies. Esta luz encarna la energía central del cuerpo —estable, robusta, cálida como el sol y enraizada como la tierra. Se desplaza a lo largo del meridiano central del cuerpo (vía de energía), desde la parte superior de la cabeza hasta el perineo, trazando la columna vertebral para formar un eje interior de energía.

Más allá de un proceso imaginativo, los efectos de este ejercicio mental están avalados por la medicina tradicional china y la neurociencia.

Cuando entramos en meditación, las ondas del cerebro cambian a ondas alfa o theta, lo que favorece la relajación y mejora la concentración, mientras que el campo energético del cuerpo se vuelve más equilibrado y armonioso.

4. Meditación del amor bondadoso

Duración: Aproximadamente tres minutos

Repite en silencio estas frases en tu mente como si estuvieras sembrando semillas de compasión en lo más profundo de tu corazón:

- Que esté a salvo

- Que esté sano

- Que mi cuerpo y mi mente estén equilibrados y en paz

- Que mi vida esté llena de sentido y amor

A continuación, extienda estos deseos a sus seres queridos: Que estén a salvo, que estén sanos, que vivan con amor y esperanza.

Por último, ofrece estas bendiciones a quienes conoces menos bien o incluso a quienes te han causado malestar: Que estén a salvo, que encuentren la paz.

La meditación del amor bondadoso puede elevar el cerebro a una onda gamma de alta frecuencia, lo que favorece la estabilidad emocional y la apertura. En sólo unos minutos, mejora la plasticidad neuronal, ayudando a reequilibrar y recablear el cerebro.

Para empezar

Dedique sólo cinco minutos cada mañana o cada noche. Tanto si su objetivo es dormir mejor, reducir la ansiedad, sanar sus emociones o mejorar su concentración, la meditación le ofrece un camino sencillo y basado en pruebas para la transformación.

La felicidad es más que un estado mental —es una habilidad que se puede aprender. Estar en paz es una práctica activa. Tu cerebro está esperando crecer.


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Comentarios (4)

J

Juan José Díaz Brito

21 de mayo de 2025

FANTASTICO ARTICULO, MUCHAS GRACIAS.

N

Numa estrada zúñiga

21 de mayo de 2025

Exçelente

A

Antonio Justel Rodriguez

22 de mayo de 2025

¡¡¡ ... la distinta fisiología y sus consiguientes respuesta entre unos y otros, es tan notoria, que hace que tengamos que advertir de lo siguiente: "los métodos orientales para los orientales y, los occidentales, para los occidentales ...", terminantemente. !!! Venga ...

A

Antonio Justel Rodriguez

22 de mayo de 2025

¡¡¡ ... recuerden que existen peligros tanto psicológicos como físicos, cuando personas de dos o más religiones distintas coinciden en su rezos en el mismo espacio o en ámbito cercano, dado que las vibraciones entre aquéllas influyen fuertemente, y, ello, aunque no nos demos cuenta de nada de ello porque suele hacerse basados en la "buena intención y la solidaridad conjunta ...!!! Venga ...

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