La comisionada de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), Vicky Hartzler, condenó el 16 de octubre al Partido Comunista Chino (PCCh) por las recientes muertes de practicantes de Falun Gong bajo custodia del régimen.
"El trato que da el PCCh a los practicantes de Falun Gong es simplemente horrible", declaró Hartzler a The Epoch Times.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual que se hizo pública en China a principios de la década de 1990. La práctica enseña los principios de verdad, benevolencia y tolerancia, y generalmente se considera una religión fuera de China.
En 1999, el PCCh lanzó una violenta persecución contra los practicantes de Falun Gong, utilizando una campaña de propaganda para presentar a los pacíficos seguidores como enemigos del Estado de la noche a la mañana. En las primeras horas del 20 de julio de ese año, se llevaron a cabo detenciones masivas y miles de personas fueron enviadas a campos de trabajo en virtud de una ley china entonces vigente que permitía la "reeducación" mediante trabajos forzados durante condenas de tres a cinco años sin juicio ni condena.
La persecución ha continuado sin cesar e incluye la detención arbitraria de presos de conciencia, trabajos forzados, tortura, lavado de cerebro e incluso la sustracción de órganos a personas vivas.
Los juicios contra los presos de conciencia por parte del PCCh suelen celebrarse en secreto, por lo que la información suele ser fragmentaria.
Minghui.org, un sitio web gestionado por una red de voluntarios de todo el mundo, ha documentado la persecución del PCCh a Falun Gong a través de testimonios de primera mano procedentes de China desde 1999 y representa la recopilación más completa de incidentes.
Los informes sobre la persecución proceden de entrevistas, relatos directos, documentos oficiales y admisiones de entidades chinas. El sitio se gestiona de forma anónima para proteger a los administradores de las represalias del PCCh, lo que les permite facilitar el flujo de información entre la internet china, fuertemente censurada, y la comunidad internacional.
Según Minghui, el 17 de agosto, la practicante de Falun Gong Zhang Fenxia, de 52 años, murió en circunstancias misteriosas tras siete días bajo custodia policial.
Según los relatos de la familia a Minghui, las autoridades mintieron sobre su identidad para que la familia de Zhang les abriera la puerta, irrumpieron en la vivienda, la sacaron a rastras y la encarcelaron. Zhang sufrió una hemorragia cerebral masiva y la familia afirmó que no pudieron obtener información sobre cómo ocurrió.
En otro caso revisado por la organización sin ánimo de lucro, el 12 de septiembre, Li Qiaolian murió a causa de las torturas sufridas bajo custodia policial.
La mujer, de 70 años, fue detenida por la policía en 2022 y condenada a tres años y nueve meses en la prisión de mujeres de Gansu, también conocida como prisión de mujeres de Lanzhou, según los documentos y los relatos de la familia obtenidos por Minghui.
Li comenzó a vomitar sangre en abril de 2025 y su familia solicitó repetidamente la libertad condicional por motivos médicos, según el relato de la familia. Se les denegó repetidamente y se les dijo que era porque Li no renunciaba a su fe.
"Los informes sobre las muertes prematuras de esos presos son muy, muy preocupantes", dijo Hartzler.
"El mundo debe llamar la atención al gobierno chino y exigirle que rinda cuentas por ello".
Según Minghui, al menos 164 practicantes de Falun Gong murieron a causa de la persecución del PCCh en 2024. El sitio web señala que los casos recopilados son una representación incompleta de la situación en China.
Dos tercios de los casos documentados eran mujeres, de entre 40 y 91 años.
Ley de Libertad Religiosa Internacional
En 1998, el Congreso aprobó la Ley de Libertad Religiosa Internacional, elevando la libertad religiosa en la política exterior al mismo nivel que las cuestiones económicas y de seguridad, dijo Hartzler, lo que significa que Estados Unidos tiene la responsabilidad de llamar la atención al PCCh sobre la libertad religiosa."Debería ser, y es, una prioridad de nuestro gobierno en todas las conversaciones con líderes extranjeros que no respetan la libertad religiosa", afirmó.
"Dado que nuestro gobierno se está preparando para reunirse con [el líder del PCCh] Xi Jinping en un futuro próximo, la USCIRF le anima a que plantee estas cuestiones en ese debate, junto con los aranceles y otras cuestiones, porque la libertad religiosa es un derecho humano. Está respaldada por las normas internacionales y es fundamental para las demás libertades de Estados Unidos".
El presidente Donald Trump tiene previsto viajar a Corea del Sur para asistir a la cumbre de la APEC el 29 de octubre y ha dicho que espera reunirse con Xi al margen de la misma. Beijing aún no ha confirmado la asistencia de Xi, pero Trump afirma que también fue invitado a China a principios del próximo año y que realizará el viaje.
Estados Unidos designa a China como "país de especial preocupación" en lo que respecta a la libertad religiosa. Esta designación permite imponer sanciones, restricciones de visado y motivos para denegar oportunidades culturales o financieras.
"Animaría a nuestro gobierno a que estudiara todas esas opciones y las aplicara con toda su fuerza para ayudar a salvar la vida de tantos ciudadanos chinos", afirmó Hartzler.
"Tenemos que seguir siendo una luz que brilla en la colina, alzando la voz por aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos.
Podemos marcar la diferencia si lideramos esta cuestión y nos enfrentamos con valentía a los gobiernos que violan este derecho fundamental".
La opresión del PCCh "aumentó considerablemente" en los últimos años
El 16 de octubre, la USCIRF celebró una audiencia sobre las violaciones de la libertad religiosa por parte del PCCh, en la que testigos de diferentes confesiones detallaron la opresión del régimen."La libertad religiosa es prácticamente inexistente en la China continental en este momento", afirmó Hartzler. "El PCCh está en guerra con la fe y está imponiendo su filosofía [y] sus prácticas a todas las religiones y aspectos de la fe en el país".
Señaló que el régimen solo reconoce las actividades religiosas aprobadas por el Partido, lo que implica "exigir a todas las religiones que incorporen la filosofía y los lemas del PCCh; sustituir las imágenes de Jesús y la Virgen María por imágenes de Xi Jinping; reescribir los textos religiosos, incluida la Biblia y los himnos; y tener voz y voto sobre los sermones que se pronuncian y los líderes religiosos que se eligen para los distintos grupos confesionales".
"Se trata de una opresión y un control totales sobre la religión en el país", afirmó.
"La opresión religiosa en China existe desde hace décadas, pero parece haber aumentado considerablemente en los últimos cuatro o cinco años".
Las autoridades chinas detuvieron recientemente a más de 30 líderes de una de las iglesias no registradas más grandes de China, la Iglesia Sión, lo que representa la mayor persecución de la fe protestante en los últimos años.
Hartzler advirtió que el PCCh "persigue deliberadamente a cualquier entidad que siga operando fuera" de su control y que "es muy preocupante".
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