Revisado médicamente por el Dr. Jimmy Almond
El cáncer colorrectal, que se origina en el intestino grueso (colon) o el recto, es la segunda causa principal de muerte por cáncer en los Estados Unidos. Aunque antes se pensaba que afectaba principalmente a los adultos mayores, ahora está aumentando considerablemente entre los jóvenes —con aproximadamente 1 de cada 5 casos nuevos diagnosticados antes de los 55 años.
Puede ser difícil de detectar en una fase temprana, ya que a menudo no causa síntomas hasta que ya se ha extendido. Sin embargo, si se detecta a tiempo (cuando aún está localizado), la tasa de supervivencia a cinco años es de aproximadamente el 90 %, lo que lo convierte en un cáncer muy tratable.

¿Cuáles son los síntomas y los signos tempranos del cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal suele crecer lentamente y es posible que no cause síntomas durante mucho tiempo. Cuando aparecen los síntomas, estos pueden variar según el tamaño y la ubicación del cáncer, así como cualquier complicación relacionada.Signos tempranos
Alguno de los primeros signos de alerta del cáncer colorrectal pueden incluir los siguientes:
- Sangre en las heces (de color rojo brillante o muy oscuro).
- Cambios en los hábitos intestinales, como diarrea, estreñimiento o alternancia entre ambos.
- Heces más estrechas de lo habitual.
- Fatiga inexplicable que no mejora con el descanso.
- Gases, hinchazón o calambres.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de peso inexplicable.
Otros síntomas comunes
Además de los signos de alerta tempranos, las personas con cáncer colorrectal pueden experimentar:- Síntomas rectales: Sensación persistente de evacuación intestinal incompleta, sangrado rectal, dolor o malestar, o un bulto en el recto.
- Síntomas abdominales: Un bulto o hinchazón en el abdomen, dolor abdominal o de espalda, y signos de obstrucción intestinal (un bloqueo en el intestino que constituye una emergencia médica).
- Síntomas relacionados con la anemia: Fatiga y dificultad para respirar causadas por un recuento bajo de glóbulos rojos.
- Signos avanzados: Ganglios linfáticos inflamados, hígado agrandado, ictericia (coloración amarillenta de la piel o los ojos) y problemas respiratorios.
¿Qué causa el cáncer colorrectal?
La mayoría de los cánceres colorrectales comienzan como unos pequeños crecimientos llamados pólipos, que son bultos de células no cancerosas en el revestimiento interno del colon o el recto.Aunque la mayoría de los pólipos son inofensivos, algunos tipos pueden convertirse lentamente en cáncer a lo largo de muchos años.
La gran mayoría de los cánceres colorrectales —alrededor del 95 %— son adenocarcinomas. Estos comienzan en las células glandulares productoras de moco que recubren el colon y el recto. A medida que crecen, pueden entrar en los vasos sanguíneos o linfáticos, lo que permite que el cáncer se extienda a los ganglios linfáticos cercanos o a órganos distantes.
Cuando los médicos hablan de cáncer colorrectal, normalmente se refieren al adenocarcinoma. Los subtipos menos comunes, como los adenocarcinomas de células en anillo de sello y los adenocarcinomas mucinosos —formas más agresivas de adenocarcinoma que se propagan más rápidamente— pueden tener un pronóstico más complicado.
Alrededor del 70 % de los casos de cáncer colorrectal se producen de forma esporádica, mientras que el resto están relacionados con factores genéticos hereditarios que se transmiten de padres a hijos. Hay varios factores que aumentan la probabilidad de que un pólipo se convierta en cáncer, entre ellos su tamaño (más de 1 centímetro), el número de pólipos encontrados (más de tres) y la presencia de células de aspecto anormal en las primeras etapas del desarrollo del cáncer.
Se cree que algunos factores influyen en su desarrollo:
Genética y antecedentes familiares
Las afecciones genéticas hereditarias causan entre el 3 % y el 5 % de los casos de cáncer colorrectal. Entre el 20 % y el 25 % de los pacientes tienen antecedentes familiares importantes, incluso si no se encuentra ninguna mutación genética específica. Varias afecciones hereditarias pueden aumentar el riesgo:
- Poliposis adenomatosa familiar: Una afección poco frecuente en la que se desarrollan muchos pólipos en el colon o el recto a una edad temprana. Aproximadamente la mitad de las personas desarrollan pólipos antes de los 15 años y casi todas lo hacen antes de los 35. Si no se tratan, estos pólipos casi siempre se convierten en cáncer colorrectal antes de los 40 años.
- Síndrome de Lynch: Una enfermedad que conlleva un riesgo del 70 % al 80 % de padecer cáncer colorrectal a lo largo de la vida, así como un mayor riesgo de padecer otros tipos de cáncer, como el de útero, ovario, cerebro y páncreas.
- Síndrome de Peutz-Jeghers: Una afección en la que se desarrollan muchos pólipos pequeños en los intestinos.
- Síndrome de poliposis MUTYH: Una afección poco frecuente causada por cambios en el gen MUTYH. Las personas con este síndrome suelen desarrollar cáncer colorrectal a los 60 años.
Otras afecciones médicas
Ciertas afecciones médicas pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal:- Diabetes tipo 2: Los niveles altos de insulina pueden activar directamente las vías que promueven el crecimiento celular y previenen la muerte celular, lo que provoca un crecimiento celular descontrolado y la formación de tumores.
- Enfermedades inflamatorias intestinales: Afecciones como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn causan inflamación continua en el revestimiento intestinal, lo que provoca daños en el ADN y aumenta el riesgo de cáncer.
- Cáncer de mama, ovario o útero: Los factores genéticos comunes pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
- Psoriasis: Un metaanálisis de 2021 descubrió que los pacientes con psoriasis tienen un riesgo un 16 % mayor de padecer cáncer colorrectal en comparación con la población general y que las mujeres se enfrentan a un riesgo un 41 % mayor. Esto puede deberse a la inflamación crónica causada por la hiperactividad de las células inmunitarias en todo el cuerpo.
Factores relacionados con el estilo de vida
Ciertas elecciones y hábitos de estilo de vida también pueden contribuir al riesgo de cáncer colorrectal:
- Dietas bajas en fibra y altas en carnes procesadas: Las dietas que carecen de fibra pueden ralentizar la digestión, mientras que el consumo frecuente de carnes procesadas puede aumentar los compuestos cancerígenos en el colon. El consumo excesivo de carne roja también se considera un factor de riesgo, aunque las pruebas son menos definitivas que en el caso de la carne procesada.
- Cocinar la carne a altas temperaturas: Asar o freír puede producir sustancias químicas nocivas que aumentan el riesgo.
- Consumo de alcohol: Beber alcohol, incluso en cantidades moderadas o ligeras, aumenta el riesgo.
- Tabaquismo: El consumo de tabaco aumenta el riesgo de desarrollar pólipos y cáncer colorrectal.
- Obesidad: El exceso de grasa corporal, especialmente alrededor de la cintura, aumenta el riesgo, sobre todo en los hombres.
- Inactividad física: La falta de actividad regular puede alterar la digestión, favorecer la inflamación crónica y contribuir a la resistencia a la insulina y la obesidad.
- Niveles bajos de vitamina D: La vitamina D puede ayudar a prevenir los cambios celulares que pueden provocar cáncer.
- Bacterias intestinales "malas": Ciertas cepas de E. coli son más comunes en personas con cáncer colorrectal que en personas sanas.
- Mala higiene bucal: Un estudio de 2016 descubrió que las mujeres con menos dientes y enfermedad de las encías de moderada a grave tenían hasta un 48 % más de riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Otros factores
Otros factores que pueden influir en el riesgo son:
- Radiación: Las personas que han recibido radiación en el abdomen o la pelvis, especialmente durante la infancia o por cáncer de próstata, tienen un riesgo mayor.
- Microplásticos: Los microplásticos ingeridos (partículas de plástico de menos de 5 milímetros) pueden dañar la capa mucosa intestinal, debilitar su función de barrera y aumentar el riesgo de cáncer colorrectal al permitir que los patógenos y las toxinas lleguen al revestimiento del colon.
- Origen étnico: En Estados Unidos, los indígenas americanos y los nativos de Alaska tienen las tasas más altas de cáncer colorrectal, seguidos por los afroamericanos. Los judíos ashkenazíes también tienen uno de los riesgos más altos del mundo.
- Edad: El riesgo aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años, aunque los casos están aumentando en personas menores de 50 años por razones desconocidas.
- Sexo: Los hombres con cáncer colorrectal son más propensos a morir por esta enfermedad que las mujeres.
¿Cómo se detecta y diagnostica el cáncer colorrectal?
A diferencia de muchos otros tipos de cáncer, el cáncer colorrectal suele desarrollarse lentamente. Las herramientas de detección, como los análisis de heces, la colonoscopia y la sigmoidoscopia flexible, pueden ayudar a detectar el cáncer colorrectal en sus etapas más tempranas y tratables, a veces incluso antes de que aparezcan los síntomas.Pruebas de detección
Por lo general, se recomienda comenzar con las pruebas de detección a partir de los 45 años para las personas con riesgo promedio. Las personas con riesgo genético u otras afecciones, como poliposis adenomatosa familiar, síndrome de Lynch, síndrome de Peutz-Jeghers o síndrome de poliposis MUTYH, pueden necesitar comenzar antes.
Las pruebas de detección comunes incluyen:
- Colonoscopia: Examina todo el colon y permite extirpar pólipos o tejido anormal durante el procedimiento. En los últimos años se plantearon dudas sobre su efecto en las tasas de mortalidad en personas de bajo riesgo, pero la colonoscopia sigue siendo la herramienta diagnóstica de referencia. Los posibles efectos secundarios incluyen gases, hinchazón, dolor de estómago, calambres o cambios en la microbiota intestinal. La mayoría de las personas se recuperan rápidamente. Pueden existir riesgos poco frecuentes pero graves, como hemorragias importantes, perforaciones o infecciones.
- Colonografía por TC (colonoscopia virtual): Utiliza rayos X especializados para examinar el intestino grueso en busca de cáncer y pólipos. Se inserta suavemente un pequeño tubo en el recto para inflar el colon con aire o gas antes de tomar imágenes para buscar cualquier anomalía.
- Sigmoidoscopia flexible: Procedimiento similar a la colonoscopia, pero limitado al examen de la sección inferior del colon, lo que lo hace menos invasivo.
- Prueba de sangre oculta en heces con guayaco (gFOBT): Prueba de heces que detecta sangre oculta mediante la detección de hemo, parte de la hemoglobina. Dado que también puede detectar hemo de ciertos alimentos, como la carne roja, es necesario seguir restricciones dietéticas antes de la prueba. Se recomienda realizarla cada uno o dos años.
- Prueba inmunoquímica fecal: Detecta la hemoglobina humana en las heces mediante anticuerpos. Es más específica que la gFOBT y no requiere cambios en la dieta. Se recomienda realizarla cada uno o dos años.
- Prueba de ADN fecal multitarget: Detecta tanto sangre oculta como cambios en el ADN relacionados con el cáncer colorrectal. No es necesario seguir ninguna restricción alimentaria. Es más completa y suele realizarse cada tres años.
Diagnóstico
Una vez que aparecen los síntomas y se sospecha de cáncer colorrectal, los médicos utilizan varios métodos para confirmar el diagnóstico. Por lo general, se comienza con una revisión del historial médico y familiar del paciente, seguida de un examen físico que incluye un tacto rectal y la exploración del abdomen para detectar cualquier bulto u órgano agrandado.Además de las pruebas de detección mencionadas anteriormente, otras pruebas pueden incluir:
- Análisis de sangre: Un hemograma completo puede detectar anemia, mientras que otros análisis de sangre pueden evaluar la química sanguínea, la función hepática o los marcadores tumorales.
- Proctoscopia: Se inserta una pequeña cámara para examinar el interior del recto.
- Biopsia: Se examina bajo el microscopio una muestra de tejido, a menudo tomada durante una colonoscopia, para detectar células cancerosas.
- Pruebas de imagen: Se pueden utilizar radiografías, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o ecografías para buscar áreas anormales, ver hasta dónde se ha extendido el cáncer o comprobar si el tratamiento está funcionando.
¿Cuáles son las etapas del cáncer colorrectal?
La estadificación del cáncer muestra hasta dónde se ha extendido la enfermedad, lo que ayuda a determinar el mejor enfoque de tratamiento. El cáncer colorrectal tiene cinco etapas:- Estadio 0: Las células cancerosas se encuentran solo en el revestimiento más interno del colon o el recto. Este es el estadio más temprano.
- Estadio 1: El cáncer ha crecido en la pared del colon o el recto, pero no se ha extendido a los ganglios linfáticos ni a otras partes del cuerpo.
- Estadio 2: El cáncer ha crecido a través de más pared intestinal y puede haber alcanzado los tejidos cercanos, pero no se ha extendido a los ganglios linfáticos ni a órganos distantes.
- Etapa 3: El cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos, pero no a órganos distantes. Esta etapa varía según la cantidad de ganglios linfáticos afectados y la profundidad a la que el cáncer ha crecido en la pared intestinal.
- Etapa 4: El cáncer se ha diseminado a órganos distantes, como el hígado, los pulmones o el revestimiento abdominal, o a ganglios linfáticos distantes. Esta es la etapa más avanzada.
En general, las etapas más tempranas tienen mejores resultados de tratamiento y las etapas 0 y 1 tienen las tasas de curación más altas.
¿Cuáles son los tratamientos para el cáncer colorrectal?
El tratamiento del cáncer colorrectal depende de la etapa del cáncer, su ubicación y el estado de salud general del paciente.1. Cirugía
La cirugía suele ser el tratamiento de primera línea y puede ser mínimamente invasiva o más extensa, dependiendo de la etapa del cáncer.
Los procedimientos mínimamente invasivos incluyen:
- Colonoscopia: En los cánceres en fase inicial, los médicos a veces pueden extirpar los tumores durante una colonoscopia sin necesidad de realizar una cirugía mayor. Los procedimientos incluyen la polipectomía, que consiste en cortar el pólipo por la base utilizando un asa de alambre y corriente eléctrica, y la extirpación local, que consiste en extirpar pequeños cánceres del revestimiento interno del colon junto con parte del tejido sano circundante.
- Escisión transanal: utilizada para los cánceres de recto, la escisión transanal extirpa pequeños tumores a través del ano utilizando solo anestesia local, sin incisiones abdominales. Si el cáncer se encuentra en una parte más alta del recto, la microcirugía endoscópica transanal utiliza un microscopio para una extirpación precisa.
- Cirugía laparoscópica: los cirujanos realizan varios cortes pequeños (menos de 1 pulgada) para insertar una cámara y herramientas. A continuación, se realiza un corte ligeramente más grande (de unos 5 cm) para extirpar el tumor y el tejido cercano.
Entre los procedimientos más extensos se incluyen:
- Colectomía: extirpa parte o la totalidad del colon. La colectomía parcial, también llamada resección segmentaria, extirpa la sección cancerosa más el tejido sano de ambos lados y, a continuación, vuelve a conectar el colon. La colectomía total extirpa todo el colon, pero rara vez es necesaria, a menos que haya múltiples pólipos.
- Resección anterior baja: Utilizada para el cáncer de recto avanzado, la resección anterior baja extirpa el tumor y preserva la función de control intestinal siempre que sea posible.
- Resección abdominoperineal: A veces es necesaria para tumores rectales muy bajos cuando no es posible preservar el esfínter anal.
Puede ser necesario realizar procedimientos de ostomía para crear nuevas vías de eliminación de desechos:
- Colostomía: Crea una abertura en el abdomen por donde las heces pasan a una bolsa de recolección cuando el colon está bloqueado o se ha extirpado.
- Ileostomía: Conecta el intestino delgado a una abertura abdominal, evitando por completo el colon.
2. Radioterapia
La radioterapia utiliza haces de alta energía para destruir las células cancerosas, normalmente en los cánceres de recto.
- Radioterapia de haz externo: El tipo más común, administrada desde una máquina situada fuera del cuerpo. Las técnicas avanzadas permiten dirigir el tratamiento con precisión al cáncer, limitando el daño al tejido sano cercano.
- Radioterapia interna (braquiterapia): Coloca una fuente radiactiva dentro del recto, cerca o dentro del tumor, para apuntar directamente.
3. Quimioterapia
La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. Se administra comúnmente después de la cirugía para el cáncer de colon en estadio 3 para reducir el riesgo de recurrencia y también se puede utilizar en el estadio 4 para aliviar los síntomas y prolongar la vida.
4. Inmunoterapia
La inmunoterapia refuerza la capacidad del sistema inmunitario para reconocer y combatir las células cancerosas. Es especialmente importante para los cánceres colorrectales con características genéticas específicas.
El sistema inmunitario utiliza "puntos de control" para evitar atacar a las células normales. Algunos cánceres colorrectales aprovechan estos puntos de control para escapar de la detección. Los fármacos inhibidores de puntos de control bloquean esta evasión, restaurando la capacidad del sistema inmunitario para combatir el cáncer.
5. Terapia dirigida
La terapia dirigida bloquea moléculas o vías específicas de las que dependen las células cancerosas para crecer y propagarse. A diferencia de la quimioterapia, que destruye todas las células que se dividen rápidamente (tanto cancerosas como sanas), la terapia dirigida ataca solo a las células cancerosas. Se puede administrar en forma de pastillas o inyecciones y, a menudo, se combina con cirugía, quimioterapia o radiación.
6. Ablación
La ablación destruye los tumores sin necesidad de cirugía mayor, utilizando calor, frío o productos químicos.
- Crioablación (crioterapia): Congela los tumores con una sonda enfriada a temperaturas muy bajas.
- Ablación por microondas: Calienta los tumores con microondas emitidas a través de una sonda.
- Ablación por radiofrecuencia: Utiliza corrientes eléctricas de alta frecuencia a través de una sonda para destruir los tumores.
Estos tratamientos pueden ayudar en casos seleccionados, especialmente para personas que no pueden someterse a cirugía, pero no suelen ser opciones de primera línea.
7. Acupuntura y acupresión
Algunas terapias complementarias, como la acupuntura y la acupresión, pueden favorecer la recuperación después de una cirugía colorrectal.
Se ha demostrado que la estimulación del punto Leg Three Mile (Zusanli) —situado unos siete centímetros por debajo de la rótula y en la parte exterior de la tibia— mejora la función gastrointestinal, acelera el retorno de la actividad intestinal y permite una ingesta más temprana de líquidos. Técnicas como la electroacupuntura en el punto Zusanli también pueden ayudar a restablecer la motilidad intestinal.
Además, se descubrió que la acupuntura y la acupresión son tan eficaces como los medicamentos para tratar la depresión relacionada con el cáncer.
¿Cuáles son los enfoques naturales y de estilo de vida para el cáncer colorrectal?
La dieta y el estilo de vida desempeñan un papel crucial en el apoyo al tratamiento, ayudando al cuerpo a sanar y a mantener la fuerza durante la terapia. Estos enfoques no sustituyen al tratamiento médico, pero pueden complementarlo.1. Dietas personalizadas
La nutrición es una parte vital de la atención después de un diagnóstico de cáncer colorrectal, pero las recomendaciones deben personalizarse en función de la situación específica del paciente.
Durante el tratamiento, es posible que sea necesario suspender ciertos suplementos, como los antioxidantes, para evitar que interfieran con las terapias. Después de la cirugía, es posible que los pacientes necesiten una dieta temporal baja en fibra.
Algunas dietas especializadas que pueden ayudar con el cáncer de colon incluyen:
- Dieta rica en cereales integrales: Un estudio publicado en mayo en la revista Journal of the National Cancer Institute, sugiere que los pacientes se benefician de las dietas ricas en cereales integrales, leche y calcio dietético, al tiempo que limitan el alcohol, los cereales refinados, los lácteos con alto contenido en grasas y las bebidas azucaradas.
- Dieta cetogénica: Esta dieta muy baja en carbohidratos puede ayudar a reducir la glucosa, el principal combustible de las células cancerosas. Las células sanas pueden utilizar las cetonas (una fuente de energía alternativa), pero las células cancerosas no, lo que puede ralentizar su crecimiento.
Entre los alimentos que se deben destacar se incluyen:
- Verduras crucíferas: El brócoli, la col rizada, el repollo y la coliflor contienen sulforafano, un compuesto que ayuda al cuerpo a desintoxicarse y puede reducir el riesgo de cáncer.
- Espinacas: Ricas en folato y fibra, ambos importantes para la salud del colon.
- Zanahorias: Contienen betacaroteno, que puede ralentizar el crecimiento celular anormal.
- Legumbres y leguminosas: Proporcionan ácidos grasos protectores que pueden inhibir el crecimiento de las células cancerosas.
- Bayas: contienen antioxidantes y fitonutrientes. Las frambuesas negras son especialmente ricas en antocianinas, que pueden ralentizar el desarrollo de células malignas.
- Uvas y granadas: Aportan polifenoles, potentes antioxidantes vegetales.
- Mango: Puede reducir la inflamación del tracto digestivo.
- Pescado: Aporta ácidos grasos omega-3 que combaten la inflamación.
- Frutos secos: El consumo regular de frutos secos se relaciona con una menor recurrencia del cáncer y mortalidad en personas con cáncer colorrectal en estadio 3.
Entre las bebidas beneficiosas se incluyen:
- Té verde: Contiene catequinas, que pueden inhibir el crecimiento del cáncer.
- Café: Rico en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios. Un estudio de 2020 descubrió que los pacientes con cáncer colorrectal que bebían de dos a tres tazas de café al día vivían más tiempo y tenían una progresión más lenta de la enfermedad que los que no bebían café.
Entre las hierbas y especias útiles se incluyen:
- Jengibre
- Cúrcuma
- Ajo
- Alholva
- Sésamo
- Semillas de lino
Estos ingredientes naturales contienen compuestos que pueden ralentizar el crecimiento de las células cancerosas, provocar su muerte y bloquear la formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan los tumores.
Los alimentos que se deben limitar o evitar incluyen:
- Carnes procesadas: A menudo tienen un alto contenido en conservantes como nitratos y nitritos, que pueden formar sustancias cancerígenas en el organismo.
- Alimentos y bebidas azucarados: El exceso de azúcar puede contribuir a la obesidad y la inflamación, ambos factores de riesgo para el cáncer colorrectal.
2. Suplementos nutricionales
Algunos suplementos pueden desempeñar un papel en la prevención y la recuperación, pero deben utilizarse con precaución y bajo supervisión médica.
- Licopeno: Compuesto vegetal que ha ralentizado el crecimiento de las células cancerosas del colon humano en estudios de laboratorio al interferir en las vías del factor de crecimiento similar a la insulina, las señales que utiliza el organismo para promover el crecimiento y la supervivencia de las células.
- Vitamina D: Los niveles elevados de vitamina D en sangre están asociados a un menor riesgo de cáncer colorrectal. La vitamina D ayuda a mantener un revestimiento intestinal saludable, favorece las bacterias intestinales beneficiosas y reduce la inflamación, pero no se ha demostrado que tomar suplementos prevenga el cáncer colorrectal.
- Probióticos: Pueden ayudar a regular la microbiota intestinal.
3. Actividad física moderada
Un estudio publicado en febrero descubrió que la actividad física diaria, incluso a niveles moderados, ayudaba a los pacientes en estadio 3 durante y después de la quimioterapia. Las actividades recomendadas incluyen caminar, montar en bicicleta y nadar. Se aconseja a los pacientes que eviten hacer ejercicio hasta el agotamiento.
4. Control del estrés
Las prácticas de control del estrés pueden mejorar la calidad de vida y la salud general de los supervivientes de cáncer.
- Yoga: Un estudio de 2024 descubrió que la mayoría de los supervivientes de cáncer colorrectal que participaron en un programa de yoga de 10 semanas tuvieron una experiencia positiva, lo que sugiere que puede ser una terapia de apoyo útil.
- Tai Chi: Una forma suave de movimiento y meditación que puede reducir el riesgo de recurrencia y favorecer la salud mental y cognitiva de los supervivientes.
¿Cómo puedo prevenir el cáncer colorrectal?
Aunque no existe una forma segura de prevenir el cáncer colorrectal, las siguientes medidas pueden ayudar a reducir el riesgo:- Hágase revisiones periódicas, especialmente si tiene un riesgo elevado
- Lleve una dieta saludable: Céntrese en las frutas, las verduras, la fibra y el pescado rico en ácidos grasos omega-3 y omega-6 y limite el consumo de carnes rojas y procesadas. Las investigaciones sugieren que los mangos pueden mejorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal, que el yogur consumido dos o más veces por semana puede reducir el riesgo de adenomas colorrectales en los hombres en un 26 %, y que el ajo se ha relacionado con una reducción del riesgo de adenomas intestinales y cáncer colorrectal.
- Practique una buena higiene alimentaria y bucal: Ayuda a prevenir que bacterias dañinas como la E. coli entren en el organismo a través de la boca.
- Haga ejercicio con regularidad: Favorece un peso saludable y reduce el riesgo de cáncer.
- Evite los factores de riesgo controlables: Minimice o evite la exposición a factores de riesgo conocidos, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la obesidad.
¿Cuáles son las posibles complicaciones del cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal puede provocar algunas complicaciones que afectan principalmente al sistema digestivo y a los nervios que regulan su función. Entre ellas se incluyen:- Hemorragia: Puede causar anemia por deficiencia de hierro o sangre visible en las heces.
- Obstrucción intestinal: El crecimiento del tumor puede bloquear el intestino, lo que provoca dolor abdominal, vómitos, deshidratación, desequilibrio electrolítico (cuando los niveles de minerales como el sodio y el potasio en la sangre se vuelven anormales) e infección.
- Perforación: En casos raros, un tumor puede penetrar la pared intestinal y causar una perforación, lo que requiere una cirugía de emergencia.
- Ictericia: El cáncer que se extiende a los conductos biliares del hígado puede alterar el metabolismo de la bilirrubina (el proceso que utiliza el cuerpo para eliminar los glóbulos rojos viejos), lo que provoca el amarilleamiento de la piel y los ojos.
- Recurrencia: El cáncer colorrectal reaparece entre el 30 % y el 40 % de los pacientes después de la cirugía curativa, con mayor frecuencia durante los dos primeros años.
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