Los niveles de COVID-19 están aumentando en Estados Unidos, con las cifras más altas en la costa oeste, según los nuevos datos publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
El 8 de agosto, los CDC afirmaron que la actividad viral del COVID-19 en las aguas residuales a nivel nacional aumentó de “baja” a “moderada” con respecto a la semana anterior, según una revisión de The Epoch Times. La región con el mayor número de casos es el oeste de Estados Unidos, según los CDC.
“La monitorización de las aguas residuales puede detectar la propagación de virus de una persona a otra dentro de una comunidad antes que las pruebas clínicas y antes de que las personas enfermas acudan al médico o al hospital”, afirma el CDC en su página web. “Si se observa un aumento de los niveles de actividad viral en las aguas residuales, podría indicar que existe un mayor riesgo de infección”.
Luisiana y Hawái registraron un número muy elevado de casos, según el mapa de los CDC. Los estados que notificaron un elevado número de casos fueron California, Alaska, Nevada, Utah, Colorado, Texas, Indiana, Misisipi, Alabama, Florida y Carolina del Sur.
En contraste con las estimaciones basadas en las aguas residuales de los CDC, una actualización independiente basada en resultados de laboratorio y publicada el 8 de agosto muestra que el COVID-19 se encuentra actualmente en niveles “bajos” en Estados Unidos, pero “en aumento”.
“El porcentaje de positividad en los laboratorios para la COVID-19 está aumentando a nivel nacional”, dijeron los CDC. “Las visitas a los servicios de urgencias por COVID-19 están aumentando en todas las edades. Los niveles de actividad de la COVID-19 en las aguas residuales y las tendencias epidémicas basadas en modelos indican que las infecciones por COVID-19 están aumentando o es probable que aumenten en la mayoría de los estados”.
Sin embargo, los niveles generales de enfermedades respiratorias pueden considerarse “muy bajos” en todo Estados Unidos, según los CDC. Esto incluye la gripe, considerada “baja”, y el VSR, que es “muy bajo”, según la agencia.
Los CDC no han actualizado sus estimaciones sobre las variantes del COVID-19 desde mediados de junio. Los CDC afirman en su página web que, debido al “bajo número de secuencias notificadas”, la agencia está pasando ahora a “periodos de notificación más largos” para las distintas variantes.
Sin embargo, en la última actualización, señalaron que había una proporción creciente de variantes como la NB.1.8.1 y la XFG, ambas declaradas “variantes bajo vigilancia” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo y junio, respectivamente.
“Las pruebas disponibles sobre la NB.1.8.1 no sugieren riesgos adicionales para la salud pública en comparación con los otros linajes descendientes de Ómicron que circulan actualmente”, afirmó la OMS sobre la cepa NB.1.8.1. El organismo de salud de la ONU emitió una declaración similar sobre la variante XFG en junio.
La NB.1.8.1 parece haber impulsado un aumento de los casos en toda China continental desde principios de este año. Sin embargo, debido al historial del Partido Comunista Chino de bloquear el acceso a la información y publicar datos inexactos, incluido el infrarregistro de los contagios por COVID-19 y las muertes relacionadas desde 2020, es difícil evaluar la verdadera magnitud del brote actual.
Las actualizaciones se producen después de que el secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS), Robert F. Kennedy Jr., haya cambiado la política de vacunas contra el COVID-19 desde que la administración Trump asumió el poder a principios de este año.
El mes pasado, el HHS despidió a los 17 miembros del comité asesor sobre vacunas de los CDC, ordenó la eliminación del mercurio de las vacunas contra la gripe y puso fin a las recomendaciones de los CDC sobre la vacuna contra el COVID-19 para mujeres embarazadas y niños sanos.
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