Al menos 21 estados están reportando una variante de COVID-19 que se propagó por China a principios de este año, según datos recientemente actualizados proporcionados por una empresa privada.
Un mapa publicado por la Iniciativa Global para el Intercambio de Datos sobre la Gripe (GISAID) muestra que 21 estados de Estados Unidos han reportado la variante NB.1.8.1 de COVID-19 hasta el jueves por la tarde.
La estimación más reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sugiere que, entre el 8 y el 21 de junio, la variante NB.1.8.1 representa ahora el 43 % de los casos de COVID-19 en Estados Unidos, lo que la convierte en la cepa dominante.
Por otra parte, los CDC afirman que, en todo Estados Unidos, los niveles de COVID-19 son "actualmente muy bajos".
Fuera de Estados Unidos, las autoridades sanitarias chinas afirmaron en junio que la variante NB.1.8.1 estaba provocando una ola de infecciones en todo el país. Además, médicos chinos de la Universidad de Beijing predijeron el mes pasado que los casos de COVID-19 alcanzarían su pico máximo en todo el país en julio, y afirmaron que podría convertirse en la próxima cepa dominante a nivel mundial, con síntomas que incluyen dolor de garganta agudo, fiebre, secreción nasal, vómitos y diarrea.
Debido al historial del Partido Comunista Chino de ocultar información y publicar datos poco fiables, incluidos los datos sobre infecciones y muertes por COVID-19, la información proporcionada por los médicos y trabajadores sanitarios locales podría ofrecer más contexto sobre la situación real en China.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha designado la variante NB.1.8.1 como "variante bajo vigilancia" y considera que el riesgo para la salud pública es bajo a nivel mundial. Se espera que las vacunas actuales sigan siendo eficaces.
Anteriormente, la OMS había informado de que algunos países del Pacífico occidental habían registrado un aumento de los casos de COVID-19 y de las hospitalizaciones, pero hasta el momento no hay nada que sugiera que la enfermedad asociada a la nueva variante sea más grave que la de otras variantes.
La variante NB.1.8.1 ha sido bautizada como "garganta de navaja" o "garganta de cuchilla" en los medios de comunicación, entre otros en la India, el Reino Unido, China y por la agencia The Associated Press.
Varios médicos chinos declararon a The Epoch Times en mayo que sus pacientes habían informado de este síntoma.
Por otra parte, la OMS anunció en un informe publicado a finales de junio que la cepa XFG es ahora una "variante bajo vigilancia". Se estima que la XFG representa alrededor del 14 % de los casos en Estados Unidos, y GISAID no está realizando un seguimiento de la variante hasta el momento.
La propagación de la variante se produce además cuando una encuesta reciente publicada el 30 de junio sugiere que el 70 % de los estadounidenses seguiría intentando hacerse la prueba de la COVID-19 si creyera que la ha contraído. La encuesta se realizó en 2024, pero se publicó a principios de esta semana.
La encuesta, realizada por la Facultad de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts y publicada en la revista JAMA Network Open, reveló que el 70 % de los estadounidenses indicaron que se harían la prueba si sospecharan que tenían COVID-19, más de cinco años después de que el virus se propagara por todo Estados Unidos.
"La identificación temprana de la infección permite una atención rápida y la adopción de medidas para reducir la propagación", escribieron los investigadores.
"El inicio oportuno de la medicación antiviral oral se asocia con una menor incidencia de hospitalizaciones, muertes y COVID prolongado entre los adultos de alto riesgo".
En mayo, el secretario de Salud de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció que las vacunas contra la COVID-19 ya no se recomiendan para niños sanos y mujeres embarazadas, mientras que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) amplió el 25 de junio las advertencias existentes sobre las dos principales vacunas contra la COVID-19 en relación con dos formas de inflamación cardíaca. Las advertencias se refieren a la miocarditis, que es la inflamación del músculo cardíaco, y a la pericarditis, la inflamación de una membrana que recubre el corazón.
The Epoch Times se puso en contacto con los CDC para obtener comentarios y, hasta el jueves, no había recibido respuesta.
La Associated Press contribuyó a este informe.
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