Tu corazón podría estar celebrando su 60.º cumpleaños mientras tú sigues soplando 50 velas. Un nuevo estudio sugiere que la mayoría de los estadounidenses se enfrentan a esta diferencia de edad, lo que aumenta significativamente su riesgo de sufrir un infarto o un derrame cerebral.
Los resultados también muestran que esta diferencia es más pronunciada entre los hombres, las personas con ingresos o niveles educativos más bajos, o las personas de raza negra o hispanas.
Disparidades entre los grupos demográficos
El estudio, publicado en JAMA Cardiology y basado en datos de más de 14,000 adultos estadounidenses de entre 30 y 79 años sin antecedentes de enfermedades cardíacas, reveló diferencias significativas en las diferencias de edad cardíaca entre los grupos raciales y étnicos.La investigación descubrió que la mujer media tiene una «edad cardíaca» de 55,4 años, frente a su edad real de 51,3 años. En el caso de los hombres, la disparidad es aún más marcada: su edad cardíaca media es de 56.7 años, mientras que su edad cronológica es de solo 49.7 años.
Se descubrió que los hombres negros tenían una edad cardíaca 8.5 años mayor que su edad real. Los hombres hispanos les seguían de cerca con una diferencia de 7.9 años, mientras que los hombres blancos tenían una diferencia de 6.4 años y los asiáticos, de 6.7 años.
Entre los hombres con estudios secundarios o inferiores, casi un tercio tenía una edad cardíaca superior en más de 10 años a su edad real, y la diferencia era aún mayor entre los adultos negros o hispanos.
Entre las mujeres, el patrón se mantuvo, pero con diferencias menores.
El corazón de las mujeres negras era 6.2 años más viejo que su edad cronológica, mientras que el de las mujeres hispanas era 4.8 años más viejo. Los investigadores también descubrieron que, en el caso de las mujeres blancas, la diferencia era de 3.7 años, y en el de las mujeres asiáticas, de 2.8 años más que su edad real.
Una nueva forma de evaluar el riesgo cardíaco
Los investigadores desarrollaron una herramienta en línea gratuita que determina la “edad cardíaca” basándose en información de salud rutinaria, como la presión arterial, los niveles de colesterol, el tabaquismo y la diabetes. La herramienta traduce los porcentajes tradicionales de riesgo cardiovascular en una edad que los pacientes pueden comprender y relacionar fácilmente.“Considero que la 'edad cardíaca' es un complemento útil a la forma en que hablamos del riesgo”, afirmó el Dr. Neil D. Shah, cardiólogo del Sandra Atlas Bass Heart Hospital del North Shore University Hospital de Nueva York, que no participó en el estudio. “Los datos en los que se basa son sólidos y podrían ayudar a llegar a personas que, de otro modo, subestimarían su riesgo cardiovascular”, declaró a The Epoch Times.
La “edad cardíaca” representa cuál sería su riesgo cardiovascular si fuera la edad real de una persona. Le indica el estado de salud de su corazón en comparación con el de una persona sana de una determinada edad que no padece ninguna enfermedad cardíaca.
Si su edad cardíaca es superior a su edad real, significa que sus factores de riesgo actuales le dan la misma probabilidad de desarrollar una enfermedad cardíaca que una persona sana —con niveles normales de colesterol, presión arterial y otros marcadores— mayor que usted.
Por ejemplo, si tienes 40 años pero tu edad cardíaca es de 50, tienes el mismo riesgo de padecer una enfermedad cardíaca que una persona típica de 50 años con factores de salud ideales.
Los investigadores actualizaron un método de cálculo del riesgo más antiguo, originalmente del Estudio del Corazón de Framingham, para que funcionara con ecuaciones de riesgo más nuevas y completas llamadas “Predicción del riesgo de eventos cardiovasculares”, que ahora recomienda la Asociación Americana del Corazón.
Sin embargo, los investigadores hicieron hincapié en que la calculadora no sustituye la atención médica y debe utilizarse junto con el consejo de un médico. Shah se mostró de acuerdo.
“Todavía tenemos que tener en cuenta los antecedentes familiares, los factores sociales y otros riesgos”, afirmó. “Y, aunque es prometedor, todavía tenemos que demostrar que este enfoque conduce a mejores resultados a lo largo del tiempo”.
Resultados más fáciles de entender
Los investigadores afirman que su enfoque aborda un reto clave de la medicina preventiva: hacer que las estadísticas de riesgo abstractas se perciban como inmediatas y susceptibles de actuar.Tradicionalmente, los médicos evalúan el riesgo de enfermedad cardíaca en forma de porcentaje, por ejemplo, “ocho de cada 100 personas con su perfil pueden sufrir un evento cardíaco en los próximos 10 años”, pero la nueva calculadora traduce ese riesgo en una edad, lo que facilita su comprensión por parte de los pacientes.
Cuando hablamos de “riesgo a 10 años”, mucha gente lo entiende como algo lejano o abstracto, dijo Shah. “Enmarcar el riesgo como una 'edad cardíaca' lo hace sentir inmediato y personal', añadió. “Si alguien se entera de que su corazón tiene 10 años más que él, es una llamada de atención”.
Una persona de 35 años podría ignorar que tiene un “riesgo bajo a 10 años”, incluso si su riesgo cardiovascular a largo plazo es alto, señaló Shah. “Mostrarles que su corazón ya tiene una década más puede hacer que el riesgo se sienta real y abrir la puerta a la atención preventiva”.
Por qué es importante ahora
A pesar de los importantes avances en salud pública, durante más de un siglo las enfermedades cardíacas han seguido siendo la principal causa de muerte en Estados Unidos, en parte porque muchos adultos que podrían beneficiarse de la atención preventiva aún no la reciben, afirmó la autora principal del estudio, Sadiya Khan, profesora de medicina y epidemióloga cardiovascular.“Muchas personas que deberían tomar medicamentos para reducir el riesgo de sufrir un infarto, un ictus o una insuficiencia cardíaca no los toman”, añadió.
“Esperamos que esta nueva calculadora de la edad cardíaca contribuya a fomentar el debate sobre la prevención y, en última instancia, a mejorar la salud de todas las personas”.
Khan también señaló el potencial de la calculadora para fomentar una intervención más temprana, especialmente entre los jóvenes que quizá no piensen en la salud de su corazón.
Ella y su equipo tienen previsto estudiar si presentar el riesgo utilizando la edad cardíaca mejora los resultados de salud y aumenta la conciencia sobre la necesidad de un tratamiento preventivo.
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