El reflejo de las siluetas de las personas se ve en un cristal de la terraza de un centro comercial con vistas al distrito comercial central de Beijing, el 11 de agosto de 2025. (Tingshu Wang/Reuters)

El reflejo de las siluetas de las personas se ve en un cristal de la terraza de un centro comercial con vistas al distrito comercial central de Beijing, el 11 de agosto de 2025. (Tingshu Wang/Reuters)

¿Por qué Trump sigue dando el pase libre a China?

Porque el PCCh ya preparó el camino hacia su propia destrucción

OPINIÓNPor Steven W. Mosher
9 de septiembre de 2025, 6:55 p. m.
| Actualizado el9 de septiembre de 2025, 6:55 p. m.

Comentario

Las quejas en las filas de MAGA sobre la política del presidente Donald Trump hacia China son cada vez más fuertes.

¿Recuerdan todas las primeras declaraciones de la administración sobre la prohibición de TikTok, que muchos consideran una aplicación espía de China? Pues bien, el presidente no solo no la prohibió, sino que recientemente abrió una cuenta de la Casa Blanca en ella.

Los casos de "estudiantes" chinos que roban propiedad intelectual estadounidense siguen acumulándose, y se producen más detenciones. Pero en lugar de reducir los visados de estudiante como se esperaba, Trump planteó ahora la idea de expedir 600,000 más, con el argumento de que ayudan a mantener a flote a las universidades ávidas de matrículas.

Pero la gran pregunta que se plantean muchos seguidores de MAGA es la siguiente: ¿por qué Trump no está golpeando más duramente a China con los aranceles?

No hace mucho, le dio a China otros 90 días para llegar a un acuerdo comercial. Esto significa que la actual tregua en la guerra comercial no expira hasta el 10 de noviembre, casi un año después de su llegada a la presidencia.

Por supuesto, mientras tanto, el Partido Comunista Chino (PCCh) prometió levantar todas sus barreras no arancelarias a las importaciones estadounidenses y reanudar la exportación de tierras raras —sobre las que China tiene un monopolio virtual a nivel mundial— a los fabricantes estadounidenses.

En mi opinión, la Gran Muralla china de mentiras sobre el comercio acaba de crecer dos ladrillos más.

Pero también creo que, dado lo bien que van las cosas en las negociaciones comerciales con otros países —la Unión Europea y Corea del Sur cedieron a las demandas de Trump—, le debemos a Trump el beneficio de la duda.

Al fin y al cabo, Trump es el tipo que ve el panorama general. Y lo que ve el presidente es que el sueño de Beijing de dominar el mundo se está convirtiendo en una pesadilla ante nuestros ojos.

La gran estrategia del PCCh consistía en desestabilizar el mundo, encendiendo fuegos por todas partes para dispersar nuestras fuerzas, agotar nuestras municiones y provocar a Estados Unidos para que realizara aún más intervenciones armadas.

Pero aquí, Trump, el pacificador, frustró a Beijing en todo momento.

En Oriente Medio, los clientes iraníes de China fueron neutralizados y sus representantes terroristas, Hamás y Hezbolá, quedaron incapacitados.

En el sudeste asiático, Camboya, respaldada por China, estaba dispuesta a entrar en guerra con Tailandia, aliada de Estados Unidos. Pero el conflicto terminó antes de empezar, gracias a la oportuna intervención de Trump.

Luego, estaba el conflicto en Asia meridional entre Pakistán —otro Estado cliente de China— y la India, que se intensificaba peligrosamente y que fácilmente pudo estallar en una guerra importante, o incluso nuclear. Pero Trump también puso fin a ese conflicto.

Aunque no hay ningún gran avance en Ucrania, el presidente está trabajando horas extras para ponerle fin. Si Moscú, el "aliado estratégico" del PCCh, decide aliviar las tensiones y cooperar con Washington para poner fin a la guerra, otro pilar del plan estratégico de Beijing se derrumbará.

El líder chino Xi Jinping quería "sentarse en la cima de la montaña y ver luchar a los tigres", como dice el refrán chino. Pero Trump demostró ser muy bueno domesticando tigres.

Si las cosas no van como el PCCh quiere en el extranjero, la situación en el país es aún peor.

Es cierto que la guerra arancelaria puede estar en pausa, pero el crítico sector exportador de China está siendo presionado de otras maneras. Se cerró la laguna jurídica que permitía que los productos por valor inferior a USD 800 escaparan a los aranceles. Se bloqueó el transbordo de mercancías a través de otros países. Incluso Europa está aumentando ahora sus inspecciones de la carga china y "reteniendo" los productos dudosos.

Las medidas tomadas por Trump hasta la fecha ya provocaron una caída en picada de la economía china en general. Según las estadísticas oficiales del régimen, un tercio de las medianas y grandes empresas del país están perdiendo dinero. Los pagos a proveedores y empleados se retrasan durante meses, lo que empuja a toda la economía cada vez más cerca del colapso.

Incluso a los gobiernos locales les resulta difícil pagar a sus empleados. En al menos una ciudad china, la policía empezó a robar dinero directamente de las cuentas bancarias de la gente. Y usted que pensaba que la desbancarización era mala.

Los que tienen dinero lo están enviando al extranjero, a refugios seguros como Estados Unidos y Australia.

Las cifras oficiales afirman que China "invirtió" USD 3.1 billones en el extranjero, pero ¿A dónde fue a parar ese dinero?

No se invrrtió en construir versiones chinas de Walmart, Apple y Burger King. Estas no existen. En cambio, el dinero se destinó a cuentas privadas en el mercado de valores, compras de terrenos y mansiones en Florida y California.

La élite, viendo lo que se avecina, está saqueando el país y escondiendo su dinero en refugios seguros en el extranjero.

Es lo mismo que hicieron los funcionarios nacionalistas corruptos en 1949, cuando su propio gobierno se derrumbó ante el avance comunista.

La diferencia ahora es que no hay resistencia, al menos organizada, al mal gobierno del PCCh.

Nadie sabe cuánto tiempo más podrá el enorme aparato de seguridad chino proteger a la élite del PCCh de la justificada ira del pueblo. Pero si las fuerzas de seguridad se quedan sin cobrar, todo puede pasar.

Así que, como ve, no es que Trump se esté ablandando con China al no acorralarla con los aranceles.

Es que ve que China ya está acorralada. La única pregunta ahora es: ¿Cuándo cederá?

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.


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