El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que está perdiendo la paciencia con el presidente ruso, Vladimir Putin, y que podría imponer nuevos aranceles y sanciones para obligar al líder ruso a entablar negociaciones de alto el fuego con Ucrania.
Trump afirmó que su paciencia con la negativa de Putin a participar en las conversaciones de paz con Ucrania "se estaba agotando rápidamente" durante una entrevista con el programa "Fox and Friends" de Fox News el 12 de septiembre.
El presidente añadió que "se necesitan dos para bailar el tango", y afirmó que la renuencia de Putin a comprometerse con las conversaciones de paz se debía en parte a la animadversión mutua entre el líder ruso y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
"Hay un odio tremendo entre él y Zelenski, dijo Trump.
Trump ha convertido el fin de la guerra en Ucrania y otros conflictos internacionales en una parte fundamental de su agenda presidencial, pero en ocasiones le ha costado convencer a Putin y Zelenski para que negocien de forma significativa el fin del conflicto.
Estos comentarios se producen tras la cumbre de alto nivel entre Trump y Putin celebrada en Alaska en agosto, cuyo objetivo era que Rusia volviera a la mesa de negociaciones, pero que finalmente no dio lugar a la reanudación de las conversaciones de alto el fuego.
"No hay acuerdo hasta que haya acuerdo", dijo Trump en ese momento.
Esa reunión fue el resultado de la amenaza de Trump de imponer nuevas sanciones al sector petrolero ruso, incluidos aranceles secundarios a países como India y China que compran petróleo a entidades rusas.
Trump renovó esas amenazas durante la entrevista del viernes, afirmando que Estados Unidos tendría que "actuar con mucha, mucha dureza" contra Rusia si Putin no se comprometía a entablar conversaciones de paz con Ucrania.
Cuando se le preguntó cómo sería esa respuesta firme contra Rusia, Trump dijo que implicaría "golpear [a Rusia] muy duramente con sanciones a los bancos y también con el petróleo y los aranceles".
Trump también se puso en contacto con los aliados de Estados Unidos en Europa a principios de esta semana con la esperanza de conseguir apoyo internacional para aranceles secundarios de hasta el 100% a China y la India.
Esta medida demuestra lo mucho que Trump y su administración han cambiado de postura en cuanto al manejo de la guerra en Ucrania desde que asumieron el cargo, pasando de suspender todo apoyo a Ucrania a principios de año a renovar la venta de armas a Kiev y amenazar con sanciones contra Moscú.
La dificultad radica en conseguir que Kiev o Moscú cedan en alguno de los objetivos clave de la guerra, ya que Zelenski se niega a considerar la entrega de ningún territorio a Rusia y Putin exige que se le entregue el territorio que no ha logrado conquistar.
Por ahora, Moscú no parece disuadirse. Solo esta semana, Rusia lanzó su mayor ataque aéreo contra Ucrania y envió drones al espacio aéreo de Polonia, miembro de la OTAN.
Los dirigentes de la OTAN aún no han verificado si los drones entraron en el espacio aéreo polaco deliberadamente o como parte de una operación en Ucrania que salió mal.
Trump dijo durante la entrevista del viernes que los activos rusos "no deberían estar cerca de Polonia".
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