LOS ÁNGELES—Los disturbios en protesta por operaciones federales de inmigración, que llevaron al presidente Donald Trump a desplegar tropas en Los Ángeles, provocaron un enfrentamiento entre los poderes estatal y federal.
Durante el fin de semana, la violencia estalló cuando los manifestantes rompieron bloques de hormigón y estructuras de cemento para lanzarlos contra vehículos policiales. También lanzaron scooters y escombros desde pasos elevados de autopistas contra patrullas policiales, incendiaron vehículos, lanzaron fuegos artificiales dirigidos a las fuerzas del orden y bloquearon carreteras.
Algunos manifestantes enmascarados ondearon banderas mexicanas.
Más de 2000 efectivos de la Guardia Nacional de California y 700 infantes de marina se encuentran actualmente en el área metropolitana de Los Ángeles. El 9 de junio, Trump autorizó el despliegue de 2000 efectivos adicionales de la Guardia Nacional y afirmó que permanecerán allí "hasta que no haya peligro".
Las protestas continuaron hasta el 9 de junio, pero fueron más moderadas debido al aumento de la presencia policial y militar.
El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) arrestó a más de 150 manifestantes durante la noche del 9 de junio; los cargos incluyeron intento de asesinato con una bomba molotov, agresión a un oficial de policía con un arma letal, saqueo y no acatar la orden de dispersarse. Varios agentes de policía resultaron heridos.
El despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump sin una solicitud del gobernador de California, Gavin Newsom, desató una controversia política y legal. California, al alegar que las acciones de Trump fueron ilegales, California presentó una demanda y solicitó un bloqueo de emergencia.
Un juez federal se negó a emitir el bloqueo inmediato el 10 de junio y fijó una audiencia para el 12 de junio.
Operación de ICE
Las protestas comenzaron el 6 de junio luego que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizaran operativos de seguridad en la ciudad. Agentes federales detuvieron a varias personas en lugares de trabajo, incluyendo un Home Depot, y en el Distrito de la Moda de Los Ángeles.El zar fronterizo de la administración Trump, Tom Homan, declaró que agentes del ICE estaban ejecutando órdenes de registro criminales en un sitio de trabajo en Los Ángeles la semana pasada como parte de una investigación sobre fraude aduanero, evasión fiscal y lavado de dinero.
En declaraciones al programa "Dr. Phil", Homan afirmó que 41 personas fueron arrestadas y que el FBI, la Administración de Control de Drogas (DEA) y el IRS también estuvieron involucrados.
"Sacamos a mucha gente mala de la calle ese día", declaró a NewsNation en otra entrevista, señalando que esas medidas de seguridad fueron selectivas, no una redada aleatoria.
El 7 de junio, estallaron protestas en Paramount, un barrio al sur de la ciudad, y esa misma noche, Trump ordenó el envío de la Guardia Nacional a la zona.
Más tarde esa noche, la policía local declaró que las protestas en una parte del centro de Los Ángeles eran una "concentración ilegal".
Creciente malestar
Al día siguiente, con el telón de fondo de grafitis contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en las paredes del edificio federal Edward R. Roybal, sede del Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales en la calle Alameda, decenas de agentes federales y tropas, incluida la Guardia Nacional de California, formaron un perímetro defensivo alrededor de las instalaciones, donde los manifestantes se congregaron en la entrada.Varios manifestantes ocultaron su identidad con mascarillas y guantes, y al menos dos símbolos, consistentes en letras A dentro de un círculo, fueron pintados con aerosol en los edificios federales, similares al símbolo utilizado por Antifa, un grupo radical marxista-anarquista.
Los manifestantes gritaron por megáfonos un discurso anti-ICE repleto de blasfemias y se burlaron de los oficiales de ley, portando carteles que denunciaban las operaciones del ICE y la presencia de la Guardia Nacional.
Las tropas federales custodiaban la propiedad federal, mientras que el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) mantenía líneas de contención en las calles circundantes.
Más de una hora después, ante la negativa de los manifestantes a dispersarse como se les había ordenado, agentes del LAPD llegaron al lugar con equipo antidisturbios. Algunos manifestantes corrieron hacia la línea de contención, y los agentes retrocedieron unos cientos de metros, formando una línea continua a través de un paso elevado de la autopista.
El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) disparó granadas aturdidoras y otras armas no letales entre ellos y los manifestantes para dispersar a la multitud.
A lo largo de la calle Alameda, los manifestantes bloquearon el tráfico en dirección oeste, mientras que algunos utilizaron sus vehículos para crear bloqueos viales deliberados. Decenas de manifestantes permanecieron en el lugar, y algunos lanzaron objetos, incluyendo botellas de agua, a los oficiales del LAPD.
El 9 de junio, un reportero gráfico de The Epoch Times fue testigo de cómo una madre dejaba a su hijo ―que parecía tener poco más de veinte años―, en Commercial Street, cerca del edificio federal.
El hombre se despidió de su madre, le dijo que la quería y cerró la puerta de la camioneta. Mientras se alejaba, se puso guantes y un pasamontañas negro y se dirigió hacia la barricada policial.
Otro manifestante señaló con el dedo a la policía y los gritó muy cerca, en la línea de contención.
Para la tarde del 9 de junio, la multitud se había reducido a unos 100 manifestantes. La fachada del edificio federal estaba completamente bloqueada, y la policía superaba en número a los manifestantes en esa zona.
Gobierno Federal versus Gobierno Estatal
Tras federalizar la Guardia Nacional de California para sofocar los disturbios, la administración Trump se encuentra ahora en un punto muerto con el Estado Dorado por la gestión de los disturbios.Trump invocó una ley poco utilizada para convocar a 4000 efectivos de la Guardia Nacional, alegando que era necesario "abordar la anarquía". Newsom se opuso, afirmando que la medida del presidente violaba la soberanía estatal y avivaría las tensiones.
El estado presentó una demanda contra la administración, alegando que el despliegue fue ilegal.
El presidente afirmó que Los Ángeles "estaría en llamas" si no hubiera desplegado a la Guardia Nacional y a la Infantería de Marina.
Trump no descarta, invocar la Ley de Insurrección que autoriza al presidente a desplegar las fuerzas armadas para reprimir insurrecciones, hacer cumplir la autoridad federal y proteger los derechos civiles cuando las autoridades estatales se niegan a actuar.
"Si hay una insurrección, sin duda la invocaría. Ya veremos", declaró Trump a los periodistas en el Despacho Oval el 10 de junio.
"Podría decirles que había ciertas zonas de Los Ángeles que bien podrían haberse calificado como escenarios de insurrección. Pero estos son insurrectos a sueldo. Son alborotadores a sueldo. Reciben dinero".
El director del FBI, Kash Patel, afirmó que la agencia investiga actualmente "cualquier conexión financiera responsable de estos disturbios".
El Pentágono proyectó que el despliegue de tropas en Los Ángeles costaría 134 millones de dólares en 60 días.
El 10 de junio, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, condenó la violencia en torno a las protestas contra el ICE.
"Seamos claros: a cualquiera que haya vandalizado el centro o saqueado tiendas no le importan nuestras comunidades inmigrantes. Tendrá que rendir cuentas", publicó en la red social X.
La alcaldesa afirmó que su oficina escuchó que las operaciones de ICE podrían continuar durante un mes o más. Bass afirmó que llamaría al presidente para pedirle que detuviera las operaciones.
"Es una sensación de intimidación y miedo tan innecesaria y corrosiva para nuestra ciudad", declaró Bass en una conferencia de prensa el 10 de junio.
Al menos un demócrata cuestionó la respuesta del partido ante los disturbios.
"Defiendo sin complejos la libertad de expresión, las manifestaciones pacíficas y la inmigración, pero esto no es eso", declaró el senador John Fetterman (D-PA) en una publicación en redes sociales la noche del 9 de junio.
Su publicación incluía una foto de vehículos en llamas y el fuego cubriendo el cielo.
"Esto es anarquía y un verdadero caos", dijo Fetterman. "Mi partido pierde la autoridad moral cuando nos negamos a condenar el incendio de vehículos, la destrucción de edificios y las agresiones a las fuerzas del orden".
Con información de Jack Phillips y Janice Hisle.
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