El enfoque estratégico de Estados Unidos para contrarrestar al Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó durante el primer mandato del presidente Donald Trump y desde entonces se ha consolidado como un consenso bipartidista, convirtiendo la seguridad de Taiwán en un interés nacional fundamental para Estados Unidos, según Miles Yu, investigador principal y director del Centro de China en el Instituto Hudson y exasesor del entonces secretario de Estado Mike Pompeo.
Yu afirmó que Washington reorientó formalmente su estrategia de defensa nacional hacia China bajo el mandato de Trump, lo que marca el cambio más significativo en la gran estrategia estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.
En un foro celebrado en Taipéi el 15 de diciembre, Yu afirmó: "Proteger a Taiwán es un acto de altruismo, y también una necesidad arraigada en el interés propio".
Un giro estratégico histórico
Yu señaló que la estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos solo ha experimentado dos transformaciones importantes en los últimos 80 años.La primera se produjo en 1947, cuando Washington reformó todo su aparato nacional (industria, educación, ciencia, defensa e inteligencia) para hacer frente a la expansión global de la Unión Soviética comunista. Ese cambio dio lugar a la Ley de Seguridad Nacional de 1947 y definió la estrategia estadounidense durante la Guerra Fría.
La segunda transformación, según Yu, comenzó alrededor de 2015, cuando Trump se incorporó a la carrera presidencial, y se aceleró tras su elección en 2016. En 2017, la administración Trump publicó una nueva Estrategia de Seguridad Nacional que identificaba al PCCh como la principal amenaza estratégica de Estados Unidos. Ese documento marcó un giro decisivo para alejarse de los enredos con Rusia y Oriente Medio y acercarse al Indopacífico, según Yu.
"La economía rusa es menos de una décima parte del tamaño de la de China, el desarrollo militar del PCCh superó con creces al de Rusia, y Estados Unidos ha evaluado que los aliados de la OTAN tienen la capacidad económica —y deberían estar obligados— a aumentar el gasto en defensa para contrarrestar la amenaza rusa", afirmó.
El enfoque de Trump para el segundo mandato
Al analizar el segundo mandato de Trump, Yu sostuvo que la postura de Washington hacia Beijing se endureció aún más."Ahora existe un consenso [en todos los partidos] en la política estadounidense de que el PCCh es la principal amenaza", afirmó.
Yu describió al actual equipo de seguridad nacional de Trump como altamente centralizado y leal, con menos disidentes internos que durante su primer mandato. Añadió que Trump perdió la fe en los acuerdos comerciales con Beijing tras el fracaso de los acuerdos anteriores.
"Trump ya no creerá en negociar acuerdos comerciales con el PCCh", afirmó. "[En lo que cree] ahora es en los aranceles".
Yu dijo que el objetivo principal de la política comercial de Trump es forzar un acceso genuino al mercado y la reciprocidad. Países estrechamente vinculados a la cadena de exportación de China, como Canadá y México, se enfrentan a aranceles estadounidenses más altos después de que productos chinos se canalizaran a través de ellos para eludir las barreras comerciales durante la administración Biden.
Preocupaciones similares, afirmó Yu, impulsaron la imposición de aranceles de Estados Unidos a Vietnam, Camboya y Malasia.
El presidente Donald Trump sostiene un gráfico mientras pronuncia unas declaraciones sobre los aranceles recíprocos en la Casa Blanca, el 2 de abril de 2025. (Brendan Smialowski/AFP a través de Getty Images).
Disuasión sin conflicto directo
Yu enfatizó que la estrategia de Washington hacia Beijing no busca una confrontación militar inmediata, sino una disuasión a largo plazo.Esto incluye fortalecer la seguridad nacional, reforzar los controles fronterizos, combatir el tráfico de fentanilo, expandir los sistemas de defensa antimisiles y contrarrestar la influencia de China en el hemisferio occidental, como los esfuerzos para debilitar al régimen de Maduro en Venezuela, alineado con China.
Al mismo tiempo, Yu afirmó que Estados Unidos recurre cada vez más a la defensa colectiva en lugar de a la acción unilateral.
"Estados Unidos está reforzando la disuasión contra el PCCh al enfatizar la defensa colectiva en lugar de depender únicamente del poder estadounidense, compartiendo las responsabilidades de seguridad entre sus socios", afirmó.
Lo que Washington busca en sus aliados
Yu mencionó a Polonia, Japón, Corea del Sur e Israel como ejemplos de aliados que Washington valora profundamente.Señaló que Polonia destaca dentro de la OTAN por aumentar el gasto en defensa a más del 5 por ciento del PIB tras emerger del régimen comunista. Corea del Sur, por su parte, ha logrado un alto grado de integración operativa con las fuerzas estadounidenses y puede convertir rápidamente la construcción naval civil y la industria pesada en producción para tiempos de guerra.
"Estados Unidos ayuda a quienes se ayudan a sí mismos", afirmó Yu. "Que Estados Unidos realmente ayude a Taiwán depende en gran medida de si Taiwán muestra la determinación de defenderse".
Oficiales del ejército y la marina polacos desfilando en el Día de la Marina frente al Museo Naval ORP Błyskawica en Gdynia, Polonia, el 28 de noviembre de 2024. (Ministerio de Defensa de Polonia/Flickr).
La seguridad de Taiwán beneficia a Estados Unidos
Yu estableció una clara distinción entre la política de una sola China de Washington y el principio de una sola China de Beijing."Estados Unidos no reconoce a Taiwán como parte de la República Popular China y se opone firmemente a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza", afirmó.
La importancia de Taiwán, argumentó Yu, va más allá de los valores. Como democracia líder en Asia y centro mundial de fabricación de semiconductores, Taiwán se encuentra en el corazón de la seguridad regional y de la economía global.
"Si Taiwán cae, la primera cadena de islas se vería gravemente comprometida", concluyó.
Yu también rechazó la afirmación de Beijing de que el estatus de Taiwán es un asunto puramente interno chino. Señaló que la Resolución 2758 de la ONU nunca determinó la soberanía de Taiwán y que el Tratado de San Francisco dejó sin resolver el estatus final de Taiwán.
Declaraciones recientes de líderes japoneses subrayan este punto. El primer ministro japonés, Sanae Takaichi, declaró abiertamente que "una contingencia con Taiwán es una contingencia con Japón", comentarios que, según Yu, enfurecieron a Beijing precisamente porque expusieron lo que él llamó la falsa narrativa del PCCh sobre Taiwán.
"El estatus de Taiwán es un asunto internacional", afirmó Yu. "No es un asunto interno del PCCh".
Con información de Zhongyuan.















