JOHANNESBURGO — Julius Malema no necesita esforzarse mucho para generar polémica.
Lidera un partido, los Luchadores por la Libertad Económica (EFF), cuyas políticas incluyen la confiscación de toda forma de "riqueza propiedad de los blancos", incluidas minas, tierras y bancos, para "redistribuirla entre los negros pobres".
Malema amenaza con que los sudafricanos blancos podrían ser masacrados en una "revolución" por los ciudadanos negros pobres que se vengan de décadas de dominio de la minoría blanca bajo el apartheid, una política oficial que terminó en 1994.
El miércoles, la imagen y las palabras de Malema volvieron a causar revuelo al ser transmitidas a millones de personas en todo el mundo desde el Despacho Oval, donde el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibía al presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
Durante la reunión, cuando Ramaphosa intentó rebatir la afirmación de Trump de que existe un "genocidio de granjeros blancos" en Sudáfrica, el líder estadounidense pidió a sus asesores que bajaran las luces y pusieran la cinta.
Algunos miembros de la delegación sudafricana se movieron incómodos en sus asientos cuando Malema apareció en pantalla gritando las palabras "Maten al granjero", el título de una canción que suele cantar junto a miles de seguidores en mítines políticos contra el Gobierno.
"¡Disparen a matar!", gritó Malema.
Otra escena mostraba hileras de cruces blancas en un memorial dedicado a los granjeros blancos asesinados en Sudáfrica, donde actualmente se cometen más de 70 asesinatos al día.
Las raíces de la canción de Malema se remontan a la década de 1980 en Sudáfrica, cuando los manifestantes negros coreaban las palabras zulúes "Dubula ibhunu", o "Mata al bóer", para representar la resistencia al gobierno nacionalista afrikáner que los oprimía.
Malema fue juzgado dos veces en la corte por agredir a personas blancas, pero fue absuelto en ambas ocasiones.
Malema declaró a The Epoch Times que "comenzó con orgullo a causar problemas" cuando era un niño, cuando, según él, lanzó su primera piedra contra un vehículo policial en Seshego, su municipio natal en el norte del país, a finales de la década de 1980. "Más tarde, pasé a las bombas molotov", afirmó.
Ha sido declarado culpable de incitación al odio en varias ocasiones por incitar a la violencia contra los blancos, pero todas las condenas fueron revocadas en apelación.
En 2020, después que un hombre blanco presuntamente agrediera a un hombre negro cerca de una escuela en Ciudad del Cabo, Malema ordenó a sus seguidores que lo localizaran y "se ocuparan" de él, según la Fundación FW de Klerk.
Les dijo: "Nunca tengan miedo de matar", ya que "una revolución exige que en algún momento haya muertes, porque matar es parte de un acto revolucionario".
Los miembros del EFF, vestidos con sus habituales overoles rojos y boinas para representar su ideología comunista, exhibieron pancartas en las que se leía "Se acabó la luna de miel para los blancos en Sudáfrica" y "Un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivada por el odio puro".
En otra ocasión, Malema afirmó que "no está pidiendo la matanza de los blancos, al menos por ahora".
Cuando se le preguntó por qué no dejaba de cantar su infame canción, Malema respondió que era un símbolo de su "oposición al capitalismo [del Congreso Nacional Africano (ANC)]" y de su "oposición a los blancos que aún controlan la economía sudafricana".
Malema dijo que su "héroe definitivo" es el expresidente de Zimbabue, Robert Mugabe, quien a principios de la década de 2000 envió a sus "veteranos de guerra" a confiscar las granjas de propiedad de blancos, con el resultado de decenas de granjeros blancos asesinados.
El portavoz de Ramaphosa, Vincent Magwenya, dijo a The Epoch Times que el Gobierno sudafricano "no tiene intención" de expulsar a los granjeros blancos de sus tierras.
"Zimbabue, que está justo al otro lado de la frontera, nos ha demostrado que si no tenemos granjeros blancos aquí, sería un suicidio. Muchos de los granjeros blancos son nuestros mayores productores de alimentos", afirmó. "Deben ser protegidos y el Gobierno se compromete a mejorar su seguridad y la de todos los sudafricanos, independientemente de su raza".
El ANC, que obtuvo el 40 por ciento de los votos en las elecciones del año pasado, comparte el poder con la Alianza Democrática (DA), que obtuvo poco más del 20 por ciento.
Después de que los asistentes de Trump mostraran las imágenes de Malema cantando su canción "Mata al bóer [granjero]", Ramaphosa y su séquito le dijeron a Trump que el EFF es un partido pequeño y que sus opiniones no representan la política del Gobierno.
Sin embargo, el profesor Adam Habib, director de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, que estudia el EFF desde su formación en 2013, declaró a The Epoch Times que este partido tiene una "voz poderosa" en Sudáfrica.
"El apoyo al EFF es mucho menor que el del ANC y el DA, pero siempre obtienen un 10 por ciento de los votos en las elecciones", dijo. "El EFF ha sido popular desde su creación y sus miembros siempre son elegidos para el Parlamento".
Malema fundó el EFF después de ser expulsado del ANC en 2012 por desacreditar al partido. Había tildado al entonces presidente Jacob Zuma de "dictador".
"Malema sabe un par de cosas sobre dictadores porque todos sus héroes, como Robert Mugabe y [el antiguo gobernante militar libio] Muammar Gaddafi, eran dictadores", afirmó Habib. "El EFF es un cáncer racista y violento en Sudáfrica y cuanto antes nos deshagamos de ellos, mejor".
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