El coreógrafo ruso Yuri Grigorovich habla durante la ceremonia de entrega de los Premios Estatales con motivo del Día de Rusia en el Kremlin, en Moscú (Rusia), el 12 de junio de 2017. (Natalia Kolesnikova/Pool/Reuters).

El coreógrafo ruso Yuri Grigorovich habla durante la ceremonia de entrega de los Premios Estatales con motivo del Día de Rusia en el Kremlin, en Moscú (Rusia), el 12 de junio de 2017. (Natalia Kolesnikova/Pool/Reuters).

Muere Yuri Grigorovich, gran maestro del ballet ruso a los 98 años

EUROPAPor Reuters
20 de mayo de 2025, 2:22 p. m.
| Actualizado el20 de mayo de 2025, 2:22 p. m.

El maestro de ballet ruso Yuri Grigorovich, considerado uno de los coreógrafos más destacados del siglo XX, falleció a los 98 años, según anunció el Teatro Bolshoi el lunes.

Grigorovich, director artístico del Ballet Bolshoi de Moscú entre 1964 y 1995, fue famoso por sus producciones de Espartaco, Iván el Terrible, Romeo y Julieta, y muchos otros ballets. Fue especialmente reconocido por enfocarse en el bailarín, para quien creó papeles que exigían una fuerza y ​​una técnica extraordinarias.

Su amiga Nina Alovert, una célebre fotógrafa de danza, publicó unas memorias en Facebook en las que lo llamó "el amor de mi vida en el mundo del ballet".

En Espartaco, afirmó, creó "una poderosa epopeya de ballet, que muestra a un héroe que se opone a una gigantesca y desalmada maquinaria estatal. Este tema era absolutamente inusual para la sociedad soviética, donde el individuo siempre se veía disminuido".

Natalia Beizerova, amante del ballet ruso y bloguera, declaró a Reuters: "Cada uno de sus ballets es un remanso de paz con reflexiones filosóficas... Sus ballets silenciosos dicen más que cualquier palabra; ahí reside su genialidad absoluta".

Grigorovich nació en 1927, una década después de la Revolución Bolchevique, y el ballet siempre formó parte de su vida: su tío Georgy Rozai había estudiado con el legendario bailarín Vaslav Nijinsky. Grigorovich actuó como solista con el ballet Kirov de Leningrado antes de convertirse en coreógrafo.

Durante su larga trayectoria en el Bolshoi, este realizó frecuentes giras internacionales y consolidó su reputación como una de las compañías más importantes del mundo. Sin embargo, el colapso de la Unión Soviética en 1991 trajo consigo incertidumbre, preocupaciones financieras, disputas internas y una fuga de talentos al extranjero.

Huelga de bailarines

En 1995, Grigorovich dimitió tras meses de conflicto con la dirección por los contratos de los artistas, lo que desencadenó la primera huelga de bailarines en el Bolshoi en sus más de 200 años de historia. Al apagarse las luces al inicio de una función programada, un bailarín cruzó el telón para anunciar al atónito público que no habría función esa noche.

Grigorovich creó una nueva compañía de ballet en Krasnodar, al sur de Rusia, aunque finalmente regresó al Bolshoi en 2008 para volver a trabajar como coreógrafo y maestro de ballet.

Ganó los más altos galardones rusos y soviéticos, incluyendo el de Artista del Pueblo de la URSS y Héroe del Trabajo Socialista.

Curiosamente, su fallecimiento se anunció el mismo día que el de uno de sus bailarines favoritos, Yuri Vladimirov, quien tenía 83 años.

La esposa de Grigorovich, Natalia Bessmertnova, primera bailarina del Bolshoi, falleció de cáncer en 2008. En 2017, el Bolshoi conmemoró su 90.º cumpleaños con dos meses de actuaciones especiales.

Valery Gergiev, director de los teatros Bolshoi y Mariinsky, declaró al periódico Izvestia que Grigorovich era "una figura legendaria que seguirá inspirando respeto y admiración durante décadas".

El Bolshoi declaró en un comunicado que "guardará fielmente su memoria y protegerá su invaluable legado".

Por Mark Trevelyan.


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