Un panel de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que no podía llegar a una conclusión sobre el origen de la pandemia de COVID-19, ya que el régimen chino sigue ocultando información.
En un informe publicado el viernes, el Grupo Asesor Científico sobre Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO), un panel de 27 expertos creado por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en noviembre de 2021, pidió a "los gobiernos, especialmente a aquellos en los que se confirmaron los primeros casos humanos", que compartieran información.
“Tal y como están las cosas, todas las hipótesis deben seguir sobre la mesa, incluidas la propagación zoonótica y la fuga de un laboratorio”, declaró Ghebreyesus en una rueda de prensa.
“Seguimos haciendo un llamamiento a China y a cualquier otro país que tenga información sobre los orígenes del COVID-19 para que la comparta abiertamente, en interés de proteger al mundo de futuras pandemias”, añadió.
Según la OMS, entre diciembre de 2019 y mayo de 2023, el COVID-19, la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, provocó más de 7 millones de muertes en todo el mundo.
Los primeros casos conocidos se registraron en Wuhan, en el centro de China, pero nunca se ha identificado al paciente cero.
Las autoridades sanitarias locales sospecharon inicialmente que el mercado de marisco de Huanan, en la ciudad de Wuhan, era el origen de la enfermedad, afirmando que "la mayoría" de los primeros pacientes estaban relacionados con el mercado, pero un artículo publicado en The Lancet en enero de 2020 afirmaba que casi un tercio de los primeros casos no tenían relación con el mercado.
Wuhan también alberga el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), que recibió más de un millón de dólares estadounidenses para experimentar con coronavirus de murciélagos. Esto, junto con el encubrimiento por parte del régimen chino de los primeros brotes y otras pruebas circunstanciales, ha alimentado las sospechas de que el virus se filtró desde el instituto.
En mayo de 2023, George Gao, que dirigió el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (China CDC) durante la pandemia de COVID-19, declaró a la BBC que las autoridades chinas habían investigado el WIV para averiguar si el SARS-CoV-2 se había filtrado desde el laboratorio, y no habían encontrado ninguna irregularidad.
Afirmó que el CDC chino no había participado en la investigación y no reveló ningún detalle sobre qué departamentos chinos habían llevado a cabo la investigación.
En el informe del SAGO publicado el viernes, los autores afirmaron que las pruebas disponibles revisadas por el panel "sugieren una transmisión zoonótica del SARS-CoV-2 a la población humana, ya sea directamente de los murciélagos o a través de un huésped intermediario", pero, sin toda la información, no pueden concluir cuándo y cómo pudo haber ocurrido.
El informe indica que el SAGO y la OMS han solicitado más información a China, incluyendo más de 500 secuencias de los primeros pacientes de COVID-19, información más detallada sobre los animales vendidos en los mercados húmedos de Wuhan e información sobre los laboratorios de Wuhan, incluidos los registros sanitarios del personal, la bioseguridad y la información sobre bioseguridad del WIV y del laboratorio del CDC de China en Wuhan.
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