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(Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock).

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Infecciones del tracto urinario afectan a más de 1 de cada 10 mujeres, primeros síntomas

Las infecciones del tracto urinario se encuentran entre las infecciones más comunes y se producen cuando las bacterias dañinas se multiplican y se propagan por el tracto urinario

INFORMES PREMIUM SOBRE SALUDPor Mercura Wang
15 de septiembre de 2025, 4:19 p. m.
| Actualizado el15 de septiembre de 2025, 4:48 p. m.

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son muy comunes y afectan a más del 10 por ciento de las mujeres en los Estados Unidos cada año. Estas infecciones se producen cuando bacterias dañinas superan las defensas naturales del cuerpo y se multiplican en el tracto urinario.

Lo que hace que las ITU sean particularmente difíciles de tratar es su fuerte tendencia a reaparecer. Sin embargo, a menudo son tratables.

(Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)(Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)

¿Cuáles son los síntomas y los primeros signos de las infecciones del tracto urinario?

El sistema urinario incluye los riñones, los uréteres (los conductos que conectan los riñones con la vejiga), la vejiga y la uretra. Los síntomas pueden variar según el tipo de ITU:

Infecciones del tracto inferior

Afectan a la uretra (uretritis) o a la vejiga (cistitis).

Síntomas de la infección de la uretra:

- Secreción transparente o mucosa del pene o la vagina

- Enrojecimiento o hinchazón en la punta del pene

- Dolor o sensación de ardor al orinar

- Picazón o irritación en la uretra

Síntomas de la infección de la vejiga:

- Sensación de ardor al orinar

- Necesidad frecuente de orinar, incluso por la noche

- Necesidad de orinar con frecuencia, pero solo en pequeñas cantidades

- Dolor o presión en la parte baja del abdomen

- Orina turbia, rosada o roja, u orina con olor fuerte

Infecciones del tracto superior

Afectan los riñones (pielonefritis) y son más graves.

Síntomas de infección renal:

- Dolor en la espalda o en el costado, justo debajo de las costillas

- Fiebre y escalofríos

- Náuseas o vómitos

- Dolor abdominal intenso

- Sensación general de malestar

No todas las infecciones urinarias son iguales, algunas reaparecen, mientras que otras persisten y causan molestias continuas:

Infecciones urinarias recurrentes: Se definen como dos infecciones en seis meses o tres en un año. Entre el 20 por ciento y el 40 por ciento de las mujeres que tienen una infección urinaria volverán a tener otra.

Infecciones urinarias crónicas: Síntomas persistentes a pesar del tratamiento, a menudo porque las bacterias se esconden en el revestimiento de la vejiga.

Además, los diferentes grupos de edad experimentan síntomas diferentes:

Personas mayores: Pueden mostrar confusión, que a veces puede ser el único signo de una infección urinaria, así como fatiga intensa o empeoramiento de la incontinencia.

Niños: Pueden experimentar fiebre alta, malestar general, enuresis o vómitos.

¿Qué causa las infecciones del tracto urinario?

El sistema urinario es responsable de producir, almacenar y eliminar la orina. Ayuda a mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos del cuerpo, al tiempo que elimina los productos de desecho.

La infección no siempre se produce cuando las bacterias u otros patógenos entran en la vejiga, ya que el tracto urinario cuenta con varios mecanismos de defensa. Entre ellos se encuentran la acción de lavado y la acidez de la orina, las respuestas del sistema inmunitario, las características anatómicas que impiden el reflujo y, en los hombres, las sustancias de la próstata que combaten las infecciones.

Las infecciones urinarias se producen cuando las bacterias dañinas u otros patógenos superan las defensas naturales del cuerpo y se multiplican en el tracto urinario.

Los patógenos suelen entrar por la abertura uretral, en la punta del pene en los hombres o en la vulva en las mujeres y ascienden por el tracto urinario para infectar la vejiga y, en ocasiones, los riñones.

Una vía menos común es a través del torrente sanguíneo, en cuyo caso la infección suele llegar directamente a los riñones.

Entre los patógenos que causan infecciones urinarias se incluyen:

- Bacterias: Más del 85 por ciento de las infecciones urinarias son causadas por bacterias, siendo la Escherichia coli la más común. El Staphylococcus saprophyticus causa entre el 5 por ciento y el 15 por ciento de los casos. La falta de higiene en el baño y las relaciones sexuales pueden introducir bacterias en el tracto urinario, especialmente en las mujeres. Los catéteres, utilizados para drenar la orina en hospitales o centros de atención médica, son otra fuente común.

- Virus: El virus del herpes simple puede infectar la uretra. Otras infecciones urinarias virales, como las que afectan a la vejiga o los riñones, son poco frecuentes y suelen producirse solo en personas con el sistema inmunitario debilitado.

- Hongos: Ciertos hongos, especialmente la Candida, pueden infectar el tracto urinario y causar infecciones por hongos en el tracto urinario. En algunos casos, las infecciones fúngicas y bacterianas se producen conjuntamente en los riñones.

- Parásitos: Varios parásitos, como las duelas y los oxiuros, pueden infectar el tracto urinario.

Entre los factores de riesgo comunes se incluyen:

- Inmunidad debilitada: Las infecciones por Candida y las infecciones urinarias virales (excepto el herpes simple) afectan con mayor frecuencia a personas con sistemas inmunológicos debilitados o a aquellas con catéteres vesicales.

- Retención urinaria: Ir al baño con prisas o tener dificultades para vaciar completamente la vejiga puede aumentar el riesgo.

- Diabetes, obesidad y otras afecciones: Los niveles elevados de azúcar en la orina favorecen el crecimiento de bacterias y la diabetes puede debilitar el sistema inmunitario. La obesidad también debilita las defensas inmunitarias. El riesgo de infección de vejiga también aumenta si el flujo de orina se ve obstaculizado por cálculos renales, un agrandamiento de la próstata o problemas estructurales en el tracto urinario.

- Mala higiene: Una limpieza inadecuada puede permitir que las bacterias entren en el tracto urinario.

- Largos períodos de inmovilidad: Por ejemplo, estar postrado en cama durante la recuperación de una fractura de cadera puede reducir la hidratación, limitar el vaciado completo de la vejiga y, a menudo, implicar el uso de un catéter.

- Cirugía del tracto urinario: Los procedimientos médicos pueden introducir bacterias o alterar el flujo normal de orina.

- Infección por COVID-19 y vacunación: Un estudio de 2023 descubrió que los hombres con infección previa por COVID-19 y síntomas preexistentes del tracto urinario inferior eran más propensos a tener un agrandamiento de la próstata, lo que puede aumentar el riesgo de infección urinaria. Tanto la infección por COVID-19 como la vacunación, especialmente la tercera dosis, se relacionan con ligeros aumentos en los niveles de antígeno prostático específico.

Las infecciones urinarias se producen con mayor frecuencia en mujeres de entre 16 y 35 años.

Entre los 20 y los 50 años, las infecciones urinarias bacterianas son aproximadamente 50 veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres, principalmente porque la uretra más larga de los hombres dificulta que las bacterias lleguen a la vejiga.

El riesgo de infección urinaria en las mujeres es aún mayor si tienen:

Actividad sexual: La actividad sexual frecuente o reciente es el principal factor de riesgo de infecciones urinarias en mujeres jóvenes, ya que casi el 80 por ciento se produce en las 24 horas siguientes a la relación sexual.

Cambios en las bacterias vaginales: Los cambios en las bacterias vaginales, como los causados por el uso de espermicidas, pueden aumentar el riesgo de infección urinaria.

Embarazo: Las hormonas del embarazo y la presión del útero en crecimiento pueden alterar las bacterias urinarias y dificultar el vaciado completo de la vejiga, lo que aumenta el riesgo de infección. El embarazo también aumenta la probabilidad de infecciones graves que pueden provocar un parto prematuro u otras complicaciones.

Menopausia: Los niveles más bajos de estrógeno adelgazan el revestimiento del tracto urinario y hacen que las mujeres sean más propensas a las infecciones bacterianas.

Estreñimiento: Un intestino lleno puede ejercer presión sobre la vejiga y las vías urinarias, lo que dificulta el vaciado completo de la vejiga.

Ciertos factores genéticos: Algunas mujeres que padecen infecciones urinarias frecuentes pueden haber heredado genes que aumentan el riesgo de desarrollar estas infecciones.

Alergias: La picazón y la irritación causadas por las alergias pueden provocar pequeñas lesiones en la piel al rascarse o frotarse, lo que crea aberturas por las que pueden entrar las bacterias y causar infecciones.

¿Cómo se diagnostican las infecciones del tracto urinario?

Normalmente, el médico comprueba si hay una infección urinaria preguntando por los síntomas y realizando un examen físico. Otras posibles pruebas de diagnóstico pueden incluir:

- Análisis de orina: Una prueba rápida con tira reactiva, a menudo combinada con los síntomas, puede detectar signos de infección, como marcadores de glóbulos blancos y nitritos. Aunque el cultivo de orina es el método de referencia, muchas infecciones urinarias se diagnostican de esta manera.

- Cultivo de orina: Prueba que identifica las bacterias en la orina y ayuda a determinar si los antibióticos serán eficaces.

- Prueba de ADN en orina: Prueba de laboratorio que detecta el ADN bacteriano en la orina para identificar el tipo de bacteria y determinar qué antibióticos pueden ser eficaces.

- Análisis de sangre: Pruebas que ayudan a detectar infecciones más graves, como infecciones renales, y a evaluar la función renal.

- Ecografía de riñón y vejiga: Prueba de imagen que utiliza ondas sonoras para mostrar el tamaño, la forma y cualquier anomalía, como cálculos, quistes u obstrucciones.

- Cistoscopia: Procedimiento que utiliza un endoscopio delgado para examinar el interior de la uretra y la vejiga.

¿Cuáles son los tratamientos para las infecciones del tracto urinario?

Aunque algunos casos de bacteriuria asintomática, una afección en la que hay bacterias en el tracto urinario sin ningún síntoma, pueden no requerir tratamiento, es esencial consultar a un profesional de la salud. A menudo es necesario tratar a las mujeres embarazadas, las personas con sistemas inmunológicos debilitados o los pacientes que se someten o se sometieron recientemente a una cirugía urológica o un trasplante de órganos. El curso de acción adecuado depende del tipo de infección del tracto urinario y del estado de salud general del paciente.

Se recomiendan los siguientes tratamientos para las infecciones leves de vejiga y riñón.

Antibióticos

Los médicos suelen recetar antibióticos comunes como nitrofurantoína, trimetoprim, fosfomicina o cefalosporinas de primera generación para las infecciones leves de vejiga. La duración del tratamiento varía:

- Mujeres: De uno a cinco días para infecciones de vejiga simples, dependiendo del antibiótico.

- Hombres: De siete a 14 días, ya que las diferencias anatómicas hacen que las infecciones sean más difíciles de tratar.

- Casos especiales: Las mujeres embarazadas, las personas con diabetes o aquellas con infecciones renales leves suelen necesitar de siete a 14 días.

- Niños: Antibióticos adecuados para la edad, como trimetoprim-sulfametoxazol, cefalosporinas o amoxicilina/ácido clavulánico, con dosis calculadas cuidadosamente según el peso y la edad.

Los efectos secundarios graves de los antibióticos pueden incluir infecciones resistentes al tratamiento o infección por Clostridioides difficile, que causa diarrea y puede provocar daños graves en el colon.

A veces se requiere atención hospitalaria para los pacientes que están gravemente enfermos, no pueden tomar medicamentos por vía oral o no pueden mantenerse hidratados.

Tratamientos adicionales

Además de los antibióticos, hay otras opciones que pueden ayudar a aliviar las molestias o tratar los problemas estructurales subyacentes que contribuyen a las infecciones urinarias.

Cirugía: A veces es necesaria si la infección está causada por una anomalía estructural en las vías urinarias.

Analgésicos: Los analgésicos de venta libre, como la fenazopiridina, pueden reducir el dolor, el ardor o la fiebre causados por una infección urinaria.

Terapias alternativas

Acupuntura: Un metaanálisis de 2020 de cinco estudios en los que participaron 341 personas descubrió que la acupuntura puede ayudar a tratar y prevenir las infecciones urinarias recurrentes. Las mujeres que recibieron acupuntura tuvieron más probabilidades de curarse que las que fueron tratadas con antibióticos. Un estudio de 2024 también sugirió que la acupuntura segmentaria, un enfoque médico occidental que estimula puntos relacionados con los segmentos espinales de los órganos afectados, puede ser eficaz como tratamiento a largo plazo para las mujeres con infecciones urinarias recurrentes, lo que podría reducir la necesidad de antibióticos.

Medicamentos a base de hierbas: Los remedios a base de hierbas deben utilizarse bajo la supervisión de profesionales sanitarios certificados para evitar interacciones, efectos secundarios y riesgos para la salud. Entre ellos se incluyen:

- Decocción de Polyporus (Zhu ling tang): Una fórmula herbal tradicional china utilizada para tratar los trastornos urinarios, como las infecciones urinarias, que consta de cinco ingredientes, entre ellos el hongo Polyporus umbellatus. Un estudio de 2022 sugirió que el hongo Polyporus umbellatus, un hongo medicinal, tiene propiedades antibacterianas, diuréticas y estimulantes del sistema inmunológico.

- Polvo de ocho hierbas para la rectificación (Ba Zheng San): Fórmula tradicional elaborada a partir de siete hierbas y un mineral, que se utiliza habitualmente para tratar las infecciones urinarias. Una serie de casos recogidos en la literatura médica china dan cuenta de su eficacia, entre ellos uno con 72 pacientes con infección urinaria cuyos síntomas se resolvieron tras el tratamiento.

- Hoja de gayuba (Uva ursi): Se utiliza desde hace siglos para tratar las infecciones urinarias. Entre sus compuestos activos se encuentran la arbutina y la hidroquinona, esta última potencialmente tóxica en dosis elevadas. La uva ursi puede ser más eficaz cuando se toma ante los primeros signos de infección. Está oficialmente aprobada en Alemania para el tratamiento de las infecciones de vejiga.

- Angocin: Un medicamento a base de hierbas alemán elaborado a partir de dos ingredientes activos: capuchina (nasturtium officinale) y polvo de raíz de rábano picante. Tiene efectos antimicrobianos, antibacterianos y antiinflamatorios comparables a los de los antibióticos comunes, pero con un perfil más seguro. Un estudio de 2024 que comparó los resultados del tratamiento de 2277 pacientes tratados con Angocin y 11,385 pacientes tratados con antibióticos concluyó que Angocin es eficaz para tratar las infecciones urinarias agudas y recurrentes. Se puede adquirir sin receta médica.

¿Cuáles son los enfoques naturales y de estilo de vida para las infecciones del tracto urinario?

Las estrategias naturales y de estilo de vida pueden ayudar a reducir el riesgo de infecciones urinarias y aliviar los síntomas leves.

1. Hábitos diarios esenciales

Los hábitos cotidianos desempeñan un papel importante en la reducción del riesgo de infecciones urinarias y en el mantenimiento de la salud urinaria en general.

- Practique la higiene genital: Límpiate de adelante hacia atrás después de ir al baño, orina después de la actividad sexual, evita los anticonceptivos espermicidas y utiliza productos de limpieza suaves, sin jabones ni productos agresivos.

- Usa ropa interior transpirable: Cambia la ropa interior a diario, preferiblemente de algodón suelto y utiliza detergentes suaves para evitar irritaciones que puedan hacer que la zona sea más susceptible a nuevas bacterias.

- Prefiera las duchas a los baños: Sentarse en el agua del baño puede permitir que las bacterias de la piel y los genitales entren en la uretra.

- Evite los productos perfumados: Evite utilizar jabones, sprays o polvos perfumados cerca de la zona genital para prevenir irritaciones.

- Manténgase hidratado y orine con frecuencia: Beber mucho líquido y orinar con regularidad puede ayudar a eliminar las bacterias del tracto urinario.

- Limite el consumo de alcohol: El alcohol irrita la vejiga y puede empeorar los síntomas de la infección urinaria.

2. Productos de arándano rojo

Algunos estudios sugieren que el jugo de arándano rojo puede ayudar a reducir la frecuencia de las infecciones urinarias en las mujeres. Los arándanos rojos contienen compuestos llamados proantocianidinas de tipo A (PACS), que pueden ayudar a prevenir que la E. coli se adhiera al revestimiento del tracto urinario.

Las cápsulas de arándano rojo pueden utilizarse como alternativa o complemento al jugo. Las investigaciones sugieren que los productos que contienen alrededor de 36 miligramos de compuestos activos de los arándanos rojos (PACS) al día, pueden ayudar a prevenir las infecciones urinarias. Las concentraciones varían mucho, por lo que es importante leer atentamente las etiquetas.

3. Dieta de apoyo

Los probióticos, en particular ciertas especies de Lactobacillus que se encuentran en alimentos como el yogur, el kéfir y las verduras fermentadas, pueden ayudar a restablecer el equilibrio de la flora natural del cuerpo, incluida la uretra y a prevenir la multiplicación de algunas bacterias dañinas.

Siempre que sea posible, evite los alimentos procesados y los azúcares refinados, ya que pueden alterar el equilibrio microbiano y contribuir a la inflamación o la infección.

4. Compresas calientes

Aplicar una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente en la parte inferior del abdomen puede ayudar a aliviar la presión de la vejiga y a calmar el dolor y los calambres abdominales y lumbares.

¿Cómo puedo prevenir las infecciones del tracto urinario?

Las siguientes medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de infecciones urinarias o a prevenir que la infección se repita.

Qué evitar:

- Evite las duchas vaginales, los aerosoles o los polvos.

- Evite los espermicidas si es propensa a las infecciones recurrentes del tracto urinario.

- Evite retrasar las visitas al baño.

Cuidado de la salud:

- Trate rápidamente las infecciones vaginales, como la candidiasis o la tricomoniasis.

- Mantenga un peso saludable.

- Utilice compresas para mantener seca la zona perineal si padece incontinencia.

- Considere la posibilidad de utilizar estrógenos vaginales tópicos si es posmenopáusica y propensa a las infecciones del tracto urinario, teniendo en cuenta otras afecciones médicas que puedan limitar el uso de estrógenos.

Apoyo dietético:

- Coma arándanos, ya que contienen taninos que pueden reducir la adhesión bacteriana en la vejiga, lo que ayuda a prevenir infecciones. Algunas personas prefieren el jugo de arándanos al de arándanos rojos por su sabor más suave.

- Considere la berberina, un compuesto natural que se encuentra en plantas como el sello de oro, que puede ayudar a prevenir las infecciones urinarias al interrumpir la capacidad de bacterias como la E. coli para adherirse a las paredes de la vejiga.

- Pruebe los suplementos de D-manosa. La D-manosa es un azúcar natural que se encuentra en frutas como las manzanas, las naranjas y los duraznos y puede ayudar a prevenir las infecciones recurrentes y favorecer la recuperación al impedir que las bacterias se adhieran al revestimiento del tracto urinario. Se presenta en forma de polvo o cápsulas y, por lo general, tiene efectos secundarios mínimos. La combinación de D-manosa con antibióticos también puede mejorar los resultados del tratamiento.

Consideraciones especiales para el cuidado del catéter:

- Mantenga el tubo del catéter libre de torceduras.

- Limpie el catéter y la zona uretral a diario y después de cada evacuación intestinal.

- No desconecte el catéter de la bolsa de drenaje a menos que se lo indique un profesional de la salud.

- Fije la bolsa de drenaje a la pierna con una correa, cinta adhesiva u otro método de estabilización.

Algunas mujeres sufren infecciones de vejiga recurrentes y su proveedor de atención médica puede recomendarles estrategias preventivas, como las siguientes:

- Tomar una dosis única de antibiótico después de la actividad sexual para reducir el riesgo de infección.

- Tener a mano un tratamiento de antibióticos de tres a cinco días para comenzar el tratamiento tan pronto como aparezcan los síntomas.

- Tomar una dosis baja diaria de antibióticos durante seis meses o más para ayudar a prevenir infecciones recurrentes.

- Probar la acupuntura para reducir la recurrencia y mejorar la función de la vejiga. Un estudio de 2002 descubrió que las mujeres propensas a la cistitis que recibieron acupuntura tuvieron una tasa de recurrencia la mitad de la de aquellas que no recibieron tratamiento.

¿Cuáles son las posibles complicaciones de las infecciones del tracto urinario?

Si no se trata, una ITU puede empeorar y provocar complicaciones graves:

- Sepsis: Una infección renal no tratada puede provocar sepsis, una infección sanguínea potencialmente mortal. El riesgo es mayor en niños pequeños, personas mayores y personas con el sistema inmunitario debilitado.

- Daño renal: Las infecciones urinarias graves y no tratadas pueden causar daño renal permanente, reduciendo la capacidad de los riñones para filtrar los desechos.

- Cicatrices renales: Las infecciones urinarias recurrentes pueden causar cicatrices renales, lo que puede provocar hipertensión renal y, finalmente, insuficiencia renal, lo que requiere diálisis de por vida o un trasplante.

- Estrechamiento de la uretra: Las infecciones urinarias repetidas, especialmente en los hombres, pueden causar un estrechamiento de la uretra, a veces relacionado con infecciones de transmisión sexual o complicaciones derivadas de un agrandamiento o infección de la próstata.

- Parto prematuro: Las mujeres embarazadas con infecciones urinarias pueden correr un mayor riesgo de dar a luz prematuramente o de tener un bebé con bajo peso al nacer.


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