Estados Unidos anunció el jueves la creación de una segunda zona militar a lo largo de su frontera sur con México, ampliando aún más la presencia militar en la zona.
Conocida como el "Área de Defensa Nacional de Texas", anunciada la noche del 1 de mayo, se trata de un tramo de 101 kilómetros que se extiende al este desde la frontera entre Texas y Nuevo México en El Paso.
La creación de esta zona se produce tras la creación en abril de una primera zona militar a lo largo de un corredor de 18 metros de ancho llamado Reserva Roosevelt. El corredor recorre las tierras fronterizas de Nuevo México, Arizona y California.
Cerca de 110,000 acres de tierras federales a lo largo de la frontera fueron transferidas del Departamento del Interior al Ejército el 15 de abril, otorgándoles control militar en la zona durante tres años.
Según documentos judiciales presentados el 28 de abril, Estados Unidos inició procesos penales contra 28 inmigrantes indocumentados acusados de haber cruzado presuntamente a una nueva zona militar en Nuevo México. Se les acusa de "violación de las normas de seguridad", el ingreso a una zona de defensa nacional "restringida y controlada", y el ingreso ilegal al país.
"Cualquier intento ilegal de entrar en esa zona equivale a entrar en una base militar, un área federal protegida", declaró el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en un mensaje de video el 25 de abril durante una visita a la zona. "Serán detenidos. Serán interceptados por tropas estadounidenses y la Patrulla Fronteriza, trabajando en conjunto".
"Si intentas evadir, eso es evadir a las fuerzas del orden, igual que lo harías en cualquier otra base militar", añadió. "Si sumas los cargos por delitos menores y graves, podrías enfrentar hasta 10 años de prisión al ser procesado".
La Fiscalía de los Estados Unidos informó que 82 inmigrantes indocumentados fueron acusados de cruzar a la zona militar de Nuevo México.
El gobierno federal anunció en marzo que el número de cruces de inmigrantes indocumentados disminuyó a su nivel más bajo jamás registrado.
La gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, se opuso a la operación, calificándola de "zona de contención de deportaciones" en su estado y de "desperdicio de recursos y personal militar, especialmente cuando los cruces de migrantes están en su nivel más bajo en décadas".
Mientras tanto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, quien continuó enviando a la Guardia Nacional de su estado para asegurar la frontera durante la administración Biden, recibió con agrado la asistencia federal. El 1 de mayo, al publicar fotos de las barreras de alambre de púas, declaró en Facebook: "Texas continúa trabajando con la administración Trump para detener la inmigración ilegal".
Alrededor de 11,900 soldados están estacionados en la frontera. Según el Departamento de Defensa, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. conserva la jurisdicción sobre los cruces fronterizos ilegales. Las tropas detienen y entregan a los inmigrantes ilegales a la Patrulla Fronteriza de EE. UU.
Con información de Aldgra Fredly y Reuters.
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