Estados Unidos y México alcanzaron un acuerdo para resolver la prolongada crisis de aguas residuales en el río Tijuana, que provocaba desde hace mucho tiempo el vertido de aguas residuales sin tratar desde México hacia el sur de California, según anunció la Agencia de Protección Ambiental (EPA) el 24 de julio.
El administrador de la EPA, Lee Zeldin, y la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Alicia Bárcena Ibarra, firmaron un memorando de entendimiento en la Ciudad de México para abordar la crisis.
La crisis que desde hace décadas afecta al valle del río Tijuana sigue siendo un punto sensible para ambos países. Estados Unidos y México llevan mucho tiempo cooperando en cuestiones relacionadas con el agua y las aguas residuales, pero han tenido dificultades para hacer frente al rápido crecimiento de la ciudad fronteriza de Tijuana. La falta de financiación para proyectos de infraestructura agrava aún más el problema.
Cada día, millones de galones de aguas residuales —tanto tratadas como sin tratar— provenientes de la sobrecargada infraestructura de Tijuana fluyen al río Tijuana y desembocan en el océano Pacífico, cerca de San Diego, según la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), organismo binacional establecido por acuerdos entre Estados Unidos y México.
La comisión tiene constancia de que cada día se vierten hasta 50 millones de galones de agua contaminada con aguas residuales del río Tijuana hacia Imperial Beach, en San Diego, aproximadamente la mitad de los cuales son aguas residuales sin tratar, mientras que el resto es una mezcla de aguas residuales tratadas, aguas subterráneas y agua potable procedente de las tuberías con fugas de Tijuana.
La EPA dijo que este problema de larga data obligó a cerrar las playas, contaminó el aire, perjudicó la economía de la región y enfermó a personas de ambos lados de la frontera.
Según la EPA, el nuevo acuerdo con México cumple las tres prioridades principales y los hitos "fundamentales" establecidos por la administración Trump para resolver de forma definitiva la crisis.
Como parte del acuerdo, México se compromete a acelerar el gasto de 93 millones de dólares en mejoras del sistema de alcantarillado de Tijuana, detalladas en un tratado anterior en el Acta n.º 328 de la IBWC, de acuerdo con la EPA.
México también acordó buscar inmediatamente financiación interna para iniciar la construcción de dos proyectos este año: el desvío de 10 millones de galones diarios de efluentes tratados que ingresan al río Tijuana desde dos plantas de tratamiento de aguas residuales, y la rehabilitación de una línea de gravedad paralela.
Además, México acordó completar otros proyectos urgentes de infraestructura hídrica a más tardar el 31 de diciembre de 2027, y algunos de esos proyectos se completarán cuatro años antes de lo previsto, según la EPA.
A cambio, Estados Unidos, que había retenido los fondos para los proyectos mexicanos hasta que México cumpliera con sus obligaciones con respecto a otros proyectos, acordó liberar los fondos del Programa de Infraestructura Hídrica Fronteriza de la EPA para completar la rehabilitación de una estación de bombeo y las tuberías de recolección del río Tijuana.
La IBWC de Estados Unidos también acordó completar la ampliación de la capacidad de tratamiento de la Planta Internacional de Tratamiento de Aguas Residuales de South Bay para agosto, aumentando su capacidad de 25 millones de galones a 35 millones de galones al día.
México también firmará un nuevo acuerdo antes de fin de año para lograr una "solución permanente, a largo plazo y duradera al cien por cien de esta crisis", dijo la EPA.
El nuevo acuerdo incluirá al menos una docena de nuevas medidas que Estados Unidos considera necesarias para poner fin de forma definitiva a esta crisis, dijo la agencia.
En los próximos 100 días, tanto Estados Unidos como México evaluarán todos los calendarios de los proyectos de infraestructura para garantizar que se completan en el menor tiempo posible, dijo la EPA.
"La Administración Trump se enorgullece de lograr esta gran victoria en materia de medio ambiente y seguridad nacional para los estadounidenses de la zona de San Diego, que llevan demasiado tiempo conviviendo con estas repugnantes aguas residuales que fluyen hacia sus comunidades", dijo Zeldin.
Ibarra también celebró el acuerdo y escribió en X que el memorándum "refuerza la colaboración para abordar los retos medioambientales y sanitarios en la frontera norte".
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