Hinchazó, solor y entumecimiento son algunos síntomas. (Olga Pankova/Getty Images)

Hinchazó, solor y entumecimiento son algunos síntomas. (Olga Pankova/Getty Images)

Dietas bajas en carbohidratos podrían mejorar el lipedema

El lipedema afecta hasta al 18 por ciento de las mujeres y provoca una dolorosa hinchazón en las piernas que es resistente a la dieta

SALUD

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1 de octubre de 2025, 8:08 p. m.
| Actualizado el1 de octubre de 2025, 8:08 p. m.

Cuando las piernas de Laura Kerr engordaron 18 kilos en dos meses durante la perimenopausia, lo que le impedía subir escaleras, el consejo de su médico fue el habitual: perder peso. Pero el problema de Kerr no era comer en exceso, sino un trastorno crónico de la grasa que las dietas convencionales no pueden tratar.

"Durante años, los médicos me dijeron que adelgazara, pero el dolor y la hinchazón de mis piernas solo empeoraban", explicó Kerr, instructora de yoga que había luchado contra una pesadez inexplicable en las piernas, a The Epoch Times. Recuerda momentos en los que sus piernas le parecían increíblemente pesadas. Le salían moretones de la noche a la mañana sin explicación alguna, y ninguna dieta ni ejercicio podían cambiar su forma.

Más tarde, Kerr descubrió que padecía lipedema, una afección que afecta a entre el 11 y el 18 por ciento de las mujeres, muchas de las cuales siguen sin ser diagnosticadas. El diagnóstico finalmente puso nombre a sus dificultades diarias y reveló por qué las dietas convencionales para perder peso le fallaron.

Los investigadores están demostrando ahora lo que pacientes como Kerr sospechaban desde hacía tiempo: la grasa del lipedema se comporta de forma diferente a la grasa corporal normal, y las estrategias dietéticas, especialmente las basadas en un bajo consumo de carbohidratos, pueden reducir el dolor y la hinchazón incluso cuando las dietas normales no lo consiguen.

Una mirada más cercana al lipedema

A diferencia del aumento de peso típico, el lipedema crea patrones distintivos que ayudan a diferenciarlo de otras afecciones:

- Cómo se ve: Las piernas y las caderas se agrandan de manera desproporcionada en comparación con el resto del cuerpo, lo que a menudo se describe como una "botella de champán invertida", son características distintivas. Los brazos también pueden verse afectados, pero los pies y las manos no, lo que ayuda a diferenciarlo de otras afecciones.

- Cómo se desarrolla: El tejido comienza siendo blando, pero poco a poco se vuelve nodular y fibroso. En etapas más avanzadas, se forman grandes almohadillas de grasa, la movilidad disminuye y es común que se inflamen los pies y los tobillos.

- Cómo se siente: A diferencia de la grasa típica, el tejido del lipedema es firme, fibrótico y resistente a la pérdida de peso. Debido a que el tejido se enferma, se magulla fácilmente y permanece sensible, ya que los pequeños vasos sanguíneos que hay en su interior son frágiles.

- A qué hay que prestar atención: La afección casi siempre afecta a ambos lados por igual, es hereditaria y empeora durante las fases hormonales, como la pubertad, el embarazo y la menopausia.

Actualmente, no existe cura para el lipedema. El tratamiento se centra en controlar los síntomas mediante el uso de prendas de compresión, masajes linfáticos, ejercicios de bajo impacto, enfoques antiinflamatorios y, en casos graves, cirugía de liposucción especializada.

Cuando las hormonas y la inflamación chocan

La grasa del lipedema reacciona a los cambios hormonales y tiende a mantener la zona afectada en un estado constante de irritación. Para algunas mujeres, estos problemas empeoran en la pubertad, durante el embarazo o en torno a la menopausia, cuando cambian los niveles de estrógeno y progesterona.

Estos cambios hormonales provocan muchos de los síntomas más persistentes de la afección.

"Me dijeron que adelgazara, hiciera más ejercicio y tuviera paciencia. Pero nada explicaba por qué mis piernas y brazos crecían mientras el resto de mi cuerpo permanecía igual", dijo Kerr.

Una revisión publicada en Biomedicines descubrió que el tejido del lipedema presenta vasos sanguíneos frágiles, hinchazón y actividad inmunitaria que apuntan a una inflamación continua. El estado inflamatorio está estrechamente relacionado con las fluctuaciones hormonales, que pueden hacer que la grasa de las zonas afectadas sea más propensa a crecer y retener líquidos. En conjunto, estos cambios ayudan a explicar por qué las dietas tradicionales rara vez funcionan para el lipedema y por qué ahora se está estudiando la reducción de carbohidratos como posible terapia.

Cuando el crecimiento de la grasa y la inflamación se alimentan mutuamente, las mujeres suelen descubrir que sus cuerpos ya no responden a las dietas como esperaban. Como dice Kerr, "es una afección que simplemente no sigue las reglas normales".

Por qué son importantes las estrategias dietéticas

Aunque la dieta no puede curar el lipedema, elegir los alimentos de forma informada puede marcar la diferencia. Una de las razones es la insulina, una hormona que indica a las células grasas cuándo almacenar energía y cuándo liberarla. En el lipedema, el exceso de insulina puede hacer que las células grasas mantengan su tamaño e intensifiquen la inflamación. Reducir el consumo de azúcar y carbohidratos refinados ayuda a disminuir los niveles de insulina, lo que también puede calmar parte de la inflamación del cuerpo.

Aunque no son específicos del lipedema, los estudios sobre la salud de la mujer relacionan los patrones alimenticios, como las dietas mediterránea o cetogénica, con la reducción de la inflamación y la mejora del control de la insulina.

Estos hallazgos proporcionan una vía lógica para explicar por qué la nutrición puede ofrecer alivio.

"Limitar la inflamación beneficia a todo el mundo, pero especialmente a quienes padecen lipedema", declaró a The Epoch Times el Dr. Michael Illingworth, director médico de The Body Building. Illingworth recomienda la dieta mediterránea, el ayuno intermitente y los suplementos de ácidos grasos omega-3 y vitamina D.

El problema de los alimentos procesados

Los carbohidratos refinados, que se encuentran en alimentos como el pan blanco, el arroz, la pasta y los pasteles, fueron despojados de su fibra y nutrientes durante su procesamiento. Como resultado, el cuerpo los quema rápidamente, convirtiéndolos en azúcar casi de inmediato. Ese pico de azúcar provoca un rápido aumento de la insulina, lo que puede desencadenar inflamación y provocar el dolor y la hinchazón que acompañan al lipedema.

"Observé que las comidas llenas de alimentos procesados, azúcar y carbohidratos refinados pueden desencadenar e intensificar la hinchazón en las piernas y los brazos", dijo Kerr.

Los profesionales sanitarios que trabajan con pacientes con lipedema informan de patrones similares. "Cuando los pacientes realizan los cambios dietéticos adecuados, tienen un mejor flujo linfático y una menor sensibilidad, lo que hace que el tratamiento sea más eficaz y duradero", explicó a The Epoch Times Christine Rariden, fisioterapeuta asistente titulada, especializada en el tratamiento de pacientes con lipedema y linfedema en McGuire Physical Therapy.

"Empezar con una dieta antiinflamatoria es una forma fácil y más rentable de mejorar el cuerpo desde dentro", afirmó Rariden. "Puede calmar la inflamación alrededor del tejido graso y los nódulos, lo que reduce el dolor".

Aunque la dieta no es una cura, puede sentar las bases para que otros tratamientos sean más eficaces y proporcionen un alivio más duradero.

Alimentos que pueden ayudar

Los alimentos que se utilizan a menudo en las dietas antiinflamatorias y bajas en carbohidratos incluyen:

- Pescados grasos como el salmón o las sardinas (ricos en omega-3)

- Verduras de hoja verde como la col rizada, las espinacas y las acelgas

- Verduras crucíferas como el brócoli, las coles de Bruselas y el repollo

- Bayas, cerezas y otras frutas de colores

- Aceite de oliva y frutos secos como nueces o almendras

- Hierbas y especias, como la cúrcuma, el jengibre y el ajo

Unos sencillos cambios en la alimentación también pueden marcar la diferencia:

- Arroz de coliflor o fideos de calabacín en lugar de pasta o arroz blanco

- Wraps de lechuga en lugar de pan de molde o tortillas

- Yogur griego natural en lugar de yogures azucarados

- Frutos secos, queso o huevos duros en lugar de patatas fritas o galletas saladas

- Agua con gas con limón o bayas en lugar de refrescos o té dulce

Movimiento suave para aliviar

La experiencia de Kerr con el lipedema moldeó su forma de enfocar el ejercicio, tanto para ella misma como para sus alumnos de yoga.

"Cuando empecé a practicar yoga, pensaba que se trataba de flexibilidad y fuerza", afirma. "Pero con el lipedema, pronto me di cuenta de que se trataba de algo más profundo: encontrar formas de moverse que no castiguen al cuerpo, sino que lo apoyen".

En su práctica, Kerr recomienda ejercicios restaurativos que mantengan el flujo linfático y alivien la hinchazón sin ejercer presión sobre las articulaciones. Estos movimientos también calman el sistema nervioso, lo que ayuda a reducir los picos de cortisol que alimentan la inflamación:

- Piernas en alto contra la pared (o apoyadas en una silla/sofá): favorece el flujo linfático y alivia la pesadez en las piernas.

- Gato-vaca sentado o apoyado: los movimientos suaves de la columna vertebral ayudan a bombear la linfa y alivian la rigidez sin forzar las articulaciones.

- Bombeo de pantorrillas y círculos con los tobillos: estimula la circulación y alivia la pesadez en las piernas.

- Torsiones suaves con respiración: combina el movimiento con la regulación del sistema nervioso, reduciendo tanto la inflamación como el estrés.

- Uso de accesorios: los cojines, las sillas y los bloques pueden hacer que el yoga sea más accesible y útil.

Encontrar apoyo y recursos

El lipedema puede resultar abrumador, no solo por la forma en que remodela el cuerpo con el tiempo, sino también por la falta de concienciación entre los profesionales sanitarios. Conectar con los recursos adecuados puede marcar la diferencia a la hora de crear un plan sostenible.

"Algunos pacientes informan de mejoras con enfoques cetogénicos o bajos en carbohidratos, mientras que otros se benefician de una alimentación antiinflamatoria centrada en alimentos integrales, grasas saludables, proteínas magras y reducción del azúcar procesado", explicó Hiba Hamati, responsable de planificación estratégica y miembro de la junta directiva de la Asociación Americana de Lipedema, a The Epoch Times. "Lo más importante es tener acceso a profesionales con conocimientos y a una comunidad que te apoye".

La Asociación Americana de Lipedema ofrece formación, formas de conectar con otras personas en la misma situación y recursos de tratamiento para quienes desean obtener más información.

Los expertos coinciden en que el mayor progreso no proviene de una única solución, sino de un plan completo que combine nutrición, ejercicio, compresión y apoyo médico.

Para Kerr, encontrar la combinación adecuada de nutrición, ejercicio y apoyo le cambió la vida, lo que demuestra que las mujeres con lipedema pueden recuperar la comodidad, la fuerza y la confianza. Para muchas, reducir los carbohidratos ofrece una nueva forma de aliviar la carga diaria del lipedema que antes les parecía incontrolable.


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