Las autoridades federales de aviación implementaron el lunes nuevas suspensiones de vuelos en los principales aeropuertos de Texas, ya que el actual cierre del gobierno provocó un aumento en los controladores aéreos que no se presentar a trabajar.
El estancamiento en la financiación en el Congreso provocó retrasos o suspensiones en las operaciones para 3.2 millones de pasajeros desde el inicio del cierre.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) destacó que la grave escasez de empleados fue la responsable de las interrupciones del servicio en Dallas y Austin, y que es probable que se tomen medidas similares en los centros de Houston y el área de Washington.
A mediodía del lunes, más de 2900 vuelos habían sufrido retrasos o cancelaciones. El cierre lleva más de 34 días.
Aproximadamente 13,000 controladores y 50,000 guardias de la Administración de Seguridad en el Transporte están trabajando sin cobrar para mantener abierto el sistema de transporte aéreo.
El secretario de Transporte, Sean Duffy, dijo que el departamento impondría una suspensión total del espacio aéreo si la situación se volviera insegura.
“Si pensáramos que no es seguro... cerraríamos todo el espacio aéreo. No dejaríamos que la gente viajara. En este momento no hemos llegado a ese punto. Solo se trata de retrasos importantes”, declaró Duffy a la CNBC.
La FAA documentó el viernes más de 6200 vuelos retrasados y 500 cancelaciones. En Nueva York, las ausencias se dispararon hasta el 80%, y Duffy atribuyó el 65% de los aplazamientos a la escasez de controladores aéreos.
Más de 3.2 millones de viajeros se vieron afectados por el caos en los viajes, incluidos 300,000 solo el viernes, según Airlines for America, el consorcio que representa a American Airlines, United Airlines, Southwest Airlines, Delta Air Lines y JetBlue Airways, que cuantificó el número total de afectados.
El director ejecutivo de United, Scott Kirby, advirtió que el cierre estaba afectando las reservaciones de vuelos y que las aerolíneas están cada vez más preocupadas por el próximo inicio de la temporada de viajes vacacionales, lo cual coincidió con los comentarios del vicepresidente JD Vance sobre el efecto del cierre en los viajes vacacionales. "Podría ser un desastre, de verdad que podría serlo", dijo.
Duffy subrayó que la gran mayoría de los problemas de los viajes se deben a los controladores aéreos que no acuden a trabajar, pero dijo que no despediría a ninguno, diciendo que "están tratando de llevar comida a la mesa de sus familias".
"Les pido a todos que vengan a trabajar", dijo.
Duffy pidió a los demócratas del Senado que aprueben la resolución de financiación temporal de los republicanos para financiar al gobierno en los niveles actuales. Los demócratas dicen que no aprobarán la financiación hasta que los republicanos acepten las reformas sanitarias.
“Ayer se estableció otro horrible récord: el 84% de los retrasos se debieron a la falta de personal”, posteó Duffy el lunes en X. “Si este cierre no termina ahora, los controladores aéreos recibirán otro sueldo de 0 dólares”.
Muchos controladores aéreos han aceptado temporalmente un segundo empleo, alegando que sus principales preocupaciones son los gastos de manutención, como la vivienda, el cuidado de los hijos, la comida y la gasolina. Las autoridades esperan que ese número aumente cuanto más se prolongue el cierre.
El retraso del lunes se produce tras un fin de semana tumultuoso para los viajeros aéreos. El Aeropuerto Internacional Newark Liberty registró retrasos en tierra de tres horas y media el domingo, lo que representa la mitad de las cancelaciones de vuelos en todo el país.
Con información de Reuters.
