El 5 de mayo la Cámara de Representantes aprobó por unanimidad un proyecto de ley destinado a poner fin a la persecución de Beijing al grupo espiritual Falun Gong.
El proyecto de ley, Ley de Protección a Falun Gong (HR1540), fue aprobado con amplio apoyo bipartidista e incluye disposiciones para sancionar a las personas implicadas en la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong.
Las sanciones se basarían en una lista de extranjeros que el presidente proporcionaría a la comisión competente del Congreso en un plazo de 180 días tras la promulgación del proyecto de ley. Las sanciones previstas incluyen una multa civil de 250,000 dólares, además de sanciones penales de hasta un millón de dólares y 20 años de prisión.
Las sanciones impedirían el ingreso de un infractor a Estados Unidos, invalidarían su visa y detendrían cualquier beneficio migratorio que de otra manera podría disfrutar.
El representante Scott Perry (R-Pa.), principal promotor de la Ley de Protección a Falun Gong, dijo que considera que se trata de un tema en el que "todos podemos estar de acuerdo", incluso en un mundo político dividido.
"Es fundamental que este comportamiento bárbaro y horroroso tenga consecuencias", declaró Perry a The Epoch Times. "Estados Unidos debería liderar y mostrarle al mundo el camino. Debemos hacerlo y obligar al resto del mundo a reconocerlo".
Falun Gong, una práctica espiritual que incluye ejercicios de meditación y enseñanzas basadas en los valores de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, que ha enfrentado una dura represión en China desde 1999. El régimen chino vio la popularidad de Falun Gong como una amenaza y sometió a sus 70 a 100 millones de practicantes a arrestos, encarcelamientos prolongados, trabajos forzados y varios otros tipos de tortura.
La Ley de Protección a Falun Gong ordena a Estados Unidos trabajar con aliados e instituciones multilaterales para crear conciencia sobre la persecución y coordinar sanciones específicas y restricciones de visas con la comunidad internacional.
Además, ordena a Estados Unidos establecer como política evitar cooperar con China en materia de trasplantes mientras el Partido Comunista Chino (PCCh) esté en el poder.

La ley exige que los responsables del Departamento de Estado, el Departamento de Salud y Servicios Humanos y los Institutos Nacionales de Salud presenten un informe dentro de un año, detallando las políticas y prácticas de trasplante de órganos de China.
Se espera que el informe incluya cómo se aplican las políticas del régimen a los practicantes de Falun Gong y otros prisioneros de conciencia, así como una evaluación del volumen anual de trasplantes, el tiempo necesario para obtener los órganos y su origen. También se espera que incluya los subsidios estadounidenses otorgadas durante la última década que han apoyado la investigación china en el campo del trasplante de órganos o en colaboración entre entidades chinas y estadounidenses.
El informe requerido también debería incluir "una determinación sobre si la persecución a los practicantes de Falun Gong" en China constituye una "atrocidad" según la Ley Elie Wiesel para la Prevención del Genocidio y las Atrocidades de 2018.
"Imperativo moral"
El representante Gus Bilirakis (R-Fla.), copatrocinador del proyecto de ley y miembro del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el PCCh, dijo que considera que la legislación es "particularmente importante, dado el terrible historial de derechos humanos del PCCh y el trato constante contra Falun Gong y otras minorías religiosas"."Sancionar a los autores de la sustracción forzada de órganos es un imperativo moral", declaró Bilirakis a The Epoch Times. "Al hacerlo, podemos adoptar una postura firme contra un crimen atroz que viola la santidad de la vida y la dignidad humana".
Bilirakis dijo que espera que el proyecto de ley ayude a "cambiar el comportamiento aberrante del PCCh y ofrecer mayores protecciones a aquellos que han sido oprimidos y tan gravemente abusados".
"Al exigir responsabilidades a los responsables, no solo protegemos a los más vulnerables, sino que también reafirmamos el derecho fundamental a la autonomía corporal y los valores compartidos de la humanidad", afirmó.
El representante Pat Ryan (D-N.Y.), también copatrocinador, dijo que está "orgulloso de ver un apoyo bipartidista tan amplio para esta iniciativa".
"Estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para que los traficantes de órganos rindan cuentas por sus crímenes atroces", dijo a The Epoch Times.
"Seguiré alzando la voz con firmeza contra la restricción a los derechos humanos y la persecución a los grupos religiosos, dondequiera que ocurran".
El representante Tom Tiffany (R-Wis.) dijo que es importante exigirle responsabilidades al régimen.
"La persecución del PCCh contra Falun Gong, que incluye tortura y sustracción forzada de órganos, es una barbaridad", declaró a The Epoch Times. “Estados Unidos no debe tolerar estas atrocidades”.
El proyecto de ley ahora se dirige al Senado.

El deber de actuar
Poco antes de la aprobación de la Ley de Protección a Falun Gong, la Cámara debatió un proyecto de ley relacionado sobre el abuso de la sustracción forzada de órganos.El representante Chris Smith (R-N.J.), principal promotor de la Ley para Detener la Sustracción Forzada de Órganos (HR1503), dijo que el líder comunista chino y su régimen deben "asumir la culpabilidad por una de las atrocidades más horrendas contra los derechos humanos de nuestro tiempo: el tráfico de personas con el propósito de sustraerles sus órganos y descuartizarlas y asesinarlas en el proceso".
"La sustracción forzada de órganos es un asesinato disfrazado de medicina", declaró a The Epoch Times. "Imagínense qué pensarían si fueran un joven uigur o practicante de Falun Gong atado a una camilla, llevados en silla de ruedas a una cámara de exterminio estéril. De todas las atrocidades inadmisibles cometidas por el PCCh, esta es sin duda la más vil".
La Ley para Detener la Sustracción Forzada de Órganos tiene un alcance más amplio para combatir el tráfico internacional de órganos. Sus objetivos políticos incluyen promover sistemas de donación voluntaria de órganos con "mecanismos de aplicación eficaces" en las conversaciones diplomáticas bilaterales y los foros internacionales de salud, así como sancionar a los responsables, "incluidos los miembros del Partido Comunista Chino", por este acto ilícito.
Según el proyecto de ley, las autoridades estadounidenses tendrían que evaluar en cada país extranjero "la sustracción forzada de órganos y la trata de personas con fines de sustracción de órganos", un escenario que podría implicar coacción, secuestro, engaño, fraude, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, y el uso de dinero para comprar el consentimiento.
En la Cámara de Representantes, Smith citó a Sir Geoffrey Nice, quien realizó el primer análisis jurídico independiente del mundo sobre los abusos en China y descubrió que la sustracción forzada de órganos había tenido lugar "en toda China a una escala significativa".
"Estos crímenes contra la humanidad son inimaginablemente crueles y dolorosos; se sustraen entre dos y seis órganos internos por víctima", dijo Smith, señalando que entre esas víctimas podrían incluirse los uigures víctimas del genocidio actual en la región de Xinjiang, en el noroeste de China, y los practicantes de Falun Gong, "cuyas pacíficas prácticas de meditación y ejercicio y su excepcional buena salud hacen que sus órganos sean altamente codiciados".
Varios colegas se levantaron para apoyar el proyecto de ley de Smith el lunes por la tarde.
"Se trata de un mercado negro de miles de millones de dólares construido sobre el asesinato", afirmó el representante Brian Mast (R-Fla.) y presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. "Es un ataque directo a todos los principios de la dignidad y la decencia humanas".
A los perpetradores de "esta industria depravada", dijo, el proyecto de ley les envía un mensaje: "Vamos por ustedes".
"Un cuerpo humano no es moneda. No es una mercancía. Nunca está a la venta", agregó más tarde.
"La sustracción forzada de órganos es pura maldad—si no actuamos, seremos considerados cómplices".
Si bien los dos proyectos de ley fueron aprobados por la Cámara durante el último Congreso, el Senado no tomó ninguna medida.
Perry y Smith han estado hablando durante años sobre la sustracción forzada de órganos, y a ambos les resulta irritante el tiempo que ha llevado que las medidas sean aprobadas en ambas cámaras.
"Durante este mismo período, desconocemos cuántas personas se han visto afectadas por este programa de sustracción forzada de órganos del Partido Comunista Chino. Probablemente nunca lo sabremos", dijo Perry.
"Esta no será la solución completa, pero Estados Unidos tiene que hablar en voz alta sobre este tema, y este es un paso en esa dirección".
Se necesita tiempo para educar a la gente sobre lo que está sucediendo, dijo.
Sin embargo, cada vez que se plantea el proyecto de ley, algunos colegas más toman conciencia del problema.
"La primera reacción es de horror, al pensar que esto está sucediendo realmente. Y luego, la segunda reacción es: ¿por qué nadie hace nada al respecto? ¿Cómo es posible? Y entonces, en algún momento, se convierte en tu deber, creo", dijo.
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