El gobierno británico se comprometió a defender la libertad religiosa y a proteger a los practicantes de Falun Gong de la represión transnacional de Beijing, según declaró un ministro, mientras el grupo religioso conmemora el 26.° aniversario de la persecución del régimen chino.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual basada en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia. Introducida por primera vez al público en China en 1992, la práctica se extendió rápidamente de boca en boca hasta alcanzar entre 70 y 100 millones de practicantes en 1999.
El PCCh, temiendo que la popularidad de Falun Gong amenazara el poder del régimen, inició una brutal campaña para erradicar la práctica el 20 de julio de 1999. Desde entonces, un número incalculable de practicantes de Falun Gong han sido sometidos a detención arbitraria, trabajos forzados, tortura e incluso a la muerte por la sustracción forzada de órganos.
En los últimos años, el Partido Comunista Chino (PCCh) también intensificó su agresión transnacional contra Falun Gong y sus organizaciones relacionadas, en particular Shen Yun Performing Arts, un grupo artístico con sede en Nueva York fundado por practicantes de Falun Gong.
En una invitación a los parlamentarios británicos para que se unieran a los practicantes en el Reino Unido, para conmemorar sus 26 años de oposición a la persecución del PCCh, la asociación Falun Dafa del Reino Unido dijo que tres teatros británicos recibieron amenazas de bomba y tiroteos masivos en febrero a través de correos electrónicos de agentes chinos justo antes de que tuvieran lugar las actuaciones de Shen Yun.
“Estos incidentes se denunciaron a la policía local y se implementaron medidas de seguridad adicionales durante las representaciones para garantizar la seguridad de todos”, se lee en la carta.
La asociación afirmó que los sitios web de información sobre Falun Gong en el Reino Unido han sido objeto de acoso repetido por parte de ciudadanos chinos, incluyendo “insultos, vandalismo, robos, destrucción e incluso agresiones físicas”. También afirmó que los practicantes del Reino Unido han sido objeto de llamadas telefónicas acosadoras, malware y vigilancia, y que funcionarios de seguridad del Estado chino han amenazado a sus familiares en China para presionar a los practicantes a que pongan fin a su defensa de los derechos humanos en el Reino Unido.
En una carta dirigida a la Asociación Falun Dafa, Catherine West, ministra para la región Indo-Pacífico, agradeció a los practicantes la invitación en nombre del primer ministro Sir Keir Starmer.
“Este gobierno se toma muy en serio la seguridad y la protección a los practicantes de Falun Gong, los artistas de Shen Yun y su público”, escribió en una carta publicada en Minghui.org, un sitio web de Falun Gong que documenta la persecución.
West afirmó que el gobierno laborista “apoya firmemente los derechos de los grupos artísticos, como Shen Yun, y de su público”.
Añadió: “No se tolerará ningún intento por parte de ninguna potencia extranjera de intimidar, acosar o dañar a personas o comunidades en el Reino Unido”.
La ministra reafirmó el compromiso del Reino Unido con la promoción y la protección de la libertad religiosa a través de su papel en las Naciones Unidas, el G7 y otras plataformas multilaterales, así como mediante el diálogo directo con China.
Varios miembros de distintos partidos del Parlamento británico y del Parlamento escocés también han condenado la persecución del PCCh contra Falun Gong en cartas y correos electrónicos.
Brendan O'Hara, portavoz del Partido Nacional Escocés (SNP) para la Oficina del Gabinete, Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, y Medio Oriente, envió sus mejores deseos en nombre del partido, diciendo que el SNP garantizará “su continuo apoyo mientras se enfrentan a la intensificación de la persecución dentro de China y a la creciente represión transnacional a los practicantes de Falun Gong en el extranjero”.
Destacó las conclusiones del Tribunal sobre China y de los relatores especiales de las Naciones Unidas sobre cuestiones de las minorías y sobre la libertad de religión o de creencias, que “establecieron sin lugar a dudas que Falun Gong ha sido y sigue siendo objeto de los crímenes más atroces, incluida la práctica indescriptiblemente horrible de la sustracción de órganos”. Afirmó que los diputados “seguirán denunciando estas atrocidades” y defendiendo el derecho de todos a “practicar libremente su religión y expresar abiertamente sus creencias más profundas”.
En 2019, el Tribunal Independiente sobre China, con sede en Londres y presidido por el destacado juez y abogado Geoffrey Nice, concluyó que el régimen chino había cometido torturas y crímenes contra la humanidad mediante la sustracción forzada de órganos a prisioneros de conciencia con la aprobación del Estado. El tribunal determinó que las víctimas eran principalmente practicantes de Falun Gong y que la práctica se había llevado a cabo a gran escala.
En marzo de 2020, el tribunal afirmó en su sentencia definitiva, que se publicó junto con 300 páginas de testimonios y declaraciones de testigos, que “no había pruebas de que se hubiera puesto fin a la práctica [de la sustracción forzada de órganos]”.
A partir de 2006, los expertos en derechos humanos de la ONU solicitaron en múltiples ocasiones al régimen chino que respondiera a las denuncias contra la sustracción forzada de órganos. En junio de 2021, los expertos de la ONU se declararon “extremadamente alarmados” por “información creíble de que los detenidos pertenecientes a minorías étnicas, lingüísticas o religiosas pueden ser sometidos por la fuerza a análisis de sangre y exámenes de órganos, como ecografías y radiografías, sin su consentimiento informado, mientras que a otros presos no se les exige someterse a dichos exámenes”.
Los resultados de estas pruebas se “registran en una base de datos de fuentes de órganos vivos que facilita la asignación de órganos”.
La diputada laborista Preet Kaur Gill dijo a un elector que el gobierno británico debería “presionar a la Organización Mundial de la Salud para que dé una respuesta clara a las conclusiones del Tribunal sobre China y realice una evaluación independiente adecuada”, y añadió que “seguirá presionando al gobierno británico para que envíe un mensaje claro de que no nos quedaremos de brazos cruzados y no toleraremos tales abusos graves a los derechos humanos”.
La diputada conservadora Caroline Johnson, ministra en la sombra de Sanidad y Asistencia Social, dijo que comparte la preocupación por la persecución que sufren los practicantes de Falun Gong y otros grupos en China.
“Sus testimonios me parecen angustiosos y el trato que reciben es una de las muchas razones por las que el gobierno anterior designó a China como uno de los 32 países prioritarios en materia de derechos humanos para el Reino Unido”, afirmó, y añadió que “seguirá de cerca las acciones del gobierno británico para garantizar que transmite sus preocupaciones al gobierno chino”.
El diputado conservador Richard Holden, jefe de la oposición y tesorero general en la sombra, elogió a los practicantes de Falun Gong por “defender pacíficamente la verdad, la benevolencia y la tolerancia” y “sensibilizar y seguir alzando la voz en defensa de las libertades fundamentales”.
“También me preocupan las denuncias de acoso e intimidación a practicantes de Falun Gong fuera de China, incluso aquí en el Reino Unido. Esta represión transnacional es inaceptable y debe recibir una respuesta clara”, afirmó.
El asistente del jefe conservador Gregory Stafford, miembro de la Alianza Interparlamentaria sobre China, afirmó que el PCCh es “una amenaza para nuestra democracia y para los valores que apreciamos en Occidente”.
“El trato que se da a Falun Gong, una práctica espiritual pacífica, es un ejemplo del ataque generalizado del PCCh a la libertad de creencia, conciencia y expresión”, afirmó. “Estos abusos no solo constituyen una crisis humanitaria, sino que forman parte de un patrón que representa una amenaza creciente para los valores democráticos y las normas internacionales”.
El diputado liberal demócrata Andrew George afirmó: “La práctica pacífica de Falun Gong, basada en la verdad, la benevolencia y la tolerancia, y practicada por millones de personas, merece no solo nuestro respeto, sino también nuestra protección decidida”.
Afirmó que el gobierno del Reino Unido debería “adoptar una postura más firme mediante sanciones específicas, medidas de aplicación de la ley y un apoyo firme a la libertad de creencias”.
Otros legisladores que expresaron su apoyo a los practicantes de Falun Gong son los diputados laboristas Bell Ribeiro-Addy y Baggy Shanker, la baronesa laborista Lister de Burtersett, el diputado laborista Foysol Choudhury, el diputado independiente John Mason, el diputado del SNP Bob Doris y la diputada del Partido Verde Escocés, Ariane Burgess.
De NTD News
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