El IRS anunció el jueves que se retractará de sus directrices sobre el pago atrasado de sus trabajadores luego de suspender a miles de sus empleados en medio de un cierre gubernamental en curso.
“Un memorando anterior que circuló sobre las directrices de suspensión sin goce de sueldo afirmó incorrectamente la naturaleza de la Ley de Trato Justo para los Empleados del Gobierno de 2019 en relación con la compensación por el estado de no pago y no funciones”, explicó el IRS en una publicación en X, refiriéndose a una ley firmada por el presidente Donald Trump en 2019 que ordenaba el pago retroactivo para los empleados afectados por el cierre del gobierno de 2018-2019.
La Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) de la Casa Blanca "proporcionará más orientación sobre este tema y se les mantendrá informados", añadió la agencia tributaria en la publicación, sin ofrecer más detalles, como la fecha en que podría publicarse dicha guía.
En una carta enviada a principios de la semana a varios de sus empleados, el IRS indicó que, debido al cierre, se vería obligado a suspenderlos a partir del miércoles. Ese documento, que aún está disponible en el sitio web del IRS, afirmaba que los empleados en suspensión tenían garantizado el pago retroactivo conforme a la ley de 2019.
“Los empleados deben ser compensados en la fecha más temprana posible tras el fin del lapso (de financiación del gobierno), independiente de las fechas de pago programadas”, señalaba la carta.
El IRS también reconoció "las difíciles implicaciones financieras de cualquier suspensión, sin importar cuán breve sea" e indicó que “hará todo lo posible para mantenerlos informados a medida que se disponga de más información sobre el nivel de financiamiento de la agencia”.
El memorando del IRS del miércoles sobre el pago atrasado llegó horas después de que la Casa Blanca insinuara que los empleados federales actualmente suspendidos podrían no recibir el pago, según un memorando escrito por el asesor general de la OMB y compartido con The Epoch Times.
El cierre entró en vigor anticipadamente el 1 de octubre, después de que el Congreso no lograra un acuerdo sobre una resolución de financiación provisional. Los demócratas han argumentado que cualquier solución para reabrir el gobierno debería incluir una extensión de los beneficios de atención médica, mientras que los republicanos han señalados que dichos beneficios no expirarán hasta finales de año y deberían abordarse en una medida separada.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de no pagar a los trabajadores suspendidos, el presidente Donald Trump sugirió que podría ser el caso.
"Yo diría que depende de a quién nos referimos", afirmó a los periodistas en la Casa Blanca el martes por la tarde junto al primer ministro canadiense, Mark Carney, y agregó: "En su mayor parte, vamos a cuidar de nuestra gente".
Trump agregó luego que “hay algunas personas que realmente no merecen que las cuidemos, y de ellas nos ocuparemos de una manera diferente”.
Anteriormente, la Casa Blanca había advertido que el cierre podría llevar al despido permanente de miles de trabajadores federales, en lugar de solo suspenderlos. Durante sus comentarios del martes, Trump indicó que es posible que los despidos comiencen "en cuatro o cinco días".
"Será sustancial, y muchos de esos empleos nunca volverán", añadió Trump. "Pero, de hecho, tendremos un presupuesto mucho más equilibrado, en realidad".
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