Los ataques contra presuntas narcolanchas en aguas internacionales en el Mar Caribe por la Armada de los Estados Unidos se están realizando con ayuda de tecnología canadiense, revela un documento.
Un informe publicado por el instituto de investigación Proyecto Ploughshares, revela que los ataques realizados contra dos narcolanchas, uno el 2 de septiembre en el que 11 personas a bordo murieron, y otro el 19 de septiembre en el que murieron otras tres personas, fueron realizados por Estados Unidos con sensores fabricados por la empresa canadiense L3Harris.
"Ambas operaciones se basaron en sistemas avanzados de sensores electroópticos/infrarrojos (EO/IR) construidos en Hamilton, Ontario, por L3Harris WESCAM", dice el informe del 6 de octubre.
"Estos sensores, vendidos en grandes cantidades al gobierno estadounidense, están diseñados para vigilar el vuelo de aeronaves, identificar objetivos potenciales y coordinar ataques aéreos con precisión", se añadió.
En las imágenes de ambos ataques, que fueron compartidas por el presidente Donald Trump, se puede ver una barra de escala azul claro utilizada para medir el tamaño y la distancia de los objetos visibles, el texto, los símbolos y las retículas de la transmisión del sensor, únicos y patentados por L3Harris.
El sistema de sensores de la serie MX, que incluyen las unidades MX-15/D, MX-20/D y MX-25/D, ampliamente suministrado por la empresa canadiense a ejércitos de todo el mundo, incluido el ejército de Estados Unidos por más de 25 años, proporciona vigilancia en tiempo real, seguimiento de objetivos y, en el caso de ataques aéreos, capacidades de coordinación de ataques, según el informe.
Hasta el momento, Estados Unidos ha reportado al menos cinco ataques a embarcaciones que presuntamente transportaban drogas ilegales en aguas internacionales en el mar Caribe hacia los Estados Unidos.
El 3 de octubre, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo que el presidente Trump prometió desde la campaña electoral al pueblo estadounidense que "acabaría con la epidemia de drogas que ha cobrado demasiadas vidas estadounidenses".
"El presidente ha ordenado estas acciones, estos ataques contra los cárteles de la droga venezolanos en estas embarcaciones, en consonancia con su responsabilidad de proteger los intereses de Estados Unidos en el extranjero y en defensa de la seguridad nacional y los intereses de política exterior de Estados Unidos", añadió.
Nicolás Maduro, considerado por el gobierno del presidente Trump como un dictador, calificó el 3 de octubre el despliegue de Estados Unidos en el Mar Caribe como una "agresión armada" que busca "imponer un cambio de régimen" e "imponer gobiernos títeres" y "robarle el petróleo, el gas, el oro y todos los recursos naturales" de Venezuela.
"Venezuela tiene derecho a la soberanía, a su existencia y no habrá imperio de este mundo que se lo arrebate, que se lo quite, y si es necesario pasar de las formas de lucha no armada a la forma de lucha armada, este pueblo lo hará", añadió Maduro durante una conferencia sobre Colonialismo, neocolonialismo e imperialismo.
El gobierno de EE. UU. señaló a Maduro como el líder del Cártel de los Soles, una organización narcoterrorista con sede en Venezuela, y elevó la recompensa a 50 millones de dólares por su detención.
El 19 de agosto, Leavitt dijo en una rueda de prensa en la Casa Blanca que Estados Unidos está dispuesto a todo para detener la llegada de drogas al país, después de que un periodista le preguntara si Estados Unidos enviaría sus tropas al terreno.
“Lo que diré, con respecto a Venezuela, es que el presidente Trump ha sido muy claro y consecuente; está dispuesto a usar todo el poder estadounidense para detener la llegada de drogas a nuestro país y llevar a los responsables ante la justicia”, dijo Leavitt.
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