Opinión
De costa a frontera, las familias trabajadoras estadounidenses acaban de recibir una razón para celebrar. El proyecto de ley “Gran y Hermoso Proyecto de Ley” (“Big Beautiful Bill”, en inglés) del presidente Donald J. Trump es el triunfo conservador que estábamos esperando.
Cuando el presidente Trump promulgó esta pieza clave de legislación el 4 de julio, no fue solo una celebración de alivio fiscal; fue un momento decisivo para la prosperidad económica, la libertad educativa y el empoderamiento familiar. Como bien dice Stephen Moore, esta legislación representa “la mayor victoria conservadora en 30 años”, pero son las oportunidades escondidas las que realmente muestran su impacto amplio y transformador en las comunidades.
En primer lugar, está el avance sin precedentes en la libertad educativa. Por demasiado tiempo, las familias de bajos ingresos, incluidas muchas familias hispanas, han estado atrapadas en escuelas de bajo rendimiento. Ahora, gracias a la capacidad de los padres para dirigir los recursos educativos hacia escuelas chárter, privadas o religiosas, la educación de alta calidad ya no es solo para unos pocos privilegiados, sino para cada familia estadounidense.
La libertad en el cuidado de la salud es el siguiente paso. La expansión de las Cuentas de Ahorro de Salud personalizadas permite que cada trabajador, especialmente en comunidades desatendidas, olvidadas y rurales, pueda manejar sus propios gastos médicos. Los críticos demócratas de este proyecto de ley simplemente no quieren que esto se destaque. Pero su aprobación permite que más pacientes tomen el control de su salud y no sigan atados a planes de seguro genéricos.
Los inversionistas en zonas rurales y en los centros urbanos también tienen motivos para celebrar. La expansión de las Zonas de Oportunidad y la extensión de los incentivos fiscales dan nueva vida a comunidades que a menudo han quedado atrás. Ya sean empresarios hispanos en Nueva Jersey, Nevada, Florida, Texas u otros estados, o ciudades y pueblos en busca de inversión, esta medida invita al capital privado a impulsar el crecimiento donde más se necesita.
Las voces más ruidosas de la izquierda quieren pintar este proyecto de ley como una victoria para los ricos. Claramente, ni siquiera se tomaron la molestia de leerlo. Si uno se detiene a observar el proyecto de ley del presidente, la equidad económica está en su núcleo. En otras palabras, los estadounidenses de clase trabajadora que votaron abrumadoramente por un cambio en noviembre obtuvieron lo que votaron.
Pero también merece ser aplaudido el enfoque integral de esta legislación. Desde la educación, la salud, la energía, la inversión y el empleo, este proyecto de ley representa la Agenda de América Primero empaquetada en una sola pieza. Y probablemente por eso la izquierda realmente lo odia.
El presidente Trump, el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson y el líder de la mayoría en el Senado John Thune no solo cumplieron las promesas convencionales de recortes fiscales; construyeron un marco donde cada persona —rica o pobre, urbana o rural, hispano, negro, asiático o no— puede perseguir la prosperidad en sus propios términos.
Durante demasiado tiempo, los motores económicos locales se han visto paralizados por la sobrerregulación, la planificación centralizada y el elitismo académico. Este proyecto de ley desmantela esas barreras y devuelve el poder al pueblo estadounidense junto con la promesa duradera de un gobierno conservador.
Los críticos pueden burlarse, pero la evidencia está en las encuestas. Como nos recuerda Moore, el crecimiento económico impulsado, probablemente superando el 3% anual, no solo reducirá la deuda nacional, sino que aumentará los ingresos de los hogares en todas las líneas demográficas. Y cuando las familias estadounidenses vean mejoras reales en sus ingresos, en sus oportunidades y en sus opciones educativas, no solo se gana la política; se ganan corazones y votos.
Defendemos políticas que eleven a todos desde la base. Ya sea una familia hispana encontrando una mejor escuela para su hijo, un joven milenial eligiendo su propio plan de salud, o un empresario rural viendo cómo fluye nuevo capital hacia la calle principal, esta ley los respalda. La izquierda tuvo cuatro años para hacer una fracción de lo que este proyecto de ley logra para los estadounidenses comunes. A medida que se despliega el impacto positivo de esta ley, es hora de que ellos también se unan. Esta es una victoria para todos.
En un momento en que la política a menudo divide, este proyecto de ley une. Nos une bajo la bandera de la libertad, la responsabilidad y el crecimiento. Y demuestra, sin lugar a duda, que el liderazgo conservador, basado en la visión del presidente Trump, puede lograr resultados históricos para todos los estadounidenses. Estamos listos para apoyar su implementación y contar las historias de aquellos cuyas vidas serán transformadas.
Nuestro mensaje es simple: la oportunidad debe estar abierta, no cerrada. Con esta gran y hermosa victoria, el gobierno del presidente Trump acaba de convertir ese mensaje en una realidad para cada persona en este país.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.
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